Perder en las elecciones europeas, pero ganar en innovación política
Image: REUTERS/Yves Herman
En estas pasadas elecciones europeas se ha validado una innovación política radical. Ocho países vieron la misma candidatura: “Volt Europa”. Un mismo partido político y programa en todos los países europeos donde pudimos conseguir presentarnos. Por primera vez un partido político europeo. Algo tan sencillo como atrevido. Al conseguir un eurodiputado -por Alemania-, estas elecciones marcan un hito histórico. La era de los partidos políticos europeos en el Parlamento Europeo, mas allá de coaliciones de partidos nacionales. En España yo encabezada la lista. Conseguimos un 10% de los votos necesarios para salir. Lejos de considerarlo un fracaso, creo muestra un caso de éxito de innovar en política, algo muy necesario.
Innovar es siempre difícil, pero innovar en política es particularmente difícil. La ideología política es un tema muy delicado. Los votos suelen tener mucha inercia, y cuesta mucho crear nuevas marcas entre tanto partido establecido. De hecho, en muchos países la innovación política está desincentivada, por ejemplo con leyes que proporcionan ayudas según la representación conseguida en pasadas elecciones. Ayudas como menores requerimientos para participar, presencia exclusiva en medios públicos, o adelantos económicos para la campaña. Este es el caso de muchos países Europeos, incluido España donde nos presentamos por primera vez.
A nivel Europeo, esta innovación política ha sido un éxito. Hemos entrado en el Parlamento Europeo. La identidad fundacional de Volt Europa es ser el mismo partido en toda Europa. Progresista, afrontando el futuro con más unión en la diversidad, confrontando cambio climático, apostando por la igualdad de oportunidades, invirtiendo en las personas. Como tal, nos hemos formado ya en 12 países. Estoy quiere decir que todos los votos a Volt Europa, independientemente del país, al conseguir un eurodiputado por Alemania, están representados. Han sido medio millón de votos en la urnas de toda Europa en favor de nuestra candidatura. Medio millón de "VOLTios" es un gran chispazo para validar esta innovación: la idea de que el sentimiento europeo merece un partido europeo. Que hay otra forma de hacer política.
Volt Europa en España no consiguió eurodiputado. Tuvimos algo más de 32.000 votos de los 300.000 necesarios para ser elegidos. Nuestra campaña en España hizo un trabajo buenísimo con su escueto presupuesto. Teníamos 2 semanas y 8.000 €. Cada voto fueron 0.25€ de costo de campaña, un número muy bueno. En los partidos ganadores el coste está entre 1-5 euros/voto. En USA (Trump, Hillary o Ocasio) está entre 15-30 $ de campaña por voto. Esto significa que nuestro desafío no es contenido sino alcance, hacer que más gente nos conozca.
Aparecimos en La Nueva España, El Confidencial, El Español, ABC, Publico, Voz Populi, 20 Minutos, ..., el punto de más audiencia fue la entrevista con Carlos Herrera en la COPE (2.5 millones de oyentes). Además, llegamos a ~1 millón de personas en redes sociales. Hemos tenido alcance nacional y muy poca crítica. Obviamente ese alcance tuvo muy poca conversión en votos. Quizás fue demasiado puntual o suave, o entre demasiado ruido de otras formaciones. Quizás llegamos a no-votantes a los que no convencimos para ir a las urnas, o votantes de otros partidos que no supimos atraer a pesar de valorarnos bien.
Personalmente mentiría si dijera que no me afecta ver que sólo conseguimos un 10% de los votos necesarios. Me apena no poder demostrar desde dentro que otra forma de política es posible. Que un científico puede tener impacto social fuera de la investigación. Los mensajes de apoyo han sido muy útiles, y seguiré dedicado a esta ciencia de impacto, con más convicción que nunca. Volveré a la ciencia, la ciencia de impacto, a consultorías, y ser emprendedor científico.
No confundamos apolítico con apartidista. Es casi imposible ser apolítico. En el mismo momento que tengas una opinión sobre la ciencia, gobiernos, impuestos, corrupción, cambio climático... ya no eres -afortunadamente- apolítico. Más que cortar conversaciones políticas, creo deberíamos aprender a conversar constructivamente, respetar el desacuerdo y ver en qué cosas sí estamos de acuerdo. Enseñar a los políticos cómo podemos convivir con diferencias políticas. El apartidismo se ejercita debatiendo entre partidos con ideologías diferentes y con argumentos, no rechazando debates.
Es entendible que la democracia es más estable cuando hay pocos partidos; poca fragmentación para gobernar. Es entendible, pero incomoda esa negación práctica del derecho al sufragio pasivo, a ser elegible en igualdad de oportunidad, a la renovación política. Duele pensar que vivimos en democracia pero ningún cabeza de lista que ha salido fue elegido por democracia interna. Frustra pensar el inmenso poder que tienen los jefes de partidos para imponer a dedo a quienes luego “saldrán elegidos”. Hay que resignarse ante un sistema de listas cerradas donde se prefiere la enésima persona del vagón de cola de una lista de nombres anónimos pero con carnets de partidos grandes. Los partidos políticos son el intermediario de la democracia entre el votante y el gobierno, pero lejos de ser estructuras que canalizan la democracia, tienden a ser corporaciones para las que sobrevivir es necesidad, o plataformas para canalizar egos. Duele pensar que Nigel Farage en UK ganó 30% de los votos sin programa electoral o argumentos consecuentes para salir de la Unión Europea. Duele ver lo efectivos, a corto plazo, que son estos atajos en política.
Ha sido un capítulo de aprendizaje, y me siento en deuda por el increíble apoyo y la dedicación del equipo de Volt Europa España, en deuda por los 32.000+ votos, en deuda por los voluntarios, familia y amigos que pusieron horas de trabajo, donaciones, o mandaron mensajes para ayudarnos. Me enorgullece el trabajo hecho, una campaña basada en demostrar que otra política es posible, que la gente quiere menos polarización, menos populismo, menos ataques, menos personalismo, menos políticos de carrera. Me emociona recibir tantos mensajes de gente desconocida sobre lo mucho que valoran no sólo nuestro programa sino también nuestra forma de actuar. Ojalá otros partidos fueran tan abiertos a preguntas e innovación. Antes de entrar en antena, Carlos Herrera de la COPE, nos dijo que estaba asombrado de lo positivos que eran todos los mensajes sobre nosotros. Incluso jefes de campaña de otros partidos grandes nos lo dijeron en privado.
Estoy orgulloso de tener la locura de actuar. Necesitamos más gente con esa locura de actuar e innovar. Espero haber animado a más gente a tener esa actitud activa. “Pasar de la política” no sólo es un lujo porque implica vivir en democracia, sino que esto hace que la minorías extremistas o populistas ganen poder. “Pasar de política” es poner al mando precisamente a aquellos que nos producen más hastío y ganas de... “pasar de política”. Todo lo que se necesita para que el mal triunfe es que las personas buenas no hagan nada. Ojalá mi loca decisión sea un gesto que anime a más gente a pedir explicaciones a sus políticos, a presentarse como candidato, a ejercitar la democracia.
Es cierto que no conseguimos los votos en España, pero también es cierto que hemos validado una innovación política que Europa nunca antes había visto. Empieza una nueva etapa en la integración Europea, y en innovación política. En ese sentido hemos ganado, todos.
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