Minería en aguas profundas: lo que necesitás saber

La minería en aguas profundas podría proporcionar minerales críticos esenciales para la transición energética, pero el proceso es controvertido. Image: Unsplash/matthardy
- Los minerales críticos, esenciales para muchas tecnologías verdes, se encuentran tanto en el mar como en tierra firme.
- Pero todavía no se sabe lo suficiente sobre los posibles impactos de la minería en aguas profundas como para adoptarla de forma segura, según un documento del Foro Económico Mundial.
- A continuación, lo más reciente sobre regulaciones, políticas, exploración y preocupaciones en torno a la minería en aguas profundas.
La transición verde y los avances en las tecnologías digitales están impulsando la demanda de minerales críticos, como el cobalto, el litio, el níquel y otros elementos de tierras raras.
Como resultado, la búsqueda de nuevas fuentes de estos materiales naturales esenciales ha pasado de la tierra firme a las profundidades del océano.
La minería en aguas profundas —que, según sus defensores, permitiría acceder a abundantes nuevas reservas de estos minerales— sigue siendo, sin embargo, un tema controvertido. Los minerales del lecho marino están bajo la supervisión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), cuya misión incluye establecer una estructura de gobernanza para el uso y la gestión de los recursos marinos más allá de las jurisdicciones nacionales.
“El lecho marino profundo necesita reglas y regulaciones, pero también liderazgo, solidaridad y ciencia”, señaló la secretaria general de la ISA, Leticia Carvalho. Sus palabras siguieron a las advertencias del presidente de Francia, Emmanuel Macron, y del secretario general de la ONU, António Guterres, durante la Conferencia de los Océanos de la ONU en junio, donde también se hizo un llamado a la cautela frente a la minería en aguas profundas.
La ISA es un organismo independiente a través del cual las partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 (UNCLOS, por sus siglas en inglés) organizan y controlan las actividades relacionadas con los recursos minerales. La organización lleva años trabajando en un código para regular la minería bajo el mar, pero sus miembros aún no han alcanzado un acuerdo. La entidad sostiene que no debería haber actividad comercial hasta que ese código esté aprobado.
¿Qué se sabe sobre las reservas de minerales críticos?
Los minerales críticos como el cobalto, el litio, el níquel, el zinc, el oro y otros metales de tierras raras son fundamentales para muchas tecnologías que impulsan la transición verde —por ejemplo, las baterías de los vehículos eléctricos—, por lo que garantizar su suministro se ha convertido en una prioridad ambiental, económica y también geopolítica para los países de todo el mundo.
Como señala Time, la idea de la minería en aguas profundas se volvió especialmente atractiva a comienzos de la década de 2020, cuando los países se apresuraban a asegurar los metales clave para las baterías de vehículos eléctricos. Pero la tecnología de los vehículos eléctricos ha evolucionado en los últimos años: el cobalto y el níquel, antes considerados indispensables, están siendo reemplazados en gran medida por hierro, fósforo y sodio.
Aun así, el interés por extraer minerales del fondo oceánico no ha disminuido. Estados Unidos, por ejemplo, busca asegurarse sus propias reservas de minerales críticos en lugar de depender de países como China.
Según el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), los yacimientos más “atractivos” se encuentran en aguas internacionales, como la zona Clarion-Clipperton, en el océano Pacífico.
Quienes buscan explotar estas reservas suelen interesarse por minerales y elementos raros que se presentan en tres formas: nódulos polimetálicos, sulfuros polimetálicos y costras ferromanganésicas ricas en cobalto. La mayoría de los contratos de exploración (ver más abajo) se concentran en los nódulos polimetálicos.
Sin embargo, su presencia en aguas internacionales plantea interrogantes sobre la propiedad, la regulación y la gobernanza de cualquier actividad minera. De hecho, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) designa los minerales del lecho marino en aguas internacionales como el “patrimonio común de la humanidad” y establece que su extracción debe beneficiar a toda la humanidad.
¿Cuáles son las preocupaciones sobre la minería en aguas profundas?
Además de los problemas sobre la propiedad y quién se beneficiaría de los minerales hallados en aguas internacionales, organizaciones de todo el mundo expresan su preocupación por los impactos —aún poco comprendidos— que la actividad minera podría tener sobre el medio ambiente y los ecosistemas oceánicos. En un documento publicado en 2022, el Foro Económico Mundial advirtió sobre la falta de conocimiento acerca de los posibles efectos y la ausencia de consenso entre las partes. “Se necesita reunir más información antes de considerar la explotación de minerales en aguas profundas”, escribieron los autores.
Tomemos como ejemplo la extracción de nódulos polimetálicos. Este proceso suele implicar el uso de una máquina similar a un tractor que separa los nódulos del sedimento en el lecho marino y los bombea hasta la superficie, devolviendo luego el sedimento al mar.
Según el WRI, las posibles consecuencias de este tipo de actividad incluyen la pérdida directa de vida marina, daños a largo plazo en los ecosistemas, impactos sobre la pesca y la seguridad alimentaria, y riesgos climáticos más amplios por la liberación de carbono almacenado.
Un caso ilustrativo es la zona Clarion-Clipperton, donde los nódulos polimetálicos son abundantes. El WRI informa que allí se han descubierto recientemente más de 5.000 especies nuevas, antes desconocidas para la ciencia.
Debido a estas preocupaciones, cerca de 1.000 científicos marinos y expertos en políticas de más de 70 países firmaron una declaración que pide una moratoria sobre la minería en aguas profundas. Además, 38 países han solicitado pausas precautorias, moratorias o prohibiciones totales de esta actividad.
El sector privado también ha expresado inquietudes similares. Hasta ahora, 64 empresas e instituciones financieras han respaldado una moratoria, y en 2021 varias corporaciones importantes —entre ellas Volvo y Google— se comprometieron a no utilizar minerales obtenidos mediante minería en aguas profundas en sus cadenas de suministro, al menos hasta que se comprendan mejor sus impactos.
¿Qué está haciendo el Foro Económico Mundial en relación con los océanos?
Entonces, ¿por qué el interés en la minería de aguas profundas?
La extracción y el refinamiento actuales de minerales críticos en tierra están altamente concentrados, según el informe Global Critical Minerals Outlook 2025 de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Por ejemplo, China es el principal país refinador de 19 de los 20 minerales analizados en el reporte.
La demanda de estos minerales también sigue en aumento. Solo el litio registró un incremento del 30 % el año pasado. Y, en muchos casos, es la transición verde la que impulsa este crecimiento en la demanda de minerales críticos. La IEA señala que las aplicaciones energéticas son un factor clave detrás de esta tendencia, especialmente en el caso del litio, el cobalto, el grafito y los metales de tierras raras. Estas aplicaciones incluyen los vehículos eléctricos (aunque, como se mencionó antes, en menor medida), el almacenamiento de baterías y las redes eléctricas.
La tecnología, junto con la cooperación internacional, tiene el potencial de abrir nuevas reservas y diversificar las cadenas de suministro, afirma la IEA. Por ejemplo, la exploración basada en inteligencia artificial podría reducir costos y acelerar los descubrimientos. Además, el reciclaje de estos minerales también contribuirá a mejorar el suministro sin necesidad de nuevas extracciones.
El abastecimiento de minerales críticos se ha convertido en un elemento clave para la seguridad energética y un futuro más sostenible. Por eso, tanto el sector público como el privado buscan nuevas reservas.
Las empresas privadas dedicadas a la investigación y el desarrollo de la minería en aguas profundas sostienen que estas nuevas reservas podrían reducir la presión ambiental sobre los ecosistemas terrestres y que los nódulos del fondo marino ofrecen altas concentraciones de cuatro metales clave con menores niveles de residuos y subproductos tóxicos.
Pero otras industrias y expertos discrepan. Según Time, sería necesario explotar hasta 2.000 veces más superficie en el mar para obtener la misma cantidad de níquel que se extrae actualmente en tierra. Y el argumento de que la minería en aguas profundas genera menos daño ambiental también es cuestionable, señala la publicación, dado que gran parte del océano profundo sigue siendo inexplorado y, por lo tanto, vulnerable.
Esto se ve respaldado por un estudio reciente de Estados Unidos que calculó que la minería en aguas profundas tendría un impacto ambiental negativo de hasta un 13 %, así como por una investigación de científicos del Reino Unido que mostró que, 40 años después de haberse realizado operaciones mineras en la zona Clarion-Clipperton, aún se observaban “cambios a largo plazo en los sedimentos”.
¿Qué actividad ya se está llevando a cabo?
El estudio del Reino Unido examinaba la primera prueba exitosa de tecnología de minería en aguas profundas, realizada en 1970. La viabilidad comercial apenas ha comenzado a surgir en los últimos años. Hasta tan recientemente como 2010, la exploración era principalmente responsabilidad de agencias nacionales, y fue entonces cuando comenzaron a involucrarse empresas privadas.
La ISA ha otorgado contratos de exploración a unos 22 contratistas, que incluyen tanto gobiernos nacionales como compañías privadas, abarcando las tres formas de minerales mencionadas anteriormente. Sin embargo, en la última reunión de la ISA, las negociaciones no lograron un acuerdo sobre las regulaciones para la minería comercial.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva en abril de este año destinada a impulsar la minería en aguas profundas en territorios estadounidenses e internacionales. “Estados Unidos tiene un interés central en la seguridad nacional y económica en mantener el liderazgo en ciencia y tecnología de aguas profundas y en los recursos minerales del lecho marino”, afirmó Trump en la orden.
Estados Unidos no es parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y, por lo tanto, no es miembro de la ISA. Tras la orden ejecutiva, la autoridad advirtió que llevar a cabo actividades comerciales fuera de una jurisdicción nacional constituiría una violación del derecho internacional. Desde entonces, la ISA ha iniciado una investigación oficial sobre las actividades de empresas mineras privadas que buscan obtener autoridad regulatoria de manera unilateral a través de Estados Unidos, en lugar de hacerlo mediante la ISA.
Alternativas a la minería en aguas profundas
Si el océano profundo realmente es la última frontera de la humanidad, la minería en aguas profundas debe abordarse con cautela.
Muchos sostienen que ni siquiera es necesaria para lograr la transición verde. Investigadores de la Universidad de British Columbia y de la filantropía Dona Bertarelli, por ejemplo, abogan por un giro hacia estrategias de economía circular. Señalan que la minería urbana, así como sistemas de reciclaje más eficientes, son alternativas sostenibles, y citan un estudio reciente sobre un proceso que permite recuperar “casi todo el litio de las baterías usadas de vehículos eléctricos para su reciclaje”.
La IEA indica que, para 2050, el cobre reciclado al final de su vida útil podría abastecer casi el 40 % de la demanda total, lo que demuestra nuevamente que ampliar los enfoques circulares podría permitir posponer la minería en aguas profundas. La tecnología, junto con la cooperación global, también tiene el potencial de abrir nuevas reservas y diversificar las cadenas de suministro. Por ejemplo, la exploración basada en inteligencia artificial podría reducir costos y acelerar los descubrimientos.
Quizá lo único claro por ahora es que se necesita más debate e investigación antes de que el mundo se lance a la minería en aguas profundas.
Como dijo la doctora Diva Amon, bióloga marina y miembro de Friends of Ocean Action, durante la sesión “Live from the Deep Sea” en Davos 2024: “Lo que no representa una economía azul sostenible del océano profundo es la carrera desenfrenada y rápida por minar el océano profundo en ausencia de buena gobernanza, de buena ciencia y de participación de las partes interesadas”.
¿Has leído?
¿Cuáles son los minerales críticos para la transición energética – y dónde se pueden encontrar?
La demanda de minerales críticos se ha duplicado en los últimos 5 años. ¿Cómo hacer frente a la escasez de oferta?
Por qué la transición energética necesita un banco de datos mundial sobre materiales críticos
No te pierdas ninguna actualización sobre este tema
Crea una cuenta gratuita y accede a tu colección personalizada de contenidos con nuestras últimas publicaciones y análisis.
Licencia y republicación
Los artículos del Foro Económico Mundial pueden volver a publicarse de acuerdo con la Licencia Pública Internacional Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0, y de acuerdo con nuestras condiciones de uso.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no del Foro Económico Mundial.
Mantente al día:
Materials for Energy
Temas relacionados:
La Agenda Semanal
Una actualización semanal de los temas más importantes de la agenda global









