5 razones por las que empoderar a mujeres y niñas puede revolucionar la lucha contra el cambio climático

Con cada bocanada de aire que respiran, los habitantes de Delhi soportan la oscura y densa niebla tóxica resultante de la quema de cultivos. Aunque estas prácticas contaminan el aire y perjudican la salud, muchos dependen de ellas para dejar espacio a nuevos cultivos.

Decididas a hacer frente a estos efectos en nombre de los residentes urbanos, tres jóvenes, Unnathi, Aarushi y Tarana, crearon una solución para mitigar el impacto humano de la contaminación. Con el respaldo de Technovation, crearon AgriCultured, una aplicación digital que ayuda a los agricultores de la India a aumentar el rendimiento de sus cultivos de forma sostenible. Las tres chicas reconocieron y delimitaron un problema, idearon una solución e involucraron a un ecosistema de apoyo para dar vida a esa solución.

Historias como ésta son raras, pero no deberían serlo. Las mujeres y las niñas de todo el mundo tienen la capacidad y la gana necesarias para afrontar retos como la contaminación. Pero demasiadas carecen de acceso a la tecnología y a la formación digital que a menudo impulsan las soluciones. En el 67º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, calificó la brecha digital de "la nueva cara de la desigualdad de género".

Cerrar la brecha digital adquiere una nueva urgencia a medida que empeora el cambio climático, creando nuevas vulnerabilidades para las mujeres y niñas. Mientras sigan excluidas de las oportunidades y las soluciones, las consecuencias serán devastadoras. Las siguientes intervenciones pueden ayudar a los líderes a defender a este grupo y hacer crecer su potencial.

Dado que las mujeres y las niñas son, por término medio, más vulnerables económica y socialmente, padecen una vulnerabilidad única ante las crisis climáticas. Un informe de la revista Lancet documentó el aumento de la violencia de género en situaciones climáticas extremas en varios países. Durante las sequías, los roles tradicionales de género hacen que las niñas sufran interrupciones desproporcionadas en su educación, lo que aumenta el riesgo de matrimonio infantil. El cambio climático también afecta a la salud de las mujeres de forma más aguda que a la de los hombres en la mayoría de las categorías sanitarias.

Gracias a sus experiencias, las mujeres y las niñas pueden identificar y abordar más fácilmente las vulnerabilidades específicas de género tras una catástrofe. Como cuidadoras primarias, pueden ayudar a fortalecer la salud general de sus familias o crear una seguridad de ingresos adicional. Los estudios han revelado que las mujeres con mayores niveles de educación mejoran la preparación ante desastres en sus hogares y aldeas. Según el Banco Mundial, formalizar la participación de las mujeres en la gestión del riesgo de catástrofes y la respuesta a las mismas puede mejorar los resultados y crear una dinámica de género más saludable a largo plazo en las comunidades.

A pesar de su interés en la lucha climática, las mujeres se enfrentan a barreras sistémicas a la participación política. A principios de 2023, las mujeres solo ocupaban el 34% de todos los cargos electos en los órganos de deliberación locales. Estas disparidades se extendieron a la "política climática" mundial; en la COP27, las mujeres ocuparon solo siete de los 110 puestos de liderazgo.

La escasez de mujeres en la política mundial ha generado políticas y leyes que desatienden las necesidades de las mujeres o incluso las perjudican. Desde el 77% de países que carecen de leyes que garanticen la igualdad de derechos de propiedad de la tierra para hombres y mujeres, hasta los programas ambientales que no tienen en cuenta las perspectivas de las mujeres, éstas sufren una exclusión sistémica y están subrepresentadas en la toma de decisiones. Para proteger los intereses de las mujeres en las decisiones sobre el clima, los gobiernos deben examinar críticamente la paridad de género en los cargos y trabajar activamente para aumentarla.

La IA permite recopilar y compartir datos de forma más eficaz, elaborar informes para los ciudadanos y obtener información práctica. Tras una catástrofe natural, la Cruz Roja estadounidense utiliza la IA para evaluar rápidamente los daños y desbloquear fondos federales. Organizaciones fronterizas como Digital Democracy utilizan mapas de código abierto y satélites geoespaciales para detener la tala ilegal y la caza furtiva.

Pero las mujeres y las niñas siguen estando excluidas en gran medida a lo largo del ciclo de vida del desarrollo de la IA, debido a la discriminación sistémica, las normas sociales y los estereotipos arraigados. En los países de ingresos bajos y medios, las mujeres tienen un 16% menos de probabilidades que los hombres de estar en línea. La matriculación de niñas en disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por su acrónimo en inglés) disminuye del 89,9% en la educación primaria al 43,2% en terciaria, debido al efecto conocido como "tubería con fugas". En la mano de obra mundial, las mujeres constituyen sólo el 22% de los profesionales de la IA.

Dirigiendo intencionadamente la educación en IA a las niñas, aumentando el apoyo a la formación en los países de ingreso mediano y bajo, y fomentando las comunidades mundiales de práctica para las mujeres en IA, es posible hacer que las mujeres apliquen estas herramientas a los retos mundiales e incluso ayuden a combatir los sesgos de género en los conjuntos de datos que entrenan a la inteligencia artificial.

Como principales cuidadoras de sus comunidades, las mujeres pueden ayudar a desplegar herramientas de IA entre las poblaciones de riesgo, incluidos los niños, los ancianos y otras mujeres. Dado su destacado papel en la agricultura, las mujeres también pueden utilizar la IA para recopilar y comprender datos, optimizar la producción y generar mejores soluciones a la inseguridad alimentaria.

Muchas mujeres y niñas ya están aprovechando las aplicaciones móviles y la IA para ayudar a combatir el cambio climático. Por ejemplo, Eco Wave Power genera energía limpia a partir de las olas del mar mediante un generador desarrollado por la emprendedora Inna Braverman. Con más apoyo, niñas de todo el mundo pueden hacer frente a los efectos del cambio climático en sus propias comunidades.

Las habilidades del futuro incluyen la alfabetización digital, conocimientos de IA, liderazgo y una mentalidad emprendedora. Gracias a los compromisos mundiales para dotar a todas las niñas de estas habilidades, la próxima generación de mujeres podrá liderar la respuesta de sus comunidades al cambio climático, diseñar herramientas de IA al servicio de las poblaciones vulnerables e impulsar una acción climática con perspectiva de género.

La colaboración intersectorial y la responsabilidad son fundamentales. Por ejemplo, Technovation se asoció con la Fundación Patrick J. McGovern para dotar a niñas en todo el mundo de habilidades de IA y liderazgo para catalizar la acción climática. Los gobiernos pueden avanzar en la reforma de la educación nacional, creando planes de estudios que integren la formación en STEM e IA para todos los niños. Los gobiernos, las empresas y otras organizaciones pueden examinar y mejorar la inclusión de las mujeres en puestos de liderazgo.

Las barreras sistémicas y estructurales impiden a las mujeres y las niñas encontrar soluciones a nuestros mayores retos. Unnathi, Aarushi y Tarana allanaron el camino para que las niñas de su propia comunidad pudieran soñar, innovar y resolver problemas. Como líderes públicos, agentes de cambio, tecnólogos y filántropos, tenemos la responsabilidad de ampliar los esfuerzos existentes y apoyar a muchas otras como ellas, decididas a impulsar a sus comunidades.