La píldora inteligente que se controla a través del móvil
Image: REUTERS/Kham
Mantener vigilado al paciente desde el interior de su cuerpo y administrar los medicamentos de acuerdo con los datos recopilados. Algo que podría convertirse pronto en realidad a través de una píldora inteligente que permanece en el estómago durante mucho tiempo. Una novedad en el campo de los sensores y la medicina digital. El primer dispositivo que se comunica a largo plazo con el exterior y, al mismo tiempo, no debe implantarse con procedimientos invasivos.
Alguien quizás recuerde la película de 1987 ‘El chip prodigioso’, protagonizada por Dennis Quaid, Martin Short y Meg Ryan. Un teniente de la marina estadounidense es miniaturizado y, al mando de un submarino microscópico, es inyectado en el cuerpo de un empleado de un supermercado deprimido. La película está inspirada en la novela de 1966 ‘Viaje alucinante’ de Isaac Asimov.
La píldora inteligente que se controla a través del móvil ha sido desarrollada por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y el Brigham and Women’s Hospital de Boston. Los dos institutos ya han probado el dispositivo en animales y dentro de un par de años años planean extender el estudio a los humanos. Los resultados del proyecto se publicaron en la revista ‘Advanced Materials Technologies’.
La píldora inteligente está impresa en 3D y podría favorecer la monitorización y el tratamiento de pacientes alérgicos, inmunodeprimidos o en quimioterapia. Pero también con malaria o VIH. Los investigadores decidieron imprimir esta cápsula en 3D para incorporar fácilmente todos los componentes.
El dispositivo consta de capas alternas de material rígido y polímeros flexibles y resistentes. De esta manera, todo permanece intacto a pesar de la acidez del ambiente gástrico. Actualmente, la píldora inteligente es alimentada por una pequeña batería de óxido de plata. Sin embargo, los investigadores están explorando fuentes de energía alternativas, incluido el mismo ácido del estómago.
Una vez ingerida, la cápsula externa se disuelve y permanece su contenido, un pequeño dispositivo en forma de Y. Este se ancla en el estómago, donde puede alojarse durante al menos un mes. Uno de sus brazos está equipado con cuatro pequeños compartimentos que contienen un medicamento, que puede liberarse gradualmente incluso durante un período prolongado.
La suministración del medicamento transportado por la píldora inteligente puede ser modulado vía bluetooth. Además, el dispositivo controla el entorno gástrico y envía información directamente al móvil del paciente. Según los investigadores, el sistema podría ofrecer un método de tratamiento y monitoreo a circuito cerrado, donde una señal biológica activa la liberación de un medicamento o el ajuste de la dosis.
El dispositivo también puede identificar los primeros signos de un problema de salud más complejo. En pacientes con alto riesgo de infección, como los inmunodeprimidos o sometidos a quimioterapia, el sistema detecta la presencia de la infección e inmediatamente suelta el antibiótico necesario. Además, la píldora inteligente puede ser útil para la administración a largo plazo de medicamentos que generalmente deben ser inyectados.
Mientras que la píldora inteligente en 3D todavía está en fase de prueba, la Food and Drugs Administration de EE.UU. ya ha aprobado el primer medicamento ‘digital’. Una pastilla de aripiprazol, llamada Abilify MyCite. El dispositivo contiene un sensor que, tras entrar en contacto con los jugos gástricos, genera una señal eléctrica hacia un parche colocado en el abdomen del paciente. El parche transmite la señal al móvil y registra la ingesta efectiva del medicamento.
La patente es de una compañía de Silicon Valley, Proteus. El objetivo es avisar al personal médico de la efectiva asimilación del fármaco y garantizar un mejor seguimiento del paciente.
Hoy en día se trabaja en el desarrollo en clave médica de sensores para el reconocimiento facial, o espejos-vídeo, que pueden analizar la ingesta del fármaco. Ya existen dispositivos capaces de rastrear el aire respirado con inhaladores, para pacientes con asma y EPOC. Se estudian herramientas de análisis vocal para diagnosticar la gravedad de una depresión mayor. En el futuro, tendremos check upmédicos en remoto a través de los móviles. Aplicaciones en lugar de medicamentos, análisis personalizados definidos a través del big data y verdaderas ‘terapias digitales’, desarrolladas gracias a la inteligencia artificial.
Posiblemente, las herramientas principales de la medicina digital sean los dispositivos wearable. Con uno o más biosensores incrustados en la ropa. Relojes, camisetas, zapatos, pantalones, cinturones, cintas, gafas que pueden detectar y medir diferentes parámetros biológicos. Entre ellos, el ritmo cardíaco, la respiración, la saturación de oxígeno, la temperatura corporal, la presión arterial, la glucosa, el sudor, las ondas cerebrales. Y proporcionar información útil sobre el estilo de vida: ejercicio, sueño, dieta, calorías.
Estos dispositivos pueden enviar un primer feedback a la persona que los usa, generalmente a través de una aplicación. A continuación, la información llega al servicio correspondiente en la nube. Aquí se organiza utilizando algoritmos para que esté disponible e interpretable por el usuario u otras figuras, como el médico tratante o su equipo.
En unos 20 años, la relación tradicional entre médico y paciente podría cambiar definitivamente. Los datos de salud, muchos de los cuales anteriormente no estaban disponibles, ahora pueden ser obtenidos directamente por los pacientes. La transformación tecnológica y digital de la salud también tiene un valor estratégico y económico. Según las previsiones, en 2024 este mercado valdrá unos 400.000 millones de dólares.
Un informe de PWC encontró que el 54 por ciento de los consumidores encuestados (en los EE.UU.) estaría abierto a probar una aplicación digital o herramienta online aprobada por las autoridades para tratar su condición médica. Sin embargo, este mar de datos sensibles, teóricamente propiedad de los usuarios de los dispositivos, es registrado y depositado por las industrias tecnológicas. Y, por lo general, la seguridad de los datos y el anonimato no están garantizados. Especialmente fuera de la Unión Europea.
Las huellas digitales de un sujeto, tales como comportamientos, parámetros biológicos y posición, detectadas por medio de algoritmos, pueden ser fácilmente interceptadas y manipuladas. Especialmente cualquier información delicada, sujeta a estigma social, tales como los trastornos mentales. Esto podría generar discriminación, influir en las elecciones de las personas o hacer solicitar primas de seguro más altas. ¿Qué significaría para un estado conocer los datos sobre la salud de toda la población de un país potencialmente enemigo?
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