Los ganadores del Premio Nobel 2025, y por qué su trabajo es importante

Los ganadores del Premio Nobel 2025 ponen de relieve el poder de la creatividad humana para resolver los mayores desafíos del mundo.

Resulta apropiado que, en un año declarado el Año Internacional de la Ciencia y la Tecnología Cuánticas, uno de los premios haya sido otorgado a tres físicos por su trabajo en mecánica cuántica, que sentó las bases para que la innovación cuántica transforme economías e industrias.

Según el informe Adoptando la Economía Cuántica del Foro Económico Mundial, el valor económico potencial de la computación, la detección y la comunicación y seguridad cuánticas podría alcanzar entre 900 mil millones y 2 billones de dólares para 2035.

Esto resulta alentador en un contexto en el que, según el Informe de Perspectivas de Economistas Jefe del Foro Económico Mundial, “las tensiones geopolíticas proyectan una larga sombra económica” y el 82 % de los economistas prevé que la fragmentación geoeconómica se intensificará en los próximos 12 meses.

A continuación, lo que hay que saber sobre los ganadores del Premio Nobel 2025 en las seis categorías, y cómo el trabajo de estos laureados impacta nuestro mundo hoy.

El Premio Nobel de Economía fue otorgado a tres académicos cuya investigación ha esclarecido los mecanismos clave detrás del crecimiento económico sostenido impulsado por la innovación.

Joel Mokyr, de la Universidad Northwestern, fue reconocido por identificar las condiciones necesarias para un crecimiento sostenido a través del progreso tecnológico. Philippe Aghion, del Collège de France y de INSEAD, junto con Peter Howitt, de la Universidad de Brown, fueron distinguidos por su teoría del crecimiento sostenido mediante la destrucción creativa, en la que los productos nuevos y mejores reemplazan a los antiguos.

Su investigación pionera demuestra cómo la innovación genera un proceso autosostenido de progreso económico, pero solo cuando las sociedades cuentan con explicaciones científicas sobre por qué las tecnologías funcionan y se mantienen abiertas a las nuevas ideas y al cambio.

La inteligencia artificial es, quizá, el mayor ejemplo actual de este proceso de innovación y disrupción tecnológica, aunque su impacto económico sigue siendo incierto. Según el más reciente Chief Economists’ Outlook del Foro Económico Mundial, el 68% de los economistas espera que la IA se vuelva comercialmente disruptiva en el próximo año —un fuerte aumento respecto del 45 % registrado en abril—, mientras que el 69 % califica el nivel de disrupción en innovación y tecnología como alto o muy alto.

El informe señala que la innovación impulsada por IA ha desatado una ola de inversiones: en los últimos dos años han surgido más de 100 nuevos unicornios (startups privadas con valoraciones superiores a mil millones de dólares), elevando el total global a casi 500.

John Hassler, presidente del Comité del Premio en Ciencias Económicas, afirmó: “El trabajo de los laureados demuestra que el crecimiento económico no puede darse por sentado. Debemos mantener los mecanismos que sustentan la destrucción creativa, para no volver a caer en la estancación.”

El Premio Nobel de la Paz 2025 fue otorgado a “una valiente y comprometida defensora de la paz, una mujer que mantiene viva la llama de la democracia en medio de una oscuridad creciente”.

María Corina Machado recibió el galardón por su “incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.

Como líder del movimiento democrático de Venezuela, Machado se ha convertido en uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en América Latina, según el Comité Noruego del Nobel, al lograr unificar a una oposición política antes profundamente dividida en torno a la demanda de elecciones libres y un gobierno representativo.

Su reconocimiento llega en un momento crítico para la paz y la democracia en el mundo. Este fue uno de los principales temas al inicio del año, cuando el Informe de Riesgos Globales 2025 identificó el conflicto armado entre Estados como el “riesgo actual más importante” a nivel global, con un 23 % de los encuestados considerándolo el más probable de provocar una crisis significativa en 2025.

El análisis del Foro Económico Mundial reveló un panorama de crecientes tensiones geopolíticas, con la propia democracia bajo asedio. La polarización social se ubicó como el cuarto riesgo más grave a dos años, mientras que la desinformación y la manipulación informativa encabezaron las proyecciones hacia 2027.

El informe también advirtió que “el multilateralismo atraviesa su período más difícil desde la fundación de la ONU”, y que la erosión de los derechos humanos y las libertades cívicas figura entre los diez principales riesgos de los próximos dos años.

La transformación de Venezuela —de una nación relativamente democrática y próspera a un país marcado por la represión política y el declive económico— simboliza este desafío global más amplio que el Premio Nobel de la Paz de este año busca poner de relieve.

La escritora y crítica estadounidense Susan Sontag llamó al laureado de Literatura László Krasznahorkai el “maestro del apocalipsis” tras leer su segunda novela, La melancolía de la resistencia.

El propio Premio Nobel le fue otorgado por su “obra poderosa y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”.

No es el primer reconocimiento literario de Krasznahorkai, quien ya había recibido galardones como el prestigioso Man Booker International Prize en 2015. Aun así, el autor declaró sentirse “muy feliz, tranquilo y muy nervioso al mismo tiempo” al enterarse del Nobel.

El poder transformador del arte y la cultura es también el eje de la iniciativa Mesa Cultural del Foro Económico Mundial, que busca tender puentes entre el mundo empresarial y el cultural, fomentando colaboraciones que amplíen los límites, desafíen las convenciones y generen soluciones creativas a los problemas más urgentes del mundo.

Tres científicos comparten el Premio Nobel de Química por el desarrollo de las estructuras metal-orgánicas (MOF, por sus siglas en inglés).

Susumu Kitagawa, Richard Robson y Omar Yaghi desarrollaron una nueva forma de arquitectura molecular que podría ayudar a abordar desafíos globales como la escasez de agua y la crisis climática.

Sus construcciones moleculares presentan grandes espacios a través de los cuales pueden fluir gases y otros productos químicos, y estos MOF pueden usarse para separar PFAS dañinos del agua, capturar dióxido de carbono o recolectar agua del aire del desierto, entre otras aplicaciones.

Dado que la escasez de agua es una preocupación creciente, la contaminación figura entre los diez principales riesgos para el mundo en la próxima década y la captura de CO₂ es un componente esencial de una transición energética eficaz, su descubrimiento tiene un “enorme potencial”, señaló Heiner Linke, presidente del Comité Nobel de Química.

Las tecnologías cuánticas tienen el potencial de revolucionar industrias y economías en todo el mundo en los campos de la computación, la detección y la comunicación y seguridad, según el informe del Foro Económico Mundial Adoptando la economía cuántica. Y esto es, en parte, gracias a tres científicos que realizaron un descubrimiento en la década de 1980.

Los galardonados con el Premio Nobel de Física de este año —John Clarke, Michel H. Devoret y John M. Martinis— llevaron a cabo experimentos con un circuito eléctrico en el que demostraron tanto el efecto túnel cuántico como los niveles de energía cuantizados en un sistema lo suficientemente grande como para sostenerlo en la mano.

“Es maravilloso poder celebrar cómo la mecánica cuántica, con más de un siglo de historia, sigue ofreciendo nuevas sorpresas”, señaló Olle Eriksson, presidente del Comité Nobel de Física. “También es enormemente útil, ya que la mecánica cuántica es la base de toda la tecnología digital.”

El trabajo de este trío sentó las bases para el desarrollo de la próxima generación de tecnologías cuánticas, que incluyen la criptografía cuántica, las computadoras cuánticas y los sensores cuánticos.

Dos científicos estadounidenses, Mary Brunkow y Fred Ramsdell, junto con el japonés Shimon Sakaguchi, han sido reconocidos por sus descubrimientos relacionados con el sistema inmunológico. Los laureados identificaron a los “guardianes de seguridad” del sistema inmunitario, conocidos como células T reguladoras, que evitan que las células inmunes ataquen nuestro propio cuerpo.

“Sus descubrimientos han sido decisivos para comprender cómo funciona el sistema inmunológico y por qué no todos desarrollamos enfermedades autoinmunes graves”, señaló Olle Kämpe, presidente del Comité Nobel.

Su trabajo también ha allanado el camino para el desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades como el cáncer y las enfermedades autoinmunes, un objetivo que la ingeniería de terapias vivas (una de las 10 principales tecnologías emergentes del Foro de 2025) tiene en la mira con sus biomateriales que pueden atacar y suprimir las respuestas inmunes dañinas.