Por qué abordar la deforestación es una prioridad estratégica para las empresas

Si bien se han logrado grandes avances contra la deforestación en la última década, esta sigue siendo un riesgo en los sectores agrícola y forestal. Sin embargo, las empresas, los gobiernos y los inversionistas reconocen cada vez más el valor comercial de priorizar la producción y el suministro responsable de materias primas. En el dinámico y a menudo fragmentado panorama político actual, las medidas para combatir la deforestación contribuyen a asegurar el cumplimiento regulatorio, mitigar los riesgos comerciales asociados a las interrupciones de la cadena de suministro y satisfacer las crecientes expectativas de clientes e inversionistas.

Como expertos en cadenas de suministro libres de deforestación desde hace años —mucho antes de que existieran definiciones y métricas aceptadas por consenso—, podemos afirmar que se trata de un desafío complejo que requiere soluciones multidimensionales en constante evolución. No solo es necesario abordar los riesgos de deforestación dentro de la propia cadena de suministro de una empresa, sino también contribuir a los esfuerzos colectivos para atacar sus causas fundamentales, a menudo en colaboración con una amplia gama de actores, incluidas las comunidades locales.

Para ayudar a las empresas a navegar por este panorama, el Marco de Responsabilidad (Accountability Framework) ofrece un enfoque integrado para hacer frente a la deforestación y a los impactos socioambientales en las cadenas de suministro. Estas definiciones y directrices armonizadas aclaran las expectativas de las empresas. Desarrollado por una coalición diversa de organizaciones, el Marco de Responsabilidad incorpora estándares internacionales y refleja la experiencia de empresas destacadas, instituciones financieras y otros grupos de interés. Entre ellas se encuentran Bunge y PepsiCo, miembros del Grupo Asesor del Sector Privado de AFi.

Las medidas que adopten las empresas en materia de deforestación variarán según su posición en la cadena de suministro, así como por las características y el contexto específico de su negocio. Sin embargo, existen pilares fundamentales y puntos en común para la acción. A continuación, destacamos tres ejes clave basados en las experiencias de la empresa agroindustrial global Bunge y del fabricante de bienes de consumo PepsiCo, reconociendo la naturaleza progresiva de esta labor y la necesidad de una mejora continua.

En primer lugar, las empresas deben establecer objetivos para eliminar la deforestación de sus cadenas de suministro con la mayor celeridad posible. El Marco de Responsabilidad orienta a las organizaciones en la fijación de metas e hitos claros con plazos determinados. Esta guía está en consonancia con los principales mecanismos de fijación de objetivos y reporte sobre clima y naturaleza, incluyendo CDP (divulgación ambiental), SBTi (metas de carbono), SBTN (metas de naturaleza) y TNFD (riesgos financieros relacionados con la naturaleza). De este modo, las empresas pueden adoptar un enfoque integrado para gestionar y divulgar información sobre estos desafíos interconectados.

Los objetivos establecidos por Bunge y PepsiCo ilustran aspectos fundamentales de esta guía. La ambición de Bunge para 2025 refleja la importancia de eliminar la deforestación y la conversión de ecosistemas para mitigar los efectos más graves del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Los informes públicos de la compañía detallan hitos específicos y estrategias de implementación. Por su parte, PepsiCo mantiene su compromiso de lograr un suministro libre de deforestación para finales de 2025; y libre de deforestación y conversión para 2030 en el caso de materias primas de alto riesgo en operaciones propias y gestionadas.

Para satisfacer las expectativas de transparencia de los grupos de interés, las empresas pueden utilizar indicadores alineados con el Marco de Responsabilidad para divulgar el alcance total de su producción y suministro de materias primas. Tanto Bunge como PepsiCo informan anualmente y de manera detallada sobre sus avances en sostenibilidad. El informe de Bunge destaca que la empresa se encuentra en vías de cumplir sus compromisos de suministro libre de deforestación y conversión para el aceite de palma y las regiones prioritarias de origen de soya en 2025.

En segundo lugar, para alcanzar los objetivos de cero deforestación, es fundamental que las empresas conozcan el origen de las materias primas en sus cadenas de suministro. Esto puede representar un desafío, especialmente para las compañías que se encuentran en las fases finales de la cadena, como los fabricantes de bienes de consumo. Los sistemas de trazabilidad y monitoreo, junto con los programas de compras responsables a nivel corporativo, sientan las bases para impulsar el cumplimiento de las políticas institucionales a lo largo de toda la cadena de suministro.

En 2024, Bunge priorizó los esfuerzos para cerrar las brechas de trazabilidad en sus cadenas de suministro de soya. La empresa logró una trazabilidad del 100% para el suministro directo y del 99% para las regiones prioritarias de origen de soya en América del Sur. Bunge ha desarrollado sus propios protocolos de trazabilidad para la palma y la soya. La evaluación y mejora continua de estos procesos son esenciales tanto por razones ambientales como sociales, y Bunge las aborda con determinación. Además, el año pasado la compañía monitoreó 36 millones de hectáreas mediante tecnología satelital, incluyendo 44,000 granjas en el Cerrado brasileño. La empresa comparte el acceso a sus sistemas de monitoreo con otras organizaciones del sector para reforzar la transparencia y ampliar el impacto de la tecnología y la cooperación en toda la industria.

PepsiCo se ha centrado en fortalecer sus directrices de compras, facilitando la capacitación de los proveedores y optimizando los formatos de trazabilidad y su sistema de evaluación de proveedores de aceite de palma. La empresa analiza los resultados de este sistema para supervisar el progreso de los proveedores y determinar las áreas para futuras iniciativas en la cadena de suministro. En 2024, PepsiCo colaboró con la plataforma de monitoreo satelital Satelligence para detectar y responder a casos de deforestación, verificando que los puntos de origen se mantengan libres de esta práctica.

En tercer lugar, para gestionar con éxito el riesgo de deforestación y fortalecer la resiliencia de la cadena de suministro, es necesario comprometerse con las regiones de origen para apoyar prácticas sostenibles de uso de suelo, la protección de los ecosistemas a largo plazo y la mejora de los medios de vida locales.

Por ejemplo, Bunge colabora con su proveedor Musim Mas para que los productores de palma optimicen sus prácticas y se incorporen de manera permanente a las cadenas de suministro globales. Los programas de la compañía tienen como objetivo ayudar a los pequeños agricultores —cuyas fincas son, en promedio, un 40% menos productivas que las grandes plantaciones— a aumentar el rendimiento y los ingresos en sus tierras de cultivo actuales. En 2024, el programa de capacitación de instructores de la empresa en Indonesia formó a 150 funcionarios municipales y benefició a 1500 pequeños agricultores.

PepsiCo colabora con sus proveedores, otras empresas del sector, la sociedad civil y diversas entidades, tanto de forma directa como a través de alianzas intersectoriales, para abordar los problemas sistémicos que impulsan la deforestación en regiones de origen clave, como Indonesia y México. La compañía continúa invirtiendo en enfoques territoriales que permiten la coexistencia de una producción agrícola responsable, medios de vida resilientes —gracias a la mejora de los rendimientos y la diversificación de ingresos— y ecosistemas naturales prósperos.

Como parte de sus esfuerzos, PepsiCo invirte en su cadena de suministro de aceite de palma y colabora en proyectos de conservación forestal a largo plazo, cuyo objetivo es generar empleos y oportunidades de desarrollo económico para las comunidades. Por ejemplo, el colectivo Rimba Collective tiene como meta destinar 1000 millones de dólares a la protección y restauración de bosques en el sudeste asiático durante los próximos 30 años. Las inversiones de PepsiCo y otros participantes en esta iniciativa buscan proteger y restaurar medio millón de hectáreas de bosques tropicales y mejorar las condiciones de vida de 35 000 personas.

Todas las empresas que producen o suministran materias primas agrícolas o forestales pueden sumarse al liderazgo de compañías como Bunge y PepsiCo, que han demostrado su capacidad para resolver los desafíos complejos de la cadena de suministro, reconociendo abiertamente la naturaleza continua de esta labor. Independientemente de la etapa en la que se encuentren, las empresas pueden recurrir al Marco de Responsabilidad para obtener orientación y una hoja de ruta clara para la acción. En medio de la incertidumbre política actual, seguir este referente global ayuda a reducir riesgos y a cumplir con múltiples mandatos mediante una estrategia integrada. Priorizar hoy las medidas con mayor impacto impulsará a las empresas a consolidar cadenas de suministro positivas para los bosques y centradas en las personas.