Este es el estado actual de la capa de ozono

A principios de la década de 1980, la moda eran los grandes peinados sostenidos por nubes de laca.

De lo que poca gente se dio cuenta entonces era de que mantener esos peinados que desafiaban la gravedad causaba estragos en la estratosfera.

El problema eran los botes de aerosol que bombeaban la laca vaporizada. Los aerosoles estaban presurizados con gases conocidos como clorofluorocarbonos (CFC), que silenciosamente estaban abriendo un agujero gigante en la capa de ozono sobre el Polo Sur. Los CFC también se utilizaban ampliamente en aparatos de aire acondicionado y frigoríficos.

Pero los científicos de la NASA tienen buenas noticias: el agujero es cada vez más pequeño. Así que vayamos al espacio para ver más de cerca lo que está pasando.

La capa de ozono forma parte de la estratosfera, situada entre 10 y 50 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra. Como explica la NASA: "El ozono es un gas formado por tres átomos de oxígeno". Como puedes ver en la infografía siguiente, la capa de ozono se encuentra bastante abajo en la atmósfera.

Para ser un simple gas, el ozono desempeña un papel fundamental en el funcionamiento de los ecosistemas de la Tierra. "El ozono protege la vida en la Tierra de la radiación ultravioleta (UV) del sol", explica la NASA. "El ozono de la estratosfera absorbe la mayor parte de la radiación ultravioleta del sol. Sin ozono, la intensa radiación UV del sol esterilizaría la superficie de la Tierra".

En el último trimestre de 2022, científicos de la NASA y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), informaron de que el agujero en la capa de ozono sigue reduciéndose. El agujero se encuentra sobre la Antártida y, entre el 7 de septiembre y el 13 de octubre de 2022, abarcó una superficie media de 23,2 millones de kilómetros cuadrados.

Esta cifra es muy inferior a la media registrada en 2006, cuando el agujero alcanzó un máximo de 27,5 millones de kilómetros cuadrados.

La reducción del agujero de ozono continúa una tendencia positiva de las últimas décadas, según han confirmado los científicos.

"Con el paso del tiempo, se han hecho progresos constantes y el agujero es cada vez más pequeño", afirma Paul Newman, científico jefe de Ciencias de la Tierra del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA. "Vemos algunas vacilaciones, ya que los cambios meteorológicos y otros factores hacen que las cifras varíen ligeramente de un día a otro y de una semana a otra. Pero en general, vemos que ha disminuido a lo largo de las dos últimas décadas".

El descubrimiento del agujero en la capa de ozono impulsó urgentes esfuerzos internacionales para revertir el daño. En 1987, países de todo el mundo se unieron para firmar el Protocolo de Montreal, que formalizó la misión de proteger y reparar la capa de ozono reduciendo rápidamente el volumen de gases que agotan la capa de ozono que se liberan a la atmósfera. Es el único tratado de las Naciones Unidas que ha sido ratificado por los 198 Estados miembros de la ONU.

El gráfico anterior muestra que los CFC se han eliminado casi por completo, pasando de más de 800 000 toneladas en 1989 a 156 toneladas en 2014. El uso de otros gases que agotan la capa de ozono se ha reducido considerablemente y se está trabajando para ir más allá. El Protocolo de Montreal establece la eliminación total de todos los gases que agotan la capa de ozono para 2047, como se ilustra a continuación.

Si se aplica plenamente el Protocolo de Montreal, se prevé que la capa de ozono se recupere en 2050. Hasta ahora, la cooperación internacional ha tenido un impacto profundamente positivo.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) afirma: "Sin este tratado, el agotamiento de la capa de ozono se habría multiplicado por diez en 2050 en comparación con los niveles actuales, y habría provocado millones de casos adicionales de melanoma, otros tipos de cáncer y cataratas oculares". Se calcula, por ejemplo, que el Protocolo de Montreal está salvando de padecer cáncer de piel a unos dos millones de personas al año de aquí a 2030".

Esta enorme reducción de las emisiones de sustancias que agotan la capa de ozono también está contribuyendo a reducir el aumento de la temperatura mundial en 0,5 °C de aquí a 2100, según el PNUMA, lo que convierte al Protocolo de Montreal en uno de los acuerdos mundiales más fructíferos de todos los tiempos.