Esta nueva herramienta digital ayuda a las ciudades a alcanzar objetivos clave de sostenibilidad y movilidad

El sector del transporte es responsable de aproximadamente el 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Dado que la población mundial se concentra cada vez más en las ciudades, las regiones metropolitanas necesitan urgentemente desarrollar sistemas de tránsito multimodales que reduzcan las emisiones y mejoren la calidad del aire.

Aunque los vehículos eléctricos son una parte esencial de la solución, las ciudades también necesitan un reequilibrio del transporte que se aleje del uso del automóvil privado. La expansión impulsada por el automóvil socava el transporte público y dificulta los desplazamientos a pie o en bicicleta, exacerbando las desigualdades y aumentando los costes de las infraestructuras. Los efectos secundarios son el aumento de la congestión, las muertes por accidentes de tráfico, el incremento de los costes del suelo, etc., a medida que el espacio urbano se destina a carreteras y aparcamientos, desplazando a la vivienda, las zonas verdes y otras necesidades.

Además, no hay duda de que las mejoras en el transporte público con bajas emisiones de carbono pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida, más allá de los beneficios inmediatos de la mejora de la movilidad. Uno de los muchos ejemplos de ello es Medellín (Colombia), donde un sistema de teleférico permitió a comunidades aisladas acceder a puestos de trabajo en el centro urbano. Esto "impulsó la transformación económica y social de Medellín, que pasó de ser la ciudad más peligrosa del planeta en la década de 1990 a la 'ciudad más innovadora' del mundo en 2013", según Axios.

Pero a medida que las ciudades cambian, también deben hacerlo sus sistemas de transporte. Los nuevos retos -desde la reducción de emisiones a la mejora del transporte público y compartido, pasando por la lucha contra las desigualdades- exigen nuevas soluciones y acciones. Entonces, ¿cómo pueden las ciudades entender su progreso hacia una movilidad más sostenible e integradora?

Para ayudar a las ciudades en su camino hacia la movilidad sostenible, la Global New Mobility Coalition (Coalición Global para una Nueva Movilidad, GNMC) -una iniciativa del Foro Económico Mundial- ha desarrollado la herramienta Urban Mobility Scorecard, una especie de tablero en colaboración con tres ciudades piloto. Elaborada en estrecha colaboración con los sectores público y privado, la herramienta de movilidad pretende ayudar a las ciudades a evaluar los avances hacia la movilidad sostenible.

A través de evaluaciones que abarcan cuestiones clave de la movilidad urbana, la herramienta de movilidad permite a las ciudades comprender sus puntos fuertes y débiles, reconocer las buenas prácticas e identificar las áreas de actuación. Acompañada de un conjunto de estudios de casos y recursos y de una opción para establecer acciones sobre nuevas políticas y normativas, la herramienta de movilidad pretende inspirar una acción ambiciosa en las ciudades para avanzar en la transición hacia una movilidad sostenible e integradora.

Este proyecto reunió a partes interesadas de todos los sectores -incluidos la movilidad compartida, la electrificación, la movilidad activa y los proveedores de servicios de pago-, así como a varias ONG dedicadas a la movilidad. A través de una serie de diálogos, estos diversos expertos compartieron sus experiencias y retos en la aplicación de la movilidad sostenible en las ciudades, así como sus puntos de vista sobre las soluciones necesarias para avanzar en la movilidad sostenible. A través de un grupo de trabajo específico, eventos presenciales y entrevistas, estos diálogos contribuyeron a desarrollar el contenido de las evaluaciones que subyacen a la herramienta de puntuación, tratando de salvar la brecha entre los desafíos del mundo real y la agenda política establecida por las ciudades con la acción del sector privado.

La herramienta investiga la movilidad urbana a través de tres pilares:

Dentro del pilar de Gobernanza, la herramienta de movilidad explora cómo crear ecosistemas de movilidad urbana más ágiles, adaptables y preparados para el futuro a través de la coordinación institucional (planificación, financiación y asignación de recursos), la regulación (medioambiental, acceso de vehículos urbanos y gestión de datos) y la innovación (movilidad compartida, proyectos y procesos piloto y electrificación).

El pilar de la resiliencia investiga cómo asignan las ciudades el espacio para diferentes usos (como el aparcamiento en la vía pública) y cómo encaja la movilidad en esos esfuerzos de planificación. Este pilar abarca cuestiones de asignación de espacios (para el ciclismo, la micromovilidad, los desplazamientos a pie y los modos de transporte público/compartido), así como cuestiones de gestión de aceras (aparcamiento y gestión logística de entregas).

El pilar de la conectividad evalúa la comodidad y accesibilidad del sistema de movilidad de una ciudad. Este pilar investiga cuestiones como la integración de la movilidad (integración multimodal, pagos por movilidad y expedición de billetes y transporte informal), así como el acceso seguro y equitativo (accesibilidad, acceso a servicios de movilidad y seguridad vial).

Tres ciudades -Buenos Aires (Argentina), Curridabat (Costa Rica) y Singapur- ayudaron a perfeccionar y poner a prueba la herramienta de movilidad y participaron en un estrecho compromiso con las partes interesadas del sector privado. Las ciudades compartieron perspectivas y retos a la hora de ofrecer movilidad sostenible, proporcionaron información detallada sobre las evaluaciones utilizadas en la herramienta de puntuación, participaron en diálogos público-privados y evaluaron sus ecosistemas de movilidad sostenible utilizando la herramienta de movilidad.

Al probar la herramienta de puntuación, las ciudades respondieron a una serie de preguntas sobre movilidad. Al hacerlo, estas ciudades revelaron las formas en que están liderando el camino para ofrecer una movilidad más sostenible e inclusiva y destacaron las áreas en las que las ciudades están aumentando la ambición para abordar directamente las cuestiones clave de la movilidad sostenible.

Por ejemplo, Singapur -que cuenta con un sólido sistema de transporte público - pretende avanzar en sus objetivos de electrificación, con más de 60 000 puntos de recarga de VE instalados para 2030 y el 50% de la flota de autobuses públicos eléctrica para 2030.

Buenos Aires, por su parte, ya puntera en cuestiones a la intersección del género y del transporte, intenta contener el crecimiento del uso del automóvil privado potenciando el transporte público y la bicicleta y dando prioridad a la peatonalización y a las zonas de baja velocidad en áreas clave de la ciudad.

Curridabat, en San José (Costa Rica), aspira a llevar aún más lejos su liderazgo en soluciones basadas en la naturaleza, integrando la biodiversidad en los planes de la ciudad para peatones y ciclistas, al tiempo que duplica las vías peatonales en los próximos cuatro años.

Los diálogos mantenidos con el sector privado, el sector público y las ONG fueron cruciales para desarrollar la herramienta Urban Mobility Scorecard. Sin embargo, a partir de estos diálogos, quedó claro que tanto las ciudades como las empresas deben abordar una serie de retos estructurales más amplios para lograr una rápida transición hacia una movilidad más sostenible, equitativa e innovadora. Para eso, es necesario actuar en varios frentes y abordar cuestiones fundamentales, como las siguientes:

Lograr una transición hacia la movilidad sostenible exige centrarse más en subsanar las carencias de inversión. Se necesita una financiación significativa para nuevas infraestructuras, por ejemplo, para la recarga de vehículos, la mejora de las flotas de vehículos y otras. Es necesario explorar nuevas oportunidades y modelos de inversión para fomentar la participación del sector privado, así como la inversión pública y privada simultánea. En la actualidad, a menudo existe incertidumbre en las ciudades en torno a las vías de financiación e inversión, ya que muchas de ellas tienen una capacidad limitada para tomar decisiones financieras. Otros problemas son la incertidumbre sobre las responsabilidades: por ejemplo, quién debe invertir en nuevas infraestructuras de movilidad o nuevos servicios (público, privado, gobierno local, gobierno nacional).

La electrificación del transporte es un objetivo compartido por las partes interesadas, tanto públicas como privadas, pero hay que ampliar las medidas y lograr avances en un plazo breve. La electrificación del transporte no es una tarea sencilla, ya que las administraciones municipales, los operadores privados, los proveedores de recarga, las empresas de servicios públicos y otros agentes deben tomar medidas. Se necesita una mayor coordinación y colaboración tanto dentro de la administración municipal (por ejemplo, en los departamentos o agencias gubernamentales), entre los niveles de gobierno (por ejemplo, el gobierno municipal y el gobierno nacional), así como entre los sectores público y privado (por ejemplo, con la participación de los operadores de flotas y los proveedores de recarga).

Para crear un sistema de transporte para todos, la accesibilidad y la equidad deben estar en el centro de la planificación de la movilidad. Tener en cuenta las necesidades de un mayor número de personas (como las personas con bajos ingresos, las mujeres, las personas mayores, los padres con niños pequeños, las personas con necesidades de acceso adicionales) a través del diseño universal del entorno urbano y la creación de sistemas de transporte público cómodos y accesibles puede proporcionar una movilidad más eficiente y considerada, permitiendo a todos elegir opciones de movilidad sostenible.

De cara al futuro, existe una clara necesidad de colaboración y alineación entre industrias y sectores para avanzar en la acción sobre todos los aspectos de la movilidad urbana sostenible. La Coalición Global por una Nueva Movilidad (GNMC) seguirá colaborando con ciudades, empresas y la sociedad civil como comunidad de partes interesadas en la movilidad de los sectores privado, público y sin ánimo de lucro. La GNMC seguirá desarrollando la herramienta de movilidad conectando ciudades y empresas para avanzar en la acción sobre movilidad urbana.

La colaboración de la GNMC con nuevas ciudades se centrará en las economías emergentes, ayudándolas a utilizar la herramienta de movilidad para evaluar su transición hacia la movilidad sostenible y fomentar la acción. Las ciudades colaboradoras tendrán acceso a la versión digitalizada de la herramienta de movilidad y podrán autoevaluar sus resultados en siete ámbitos de la movilidad urbana, evaluar sus progresos y establecer medidas para alcanzar sus objetivos.

Las ciudades también podrán conectar con las principales partes interesadas del sector privado (por ejemplo, operadores de movilidad, proveedores de infraestructuras y proveedores de servicios) y grupos de la sociedad civil a través de diálogos comisariados que explorarán soluciones a sus retos de movilidad sostenible.

A raíz de las sesiones de los grupos de trabajo, los diálogos y los eventos celebrados durante el desarrollo de la herramienta de movilidad, la GNMC está llevando a cabo una nueva línea de trabajo sobre la financiación de la transición de la movilidad urbana. Se invita a los operadores de movilidad, las instituciones financieras, las administraciones municipales y las ONG a unirse a este trabajo, centrado en la superación del déficit de inversión para la movilidad sostenible en las ciudades. Se dedica atención especial a la electrificación y el impulso de la movilidad compartida (transporte público, micro-movilidad y vehículos compartidos), trabajando para construir entendimientos comunes sobre los pasos necesarios para canalizar la inversión público-privada y avanzar en la movilidad urbana sostenible.

La herramienta de movilidad de la GNMC forma parte de la labor del Foro Económico Mundial para impulsar las ciudades con emisiones netas cero y fomentar entornos urbanos positivos para la naturaleza. Se anima a las ciudades y organizaciones interesadas en participar en la GNMC o en utilizar la herramienta de puntuación de la movilidad urbana a que se pongan en contacto para obtener más información.