Sistemas Financieros y Monetarios

Cómo detener una "hemorragia" de dinero en tu negocio

A man holds Latvian euro coins during a central bank presentation of a citizen startup kit in Riga December 9, 2013. Latvia will join the euro zone on January 1, 2014. REUTERS/Ints Kalnins (LATVIA - Tags: BUSINESS) - RTX16BCZ

Image: REUTERS/Ints Kalnins

John Rampton

Sin lugar a dudas, el efectivo es la sangre de tu negocio. Cuando tienes una “hemorragia de dinero” es porque te encuentras en condición crítica. Puedes prevenir esto al vigilar estas 12 señales de peligro para detener el “sangrado” antes de que sea demasiado tarde.

1. No estás vigilando tus gastos

Que este punto no te dé pena. Hay más negocios de los que crees que no cuidan gastos como renta, nómina o inventario. Sin embargo, esto es un gran problema para muchos emprendedores porque no saben cuánto ganan y cuánto gastan. En otras palabras, si gastas más de lo que tu negocio ingresa, te estás encaminando a un desastre financiero.

Solución:

Reúne los registros de tus gastos en los últimos seis meses y fija un presupuesto por categoría que puedas seguir. Esto te ayudará a saber cuánto pierdes cada mes y en qué áreas puedes cortar “la grasita” para mejorar tu estado financiero.

2. No sabes manejar tus impuestos

Hablando de gastos, una de las partes más importantes de tu negocio es la concerniente a los impuestos. Si no puedes pagar la nómina y se te dificulta calcular tus contribuciones, ¡cuidado! Esto quiere decir que no estás teniendo un flujo de efectivo saludable. Además, un mal manejo de los impuestos puede darte mayores dolores de cabeza con Hacienda si no los manejas a tiempo.

Solución:

Cuando se habla de impuestos, tu mejor arma es la preparación. Fija las fechas importantes de tu negocio, establece días de revisión de contabilidad y trabaja de cerca con tu contador para ver que tu empresa esté cumpliendo con el SAT en tiempo y forma. Y si vas empezando y no sabes manejar tus impuestos, ¡consigue un contador ya!

3. Te estás ahogando en deudas de la tarjeta de crédito

No te engañes. Nunca es bueno deber en la tarjeta. Los intereses suelen ser altos y no te ayudan a construir un patrimonio. Sin embargo, esto no significa que no debas tener una tarjeta de crédito de negocios a la mano. En algunos escenarios, pagar con plásticos te puede dar recompensas o puede servir como una buena manera de salir de un apuro DE CORTO PLAZO. Pero si te estás ahogando en deudas por usar la tarjeta de manera inadecuada, es porque estás gastando una fortuna pagando intereses. Y ese es dinero que pudiste inyectar en el futuro de tu negocio.

Solución:

Pagar tu tarjeta debe ser tu prioridad. Puedes empezar depositando más que el pago mínimo cada mes. Para una deuda más seria, deberás tener un compromiso mayor, crear un presupuesto, renegociar el pago y enseñarte a no usar el plástico.

4. Pagas tarde tus cuentas

Aquí hay dos escenarios: de verdad no tienes el dinero para pagar tus gastos (y esto significa pagar penalizaciones y que tus servicios son cortados) o simplemente eres flojo. Si el segundo caso es el tuyo, felicidades, estás tirando dinero a la basura.

Solución:

¡Domicilia! Si olvidas pagar a tiempo tus cuentas, esta es la mejor manera de evitar retardos ya que el cobro es automático y te quitará el trabajo de ir al banco o a la tienda a pagar.

Sin embargo, si tu caso es el primero, entonces debes hacer un presupuesto y empezar a tomar decisiones. Por ejemplo, puedes cortar algunas de tus suscripciones o reducir los gastos en la oficina o de plano, buscar otra forma de ingreso de capital.

5. Han pasado 90 días y no has cobrad las facturas que te deben

Sabemos que si una factura no se paga en los primeros 90 días, entonces no se pagará. De hecho, solo el 18% de las facturas puede cobrarse después de ese periodo. Y si no estás cobrando, ¿cómo pagas tus gastos?

Solución:

Cobra con frecuencia. Puedes invertir en servicios online que le recuerden a tus clientes que deben pagarte. Que no te dé pena pedir el dinero por el trabajo que ya hiciste.

6. No estás negociando

El precio se fija antes del contacto con el cliente B2C y no se cambia. Pero cuando eres una empresa que da servicio a otros negocios o recibes el trabajo de otra B2B, puedes negociar. Si no estás “regateando” con vendedores y proveedores, entonces estás pagando de más.

Solución:

Siempre has una contraoferta. No dudes en pedir rebajas a tus proveedores y si te dicen que no, tienes toda la libertad de buscar a otro a quien comprarle. Si sientes que no eres lo suficientemente asertivo para hacerlo, pídele ayuda a un socio, empleado o hasta pareja.

7. Quieres el estilo de vida del otro

Tu mayor competidor acaba de comprar nuevas oficinas, tiene los últimos gadgets, gastó una fortuna en muebles hechos a mano y tiene hasta un chef privado. Y claro, eso da coraje. Pero he aquí un secreto: eso no significa que tu negocio no sea mejor. Es posible que tu competencia haya gastado todo el capital que levantó en cosas materialistas, pero eso significa que no se lo pueden invertir a su empresa.

Solución:

No hay nada de malo con querer impresionar a alguien, peor por favor, debes ser práctico. Puedes comprar muebles usados de muy buena calidad y puedes rentar equipo en lo que tu empresa agarra vuelo. Recuerda, solo compra lo que necesites, no lo que quieres.

8. Sufres cada quincena para pagar la nómina

Después de pagar los impuestos, este debe ser tu inversión más grande cada mes. Si pagarle a tus empleados te estresa, entonces tienes un problema. Y si dejas de pagar, entonces te estas metiendo en un problema legal grave.

Solución:

Te lo quiero dejar muy claro: pagar la nómina es tu prioridad. Si un día fallas, tendrás que incurrir en soluciones extremas para no dejarle de pagar a tus empleados, como olvidar tu propio salario o vender parte de tus propiedades. Una vez que salgas del apuro, acércate con consejero financiero para que no te vuelva a suceder.

9. No tienes un fondo de emergencias

Tener un fondo de emergencias para un momento de apuro es un gran consejo para todos, no solo para los dueños de empresas. Por ejemplo, ¿qué haces si una de tus camionetas se avería? Sin ella no puedes hacer entregas y no puedes vender. ¿Y si no puedes pagar por las reparaciones? Sin ese fondo vas a recurrir a soluciones desesperadas como pedir un préstamo o recurrir a un crédito.

Solución:

La forma más fácil de tener un fondo de mergencias es automatizar tus ahorros. Asegúrate que una parte de tus ingresos se depositen automáticamente en una cuenta de ahorro. Un presupuesto te ayudará a determinar cuánto puedes apartar sin ahorcarte cada mes.

10. No estás contratando bien

La nómina es una de tus mayores responsabilidades y uno de los gatos más grandes de un negocio. Contratar a las personas equivocadas significa que debes pagar liquidaciones y que debes contratar y entrenar personas una y otra vez. Y eso es muy caro.

Si no estás listo para contratar a personal de tiempo completo, puedes tercerizar algunas tareas a freelancers. Hay muchos y muy buenos, pero ten cuidado, tercerizar demasiado puede acumular más gastos que simplemente contratar a alguien.

Solución:

Trata de implementar un buen sistema de contratación para que las personas que entren en tu negocio no solo tengan las habilidades adecuadas, sino que sean buenas sumas a la cultura de la empresa.

11. Tus finanzas están desorganizadas

Puedo admitir que la contabilidad no es una de mis partes favoritas de emprender, pero desde hace años entendí que es fundamental para hacer crecer un negocio. De entrada, te ayuda a manejar las facturas que te deben pagar y los gastos que debes hacer y hace que la declaración anual sea mucho más sencilla. Además, tener tus cuentas en orden te facilitará contactar a inversionistas, porque ellos siempre querrán ver la salud financiera de tu negocio.

Solución:

Contrata a un contador o a un director financiero. Ellos saben cuáles deducciones puedes hacer y cómo organizar tus finanzas. Incluso puedes contratarlos de tiempo parcial.

12. Tomas malos consejos financieros

Por favor, siempre contrata a un profesional que de verdad sepa manejar el reglamento fiscal de tu país y te pueda ayudar a tomar decisiones correctas. No hay nada más peligroso que seguir el consejo del amigo de un amigo en cuanto a finanzas se trata.

Solución:

Si el consejo es confuso, el asesor tiene un interés personal y si la opinión no fue solicitada, puede estar seguro de te están estafando estafado o estas con un asesor que te hará perder dinero. Busca a profesionistas con referencias comprobables.

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