NCQG: ¿Qué es esto y por qué es importante para la financiación climática? 

Para cumplir los objetivos de reducción de emisiones, se recomienda a los países en desarrollo que abandonen los combustibles fósiles, se abstengan de desarrollar los hidrocarburos y apliquen soluciones de energía limpia en todos los sectores de sus economías.

Sin embargo, estos países a menudo ni poseen el espacio fiscal para promover estos programas con recursos propios ni son tan atractivos como destinos de inversión como los países desarrollados, que tienen mejor acceso a financiación. Para salvar esa brecha y ayudar a los países en desarrollo a descarbonizarse y protegerse de futuros daños, se necesita financiación climática, una solución que ha pasado a ocupar un lugar destacado en la agenda climática.

En este contexto, el nuevo objetivo colectivo cuantificado (new collective quantified goal, o NCQG) sobre financiación climática surge como un marco prometedor, diseñado para abordar las necesidades financieras de los países en desarrollo en su lucha contra el cambio climático. Pero, ¿qué es exactamente el NCQG y por qué es importante?

El nuevo objetivo colectivo cuantificado es un elemento clave del Acuerdo de París, adoptado en 2015 para reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático. En concreto, el NCQG pretende establecer un nuevo objetivo financiero para apoyar a los países en desarrollo en sus acciones climáticas.

Sucede así al anterior objetivo fijado en 2009 en la Cumbre del Clima de Copenhague, en la que los países desarrollados se comprometieron a movilizar 100 000 millones de dólares anuales hasta 2020 para atender las necesidades de los países en desarrollo. Sin embargo, aunque el mundo ha empezado a alcanzar esta cifra, la eficacia de estos fondos para impulsar un desarrollo respetuoso con el clima sin crear problemas de reembolso de la deuda es muy cuestionable, lo que subraya la necesidad de un mecanismo financiero más sólido y eficaz.

Actualmente se está negociando el NCQG y se espera que este proceso concluya antes de 2025. Esto definirá la escala de recursos financieros que los países desarrollados deben movilizar después de 2025, reflejando la evolución de las necesidades y prioridades de los países en desarrollo en el contexto del cambio climático.

Una de las principales razones por las que el NCQG es importante es que trata de abordar lagunas persistentes en la financiación de la lucha contra el cambio climático. A pesar de los recientes éxitos en la consecución del objetivo de 100 000 millones de dólares, esos fondos volverán a los países donantes en breve. Por lo tanto, más allá del valor monetario del objetivo, la calidad de los instrumentos financieros proporcionados es igualmente importante para garantizar que se utilicen de la forma más eficaz y eficiente.

Mientras tanto, las necesidades de los países en desarrollo han aumentado, como estima el Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre Financiación Climática. Estos países necesitan importantes recursos financieros en condiciones favorables para aplicar estrategias de mitigación y adaptación, construir infraestructuras resilientes y realizar la transición a sistemas energéticos sostenibles. El NCQG pretende ofrecer un marco financiero más realista y ambicioso para satisfacer estas demandas.

Los países en desarrollo, especialmente los pequeños Estados insulares y los países menos desarrollados, suelen ser los más vulnerables a los efectos del cambio climático. Se enfrentan a fenómenos meteorológicos graves, a la subida del nivel del mar y a otros retos relacionados con el clima que amenazan sus medios de vida y su desarrollo. Al establecer un nuevo objetivo más elevado para la financiación climática, el NCQG puede ayudar a garantizar que estos países reciban el apoyo que necesitan para aumentar su resiliencia y proteger a sus comunidades.

El NCQG no trata sólo de transferencias financieras, sino también de fomentar una alianza global para la acción por el clima. Al comprometerse con un nuevo objetivo colectivo, los países desarrollados pueden demostrar solidaridad y responsabilidad a la hora de abordar un problema mundial que afecta a todos. Este compromiso puede aumentar la confianza y la cooperación entre las naciones, esenciales para aplicar con éxito el Acuerdo de París y alcanzar sus objetivos a largo plazo.

La financiación pública por sí sola no puede satisfacer las enormes necesidades financieras de la acción climática. El NCQG puede desempeñar un papel fundamental en la movilización de financiación privada para el clima, proporcionando una señal clara de compromiso y estabilidad. Cuando los gobiernos se comprometen con objetivos sustanciales de financiación climática, puede animar a los inversores privados a alinear sus carteras con proyectos respetuosos con el clima, aumentando así el flujo global de fondos hacia el desarrollo sostenible.

Otro aspecto importante del NCQG es su potencial para mejorar la rendición de cuentas y la transparencia en la financiación climática. La comunidad internacional puede seguir y evaluar mejor los flujos financieros estableciendo un nuevo objetivo colectivo con parámetros y mecanismos de información claros. Esta transparencia es crucial para garantizar que los fondos se utilicen eficazmente y lleguen a los beneficiarios previstos, mejorando en última instancia la credibilidad y la eficacia de los esfuerzos de financiación de la lucha contra el cambio climático.

Aunque el NCQG es muy prometedor, su éxito dependerá de varios factores. En primer lugar, el proceso de negociación debe ser inclusivo y participativo, garantizando que las voces y necesidades de los países en desarrollo y del sector privado estén adecuadamente representadas.

Además, el NCQG debe ser ambicioso pero realista, equilibrando las capacidades financieras de los países desarrollados con las necesidades urgentes de las naciones en desarrollo. La base de donantes no está clara, y la situación de algunos países, como China y Arabia Saudí, aún sigue siendo objeto de debate. Para que el NCQG avance, estas cuestiones deben responderse antes y durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024 (COP29).

La eficacia del NCQG dependerá de mecanismos sólidos de seguimiento y rendición de cuentas. Sin directrices claras e informes transparentes, el nuevo objetivo podría enfrentarse a los mismos retos que su predecesor. Por ello, la comunidad internacional debe colaborar para establecer un marco que garantice una distribución eficiente y equitativa de la financiación climática.

El nuevo objetivo colectivo cuantificado sobre financiación climática representa un paso crucial en el esfuerzo global de combate al cambio climático. Al fijar un nuevo objetivo financiero, el NCQG pretende colmar la brecha de financiación climática, apoyar a las comunidades vulnerables y a los mercados emergentes, mejorar la cooperación mundial y catalizar la inversión del sector privado.

Aunque aún quedan retos por delante, la adopción exitosa del NCQG en la COP29 y su implementación pueden reforzar significativamente la capacidad de la comunidad internacional para cumplir las promesas del Acuerdo de París.