Estas 5 megatendencias definirán el futuro del Golfo y más allá

Hoy, 70 años después de que el descubrimiento de petróleo en el pozo Bab-2 de Abu Dhabi anunciara una nueva era para la región del Golfo, el panorama mundial está marcado por el lento crecimiento del PIB y el riesgo de recesión. Pero las "Big Three" o tres grandes economías del mundo árabe -los EAU, el Reino de Arabia Saudí y Egipto- están contrarrestando la tendencia mundial, diversificando con éxito sus economías y labrándose un papel de liderazgo en la nueva economía global.

Estas economías representan el bloque económico de más rápido crecimiento del mundo. Arabia Saudí es la primera economía billonaria de Oriente Medio y Norte de África (MENA) y los EAU han registrado un crecimiento récord en el sector no petrolero. Egipto, por su parte, está logrando una trayectoria positiva a pesar de los recientes vientos en contra, cada vez más fuertes y difíciles.

Impulsados por iniciativas gubernamentales proactivas para fomentar la creación de empresas, una mayor atención al emprendimiento y a la educación, y un cambio cultural hacia prácticas empresariales innovadoras, los EAU y Arabia Saudí se han consolidado como dos de los principales destinos mundiales para el lanzamiento de nuevas empresas, ocupando el primer y tercer puesto, respectivamente.

Este entorno favorable a los negocios es fundamental para el inminente renacimiento de la región. Sin embargo, el curso de los próximos 25 años también estará determinado por cinco megatendencias clave, y por la forma en que las tres grandes economías del mundo árabe aprovechen las oportunidades que surjan en un mundo cambiante.

Los Estados árabes del Golfo están construyendo un futuro acorde con los objetivos climáticos mundiales y han establecido un marco institucional para mitigar el cambio climático. Además, la celebración consecutiva de Conferencias de las Partes (COP) en Egipto y EAU ha amplificado la voz árabe en la narrativa mundial sobre el cambio climático.

Los esfuerzos regionales también están abriendo camino. Los Emiratos Árabes Unidos dieron un paso pionero al lanzar la iniciativa estratégica UAE Net Zero para 2050, convirtiéndose en la primera nación de la región MENA en fijar un objetivo tan ambicioso. Las principales empresas regionales, como ADNOC, ya están avanzando hacia la reducción de emisiones y el aumento de las fuentes de energía renovables.

La alineación de los Estados del Golfo con estos objetivos climáticos globales y su participación en la configuración del discurso aumenta su influencia y establece un marco tangible para integrar la sostenibilidad en el tejido económico y cultural de la región en el próximo cuarto de siglo.

La dinámica geopolítica se está desplazando notablemente hacia el Sur Global, poniendo de relieve una redistribución del poder económico y la influencia desde los centros occidentales tradicionales hacia las economías emergentes de todo el mundo. La reciente expansión de los BRICS (con la adhesión de seis miembros más, entre ellos EAU, Arabia Saudí y Egipto) es una prueba de este cambio.

Con la inclusión de las "Big Three" árabes, los BRICS abarcan ahora el 45% de la población mundial y el 28% de la economía mundial, y sus miembros aportan el 44% de la producción mundial de crudo.

La adhesión a los BRICS impulsa el renacimiento económico árabe al permitir el acceso a vastos mercados y oportunidades de inversión, promover la diversificación industrial y potenciar los intercambios tecnológicos. Refuerza la posición de los Estados árabes en los debates económicos globales, fomentando alianzas que apoyan el desarrollo sostenible y la reforma económica. Esta alineación estratégica permite una economía más diversificada e impulsada por la innovación en el mundo árabe, crucial para su crecimiento a largo plazo y su integración global.

La reciente tendencia de reversión a la media de las tasas de interés constituye un punto de inflexión para las economías mundiales. Tras años de tasas históricamente bajas, el ajuste al alza posterior a la COVID-19 está recalibrando los panoramas de inversión y las estrategias financieras.

Se trata de un arma de doble filo para el renacimiento económico árabe. Por un lado, las tasa más altas dificultan la asequibilidad de los préstamos, lo que puede frenar las inversiones especulativas y enfriar los segmentos de mercado sobrecalentados. Por otro, crean un terreno fértil para aumentar las tasas de ahorro interno, reforzando los sistemas financieros locales. Además, al atraer capital extranjero en busca de mayores rendimientos, las economías árabes pueden financiar infraestructuras críticas y proyectos de innovación esenciales para un crecimiento sostenible.

Para que los EAU, Arabia Saudí y Egipto naveguen por este panorama, tendrán que afinar sus políticas monetarias y seguir diversificando las actividades económicas para cimentar su resiliencia financiera.

El mundo árabe está estratégicamente situado en la encrucijada entre Oriente y Occidente, por lo que su papel en la redefinición de las rutas comerciales globales es cada vez más importante. Con la modernización de las infraestructuras y el impulso a la diversificación económica, las tres grandes economías de la región se están transformando en centros que facilitan el flujo de bienes, servicios y capitales entre continentes.

Egipto está deliberando sobre el desarrollo del Canal de Suez, una medida que podría permitir mayores volúmenes de navegación y evitar que los embotellamientos paralicen el tráfico. Además, en la cumbre del G20 de 2023, los Estados miembros anunciaron su intención de formar un nuevo Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC) para impulsar el desarrollo económico mejorando la conectividad y la integración económica entre Asia, el Golfo y Europa.

Estos esfuerzos contribuyen colectivamente al renacimiento de la economía árabe, aprovechando sus ventajas geográficas y estratégicas para redefinir su papel e influencia en el comercio mundial.

Las previsiones apuntan a que la Inteligencia Artificial podría inyectar más de 300 000 millones de dólares en el PIB de Oriente Medio de aquí a 2031, por lo que las empresas de la región están invirtiendo significativamente en nuevas tecnologías, impulsadas por el respaldo gubernamental para que sean pioneras en su adopción. Por ejemplo, el Consejo de Inteligencia Artificial y Tecnología Avanzada (AIATC, por sus siglas en inglés), creado por Su Alteza el Jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, Presidente de los EAU, lanzó MGX, una empresa de inversión tecnológica para permitir el avance y despliegue de tecnologías de vanguardia destinadas a mejorar la vida de las generaciones actuales y futuras.

Al integrar la IA en sectores como finanzas, turismo y energía, la región está preparada para afrontar retos complejos. Estos van desde la optimización de los recursos hídricos a la mejora de la asistencia sanitaria, garantizando así el desarrollo sostenible y trazando el camino para un renacimiento económico árabe. En particular, el gobierno de Arabia Saudí tiene previsto crear un fondo de unos 40 000 millones de dólares para invertir en IA, además de apoyar a diversas start-ups tecnológicas asociadas a la IA, como fabricantes de chips y centros de datos a gran escala.

El próximo cuarto de siglo está destinado a ser un capítulo decisivo en la narrativa económica global, mostrando el potencial sin parangón de la región para el desarrollo sostenible. El otrora incipiente paisaje desértico, símbolo de ambiciosos albores, se prepara ahora para forjar un futuro marcado por la resiliencia y la innovación.

En este renacimiento, las naciones árabes no sólo participan en la economía global, sino que la lideran desde el frente.