Esta es la receta chilena para convertirse en líder de energías renovables

A medida que los efectos del cambio climático se hacen más evidentes, los países de todo el mundo se enfrentan a un dilema similar: ¿cómo reducir las emisiones de carbono sin causar perjuicios económicos? Para muchos países desarrollados, la sustitución de las redes eléctricas, la modificación de los hábitos de consumo y la descarbonización de las cadenas de suministro entrañan riesgos.

Chile, una economía industrializada de renta alta con 19,6 millones de habitantes, podría ofrecer a los tomadores de decisiones de todo el mundo aprendizajes para la transición hacia las energías renovables.

A pesar de sus vínculos históricos con los combustibles fósiles y la minería del cobre, Chile ha acelerado en los últimos años su transición energética gracias a un amplio apoyo político, asociaciones público-privadas y tecnologías verdes innovadoras. Se ha fijado el ambicioso objetivo de convertir el 70% de su consumo total de energía en energías renovables para 2030 y se ha comprometido a ser neutro en carbono para 2050. El país también está aprovechando su liderazgo en energías renovables en el extranjero y utilizándolo para abordar las desigualdades de género en casa.

Así es como Chile pudo transformar su política energética y acelerar su transición hacia las energías renovables:

La transición energética limpia de Chile ha sido ampliamente apoyada por partidos de todo el espectro político y respaldada por el público. El 91% de los chilenos cree que el cambio climático debe tratarse como una prioridad gubernamental, según el Programa de Yale para la Comunicación sobre el Cambio Climático. El pasado mes de diciembre, el gobierno chileno de centro-derecha publicó la primera estrategia de transición energética del país, que establecía objetivos para lograr emisiones netas cero en 2050, incluida la aceleración de la energía solar, eólica y geotérmica en todo el país.

Desde que asumió el cargo, el Presidente Gabriel Boric, líder del partido de izquierda Convergencia Social, ha ampliado la estrategia de transición energética de su predecesor conservador, Sebastián Piñera. En particular, el gobierno de Boric anunció su intención de utilizar los ingresos de la producción de cobre y litio de Chile para financiar la producción de hidrógeno verde. Durante el referéndum constitucional del año pasado, el gobierno propuso ampliar los derechos ambientales e introducir prohibiciones a la minería y los recursos naturales. Aunque la reforma de la Constitución fue rechazada mayoritariamente por los votantes chilenos, algunos la consideraron una señal del creciente apoyo del país a la transición hacia las energías renovables.

"Chile tiene enormes recursos renovables y, por tanto, está en posición de liderazgo", explica David Victor, profesor de Innovación y Políticas Públicas de la Escuela de Política y Estrategia Global de la Universidad de California en San Diego. "Han construido mucho y hay una industria en crecimiento, lo que explica que las renovables tengan un apoyo político duradero. Han surgido empresas reales y tienen interés en (el) éxito (de la industria)".

Las alianzas público-privadas han sido clave para acelerar la transición energética de Chile, especialmente en lo que se refiere al mercado del hidrógeno verde del país. El hidrógeno verde, una fuente de energía limpia que divide el agua en hidrógeno y oxígeno utilizando electricidad renovable, se sitúa en el centro de la transición energética de Chile. La Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde de Chile aboga por incorporar el hidrógeno verde a los sectores minero y de materias primas del país, así como a otras cadenas de suministro locales dependientes del carbono.

La estrategia estima que el hidrógeno verde chileno podría estar entre los más asequibles del mundo debido a su entorno favorable de energías renovables. El país se beneficia de fuertes vientos constantes en la región montañosa de la Patagonia y de algunos de los niveles de radiación solar más altos del mundo en el desierto de Atacama. Este suministro previsible de energía eólica y solar ha llevado al Gobierno chileno a estimar que el 13% del hidrógeno verde del mundo se producirá dentro de sus fronteras.

El Gobierno chileno ya ha prometido 50 millones de dólares para financiar seis proyectos destinados a impulsar la industria nacional del hidrógeno verde. En abril, la oficina de desarrollo chilena firmó acuerdos de financiación adicionales con GNL Quintero, CAP y Air Liquide para sus iniciativas de hidrógeno verde.

Chile está aprovechando sus credenciales progresistas en materia de energías renovables para consolidarse como un importante actor diplomático en las negociaciones internacionales sobre el clima. Chile copatrocinó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP25 en Madrid en diciembre de 2019, acogió la Conferencia Ministerial sobre Energía Limpia en diciembre de 2022 y lanzó la coalición "Américas por la Protección de los Océanos" en la IX Cumbre de las Américas en junio de 2022.

También ha reforzado las alianzas bilaterales y regionales para impulsar las tecnologías verdes y reducir las emisiones de carbono. Una de las relaciones más activas de Chile en materia de energías renovables es la que mantiene con Alemania. En el marco de la Alianza Energética Chile-Alemania, ambos países comparten conocimientos, organizan sesiones de formación y facilitan acuerdos sobre energías renovables entre líderes empresariales y responsables políticos. La asociación organizó recientemente un viaje para que empresas y funcionarios chilenos visitaran una instalación de almacenamiento de hidrógeno verde en Düsseldorf (Alemania).

Chile también ha establecido fuertes lazos público-privados con Estados Unidos. En una reciente visita a Chile, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, recorrió una instalación de energía eléctrica en la que empresas estadounidenses y el Gobierno chileno colaboran para acelerar la producción de energías renovables.

"Lo que está ocurriendo aquí ilustra el notable liderazgo de Chile en materia de energías renovables", declaró el Secretario Blinken. "Creo que muestra no solo lo que estamos haciendo hoy, sino el tremendo potencial de esta alianza para hacer aún más, y hacerlo de una manera que responda a las necesidades de nuestras respectivas sociedades -proporcionando la energía que necesitamos para alimentar nuestras economías y hacer funcionar nuestros hogares-, pero hacerlo de una manera que también nos ayude a hacer frente al desafío del cambio climático."

La intersección de las energías renovables y el género es un tema muy destacado en la agenda política de Chile. En 2018, el gobierno chileno lanzó Energía +Mujer para mejorar la diversidad y la inclusión en el sector energético del país, dominado por los hombres. La iniciativa proporciona a las empresas recursos para reducir las discrepancias de género en el lugar de trabajo y ofrece a las mujeres oportunidades de tutoría y creación de redes.

Chile también recibe apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para acelerar el uso de fuentes de energía limpias y sostenibles y promover la igualdad salarial y la paridad de género en el sector de las energías renovables. El préstamo de 300 millones de dólares "apoyará medidas políticas clave destinadas a reducir la brecha de género en un sector en el que las mujeres representan solo el 23% de los puestos de trabajo, e impulsará la participación femenina a través de directrices público-privadas", según el BID. También incluye objetivos para el desmantelamiento de centrales de carbón y la aceleración del plan de neutralidad de carbono del país para 2050.