¿Se atenuará la crisis del coste de la vida el año que viene? La opinión pública global piensa que no

Las preocupaciones financieras son especialmente agudas, ya que la inflación, los tipos de interés y las cargas fiscales pesan mucho en la mente de los ciudadanos en estos momentos.

Y con un aumento significativo del coste de la vida a lo largo de 2022, mucha gente no tiene muchas esperanzas de que sus finanzas mejoren el año que viene. Según el informe mensual Ipsos Global Inflation Monitor, la inflación, los tipos de interés, el desempleo y los impuestos aumentarán en 2023.

Los investigadores entrevistaron a casi 25 000 adultos de 36 países para conocer su opinión sobre la economía mundial. Casi siete de cada 10 de ellos pensaban que la inflación seguiría aumentando y más de seis de cada 10 pensaban que los tipos de interés y el desempleo subirían.

Como resultado, casi un tercio predijo que su propio nivel de vida caería, y el 37% esperaba que su renta disponible se viera afectada el próximo año.

Sin embargo, aunque la mayoría de los encuestados espera que la inflación siga subiendo en 2023, en la actualidad son menos los que mantienen esta expectativa que a principios de año. Cuando se les preguntó en noviembre de 2022, el 69% de los encuestados esperaba que los precios subieran en los próximos 12 meses, frente a las tres cuartas partes que lo esperaban en junio de 2022.

En cambio, en comparación con el verano, son más los que esperan que la situación del empleo en su país se deteriore en los próximos 12 meses.

Hay algo más de optimismo en todo el mundo cuando se trata de la situación personal de los ciudadanos. Hay más personas que esperan que mejore su nivel de vida y su renta disponible que en abril o junio de 2022. Aunque esto oculta algunas variaciones de un país a otro, en las naciones más ricas apenas ha habido cambios de opinión.

Dicho esto, la mayoría de la gente espera que el gasto de sus hogares siga aumentando en los próximos seis meses. En particular, se espera que los servicios públicos (electricidad, gas para calefacción, etc.) sean más caros.

La culpa del aumento del coste de la vida se atribuye principalmente a la economía mundial, pero también se citan con frecuencia la invasión de Ucrania por Rusia y la gobernanza y las políticas financieras de los distintos países.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advirtió durante el verano que la crisis mundial del coste de la vida catalizada por la guerra de Ucrania había sumido en la pobreza a 71 millones de personas en el mundo en desarrollo. La consecuencia de la subida de los precios de los alimentos y la energía hizo que muchas más personas cayeran en la pobreza mucho antes que el impacto de la pandemia.

Aunque hay mil millones menos de personas que viven por debajo del umbral internacional de pobreza que en 1990, sigue siendo un problema enorme. Según estimaciones del Banco Mundial para 2019, 650 millones de personas viven en la pobreza extrema en todo el mundo, y la pandemia, la guerra y la inflación han tenido un impacto significativo en las previsiones de mejora.