Cómo incluir a los pequeños agricultores en la economía digital y mejorar los sistemas alimentarios

Los pequeños agricultores son el corazón del sistema alimentario mundial, ya que producen en un tercio de los alimentos que consumimos. Sin embargo, para muchos de los 600 millones de pequeños agricultores del mundo, la agricultura ya no es un medio de vida sostenible. Los agricultores están abandonando sus comunidades para buscar medios de vida alternativos, lo que se suma al peso de los retos a los que ya se enfrentan nuestros sistemas alimentarios, como los conflictos geopolíticos, las secuelas de la pandemia y el empeoramiento de las perturbaciones climáticas, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria. Casi el 10% de la población mundial padece hambre, y esta cifra va en aumento.

Tenemos que transformar nuestros sistemas alimentarios mundiales para que sean más equitativos con los pequeños agricultores. Los agricultores carecen de acceso a créditos suficientes para mantener y hacer crecer sus negocios. La tecnología puede proporcionar a los agricultores acceso al crédito y a otros servicios financieros, así como a mercados y proveedores de insumos fiables, servicios de asesoramiento e información.

Sin embargo, la insuficiente infraestructura digital de las comunidades rurales impide a los pequeños agricultores acceder a estas tecnologías. Internet y la electricidad suelen ser poco fiables y caros, muchos agricultores carecen de identidad digital y el acceso a datos y soluciones de inteligencia artificial (IA) es caro.

Como empresas impulsadas por la tecnología, Mastercard y Microsoft han desarrollado soluciones innovadoras para apoyar a los agricultores y reforzar los sistemas alimentarios mundiales. Por ejemplo, Farm Pass digitaliza las cadenas de valor agrícolas para facilitar el acceso al crédito y crear un mayor grupo de compradores. Junto con empresas locales de tecnología agrícola e instituciones financieras, Farm Pass ha ayudado a más de 2 millones de pequeños agricultores de África y la India a cobrar más y más rápido.

Microsoft desarrolló previamente la plataforma Azure FarmBeats y desde entonces ha ampliado este trabajo con FarmVibes.AI, un conjunto de herramientas de IA para ayudar a los agricultores a adoptar prácticas agrícolas sostenibles. Estas tecnologías permiten una agricultura basada en datos con el uso de sensores, conectividad a Internet basada en el espacio blanco alimentado por energía solar, IA y otras herramientas para apoyar la productividad agrícola, los ingresos y la optimización de los recursos. Microsoft también creó un chatbot para facilitar la comunicación de los pequeños agricultores del África subsahariana.

Los sistemas alimentarios mundiales son responsables de más de una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y la mitad de la tierra habitable del mundo se utiliza para la agricultura, por lo que aprovechar la tecnología para apoyar a los pequeños agricultores también puede ayudar a salvaguardar la naturaleza y avanzar en la acción por el clima. Por ejemplo, las soluciones basadas en datos pueden ayudar a los agricultores a cultivar alimentos con recursos óptimos, como agua, fertilizantes y otros insumos esenciales, con un desperdicio mínimo en las cadenas de suministro.

Creemos que los datos, unidos al conocimiento y la intuición del agricultor sobre su explotación, pueden ayudar a aumentar la productividad agrícola y también a reducir costes. El objetivo es hacer posible una agricultura basada en datos y democratizar la IA para una agricultura sostenible. Este es precisamente el objetivo de FarmBeats. Andrew Nelson, un agricultor que actualmente está probando la cartera de servicios de FarmBeats, sugiere que, colectivamente, estas tecnologías están teniendo un gran impacto tanto en sus campos como en su cuenta bancaria. Por ejemplo, el primer año que Nelson utilizó los datos para guiar su pulverización, la cantidad que ahorró fue exactamente la que ganó.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo las organizaciones del sector privado están innovando para incorporar a los pequeños agricultores a la economía digital, mejorar sus medios de vida y apoyar la seguridad alimentaria. Sin embargo, se necesita financiación para reducir el riesgo de las inversiones iniciales en desarrollo y ampliación de nuevas soluciones. Por ejemplo, para crear capacidad en la última milla, se necesita financiación para la formación en alfabetización digital y el desarrollo de redes de agentes. Las soluciones adecuadas deben atraer financiación de los sectores privado, público y filantrópico.

Para desbloquear la inversión, se necesitan entornos favorables que permitan la innovación continua. Los modelos de negocio deben ser diseñados conjuntamente por un grupo diverso de partes interesadas para garantizar la viabilidad. Aunque las tecnologías pueden originarse fuera de las explotaciones agrícolas, los agricultores y la aplicabilidad en las explotaciones deben estar en el centro para evitar fallos del mercado. Mientras que la financiación de los gobiernos, las instituciones públicas y la filantropía puede permitir el desarrollo del ecosistema en una fase temprana, la coinversión del sector privado puede complementar los esfuerzos y, en última instancia, centrarse en la financiación de soluciones sostenibles y comercialmente viables.

Se están desarrollando varios modelos de financiación innovadores; sin embargo, la solución a escala para la adopción de tecnologías solo puede lograrse mediante la cooperación. Esta es la razón por la que hemos participado en el diseño y desarrollo de la Iniciativa Mundial de Centros de Innovación Alimentaria (Food Innovation Hubs) con varias partes interesadas públicas, privadas y de la sociedad civil. Juntos, pretendemos impulsar innovaciones inclusivas y de bajo coste que puedan tener un impacto escalable a la hora de satisfacer las necesidades de las partes interesadas en el sistema alimentario a nivel regional y mundial.

Los sistemas alimentarios necesitan una revolución tecnológica. El año que viene impulsaremos iniciativas para conectar a más pequeños agricultores con mercados justos, el sector financiero formal, prácticas agrícolas sostenibles e Internet. Este trabajo requerirá una colaboración amplia e intencionada para mover la aguja de la seguridad alimentaria y empoderar a los agricultores que alimentan al mundo.