Así es como la tecnología de exploración del fondo marino podría transformar la vida en tierra firme

El ser humano está intrínsecamente ligado al medio ambiente y, en la mayor parte del planeta, su impacto sobre la Tierra es fácilmente visible. Pero, ¿qué ocurre con los rincones del océano que están envueltos en la oscuridad y son casi imposibles de visitar? Esta falta de accesibilidad crea una desconexión entre nosotros y los ecosistemas marinos. A pesar de que disponemos de la tecnología necesaria para su exploración, el océano sigue siendo en su mayor parte un misterio: tenemos mapas más detallados de la superficie de Marte, Venus y la Luna que del fondo marino profundo de nuestro planeta.

En consecuencia, en comparación con la exploración terrestre e incluso espacial, el océano recibe poca atención y peso simbólico, a pesar de su monumental papel en nuestras vidas. El océano proporciona más del 90% del espacio vital de la Tierra, ayuda a regular nuestros patrones climáticos, secuestra carbono y absorbe calor de nuestra atmósfera, y alimenta a miles de millones de personas en todo el mundo. Las singulares adaptaciones de la vida de las profundidades marinas a condiciones extremas -alta presión, bajas temperaturas, ausencia de luz solar- ya están contribuyendo a innovaciones científicas y médicas.

La exploración de los océanos representa a la vez un reto inmenso y una aventura apasionante, que aguardan descubrimientos revolucionarios, avances científicos y soluciones de gestión. ¿Qué falta para liberar este potencial y avanzar en el conocimiento de los océanos? Coordinación, asignación de recursos y, lo que es más importante, voluntad.

En enero de este año, OceanX y el Foro Económico Mundial se unieron para retransmitir en directo una mesa redonda entre los participantes en la Reunión Anual de Davos y un sumergible situado a 350 metros bajo la superficie del océano, en el remoto atolón de Aldabra, en las islas exteriores de Seychelles. La hazaña fue una primicia en Davos y puso de manifiesto cómo la humanidad puede utilizar la tecnología para ampliar nuestros horizontes.

Como las ondas de radio que hacen posible la comunicación inalámbrica en tierra no funcionan en el océano, la retransmisión en directo desde las profundidades plantea un desafío único. La solución es la luz. Las señales de vídeo y audio del sumergible se convirtieron en pulsos de luz que se transmitieron a través del agua a un receptor del vehículo teledirigido (ROV).

Estas señales luminosas se transmitieron a través de 6000 metros de cable hasta el control de la misión a bordo del buque de investigación OceanXplorer, de ahí hasta un satélite situado sobre la Tierra y, finalmente, a Davos.

Esta tecnología puede transformar nuestra relación con el océano.

Establecer una línea de base ambiental, tanto en los ecosistemas poco profundos como en los profundos, es el primer paso para revelar la complejidad de los ecosistemas oceánicos y sus habitantes, comprender realmente nuestro impacto y fundamentar la toma de decisiones y la gestión. Existen las herramientas para establecer estas líneas de base, pero a menudo no se ponen directamente en manos de quienes más las necesitan.

Las Seychelles están entre los líderes mundiales en conservación marina y también a la vanguardia del cambio climático, pero hay una importante falta de datos y conocimientos sobre los ecosistemas marinos locales.

Se están tomando medidas para cambiar esta situación: La retransmisión en directo tuvo lugar durante una misión de investigación científica de OceanX en el atolón de Aldabra, en colaboración con el Departamento de Medio Ambiente del Ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático de las Seychelles y la comunidad científica local.

Diseñada para ayudar a desarrollar un conocimiento exhaustivo de los ecosistemas oceánicos de las Seychelles, la misión utilizó la completa tecnología a bordo del OceanXplorer para facilitar la investigación, que abarca desde las comunidades de arrecifes y plancton hasta la megafauna marina, como tiburones, dugongos y tortugas, y los hábitats de aguas profundas.

Comprender la vida en las profundidades marinas brinda la oportunidad de desarrollar una economía azul sostenible y equitativa. Profundizar en la relación entre la humanidad y los recursos de las profundidades marinas presenta una solución viable a los problemas a los que se enfrentan tanto el medio ambiente como la comunidad mundial.

A través de nuestro trabajo diario, como investigadora en el Laboratorio Benioff de Ciencias Oceánicas de la Universidad de California en Santa Bárbara y como directora de operaciones científicas de OceanX, y mediante actos de gran repercusión como nuestra retransmisión en directo de las profundidades oceánicas en el Foro Económico Mundial, nuestras organizaciones siguen unidas en su dedicación a satisfacer la necesidad de un conocimiento más profundo y exhaustivo de los océanos, de una gestión y soluciones marinas más eficaces, y de inspirar al mundo para que se una en torno a estos esfuerzos.