5 motivos por los que todo país debe tener una estrategia espacial nacional

Como factor esencial para el crecimiento económico, la innovación tecnológica y la transformación de la sociedad, la actividad espacial ya no es una opción, sino una necesidad para los actores nacionales. A lo largo del tiempo, el espacio ha dejado de ser ciencia ficción para convertirse en una infraestructura fundamental para el crecimiento, la seguridad y la resiliencia. Los servicios espaciales, como la observación de la Tierra, la navegación, el posicionamiento y la sincronización por satélite, y las comunicaciones por satélite, son fundamentales para apoyar la gestión de desastres, la agricultura, el desarrollo urbano y mucho más.

Hace una década, solo unas pocas docenas de países contaban con programas espaciales activos. Hoy en día, más de 90 países han lanzado satélites y 80 agencias espaciales operan en todo el mundo. Con este crecimiento, la pregunta para los gobiernos ya no puede ser si deben participar en actividades espaciales, sino cómo hacerlo de una manera que impulse el desarrollo y sirva de apoyo a los objetivos nacionales de la forma más costo-eficiente posible. A medida que los medios para acceder al espacio se vuelven más fáciles y asequibles, más actores nacionales son capaces de utilizar las capacidades espaciales que nunca antes.

Según la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas, casi el 40% de las 169 metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) cuentan con el apoyo directo de servicios espaciales. A medida que se intensifican los desafíos globales, integrar el espacio en las estrategias nacionales para los ODS se vuelve cada vez más vital para llevar a cabo intervenciones oportunas basadas en datos y lograr un progreso sostenible.

Aunque los sistemas espaciales pueden ser complejos, el auge de los servicios espaciales ofrece un mayor acceso a la adopción de tecnologías espaciales, sin necesidad de participar en las actividades espaciales tradicionales, que requieren muchos recursos. Por lo tanto, centrarse en el desarrollo específico de capacidades dentro del conjunto de tecnologías espaciales permite un uso eficiente de los recursos para desarrollar aplicaciones prácticas alineadas con las necesidades nacionales.

En el fragmentado panorama geopolítico actual, participar en el Comité de las Naciones Unidas para el Uso Pacífico del Espacio Ultraterrestre (COPUOS) y en foros similares es cada vez más beneficioso porque ofrece una vía para influir en la gobernanza mundial, crear alianzas estratégicas y elevar el prestigio nacional. La diplomacia espacial refuerza la colaboración pacífica y la responsabilidad compartida en un ámbito que trasciende las fronteras.

La inversión privada en el espacio creció un 20% entre 2023 y 2024, alcanzando los 7000 millones de euros. Además, las actividades espaciales generan importantes efectos indirectos: el desarrollo de la infraestructura espacial puede generar entre 1,8 y 3,2 veces más ingresos indirectos, y su explotación puede generar entre 4 y 8 veces más ingresos indirectos en la economía.

Hay alrededor de 12 000 satélites activos orbitando la Tierra, de los cuales más del 80% se encuentran en órbita terrestre baja. En 2024 se realizaron 259 lanzamientos, que enviaron a la órbita un total de 2873 naves espaciales, el 70% de las cuales fueron lanzadas por proveedores comerciales. Con los avances en los servicios espaciales comerciales y la disminución del costo de acceso al espacio, las ventajas de las capacidades espaciales ya no están reservadas a los países más ricos.

Muchos países sin presencia histórica en el ámbito espacial encuentran formas innovadoras de beneficiarse de los datos espaciales para satisfacer las necesidades específicas de su país.

En Senegal, se utilizaron imágenes satelitales de alta resolución para mapear las zonas propensas a inundaciones, lo que ayuda a la planificación urbana y mejora la preparación ante desastres en las regiones vulnerables.

Filipinas lanzó su primer satélite dedicado a Internet para apoyar la iniciativa "Pipol Konek" (Wi-Fi gratuito para todos), ampliando el acceso asequible a Internet a comunidades remotas y desatendidas.

En las Islas Galápagos, se utilizaron datos espaciales de alta precisión para cartografiar con exactitud una isla y monitorear las tortugas reintroducidas en la isla de Española, lo que contribuyó a restablecer el equilibrio ecológico de la isla.

Estos casos ilustran cómo la integración de las capacidades espaciales en diversas aplicaciones refuerza las decisiones basadas en datos empíricos, promueve la resiliencia y apoya el desarrollo inclusivo.

Con el desarrollo del ecosistema espacial, el papel de los gobiernos y las agencias espaciales también ha evolucionado. Históricamente, las agencias espaciales se han centrado en misiones científicas a gran escala y en la exploración espacial. Sin embargo, desarrollar un programa espacial ya no requiere crear un satélite o un cohete desde cero. Las agencias espaciales están adoptando enfoques innovadores fortaleciendo la colaboración internacional y fomentando las actividades espaciales comerciales a través de asociaciones público-privadas.

Estas nuevas estrategias reflejan un cambio hacia una mayor integración de las capacidades espaciales que producen el mayor impacto y sirven a prioridades nacionales más amplias.

Sin embargo, crear un programa espacial sostenible no es tarea fácil. Las naciones se enfrentan a desafíos como la escasez de recursos o los cambios en las prioridades políticas. Además, el espacio ofrece inmensas oportunidades y la gran variedad de opciones puede resultar abrumadora. Desde invertir en capacidades ascendentes, como subsistemas o manufactura de satélites, hasta desarrollar servicios descendentes, como análisis de datos de observación de la Tierra o aplicaciones basadas en la geolocalización, decidir el camino a seguir puede plantear un desafío importante. Sin una estrategia espacial nacional clara, los países corren el riesgo de fragmentar las inversiones, desalinear las prioridades y utilizar los recursos de manera ineficiente, lo que puede impedir que aprovechen todos los beneficios del espacio.

A la luz de esta evolución, el Foro Económico Mundial lanza la Caja de Herramientas de la Estrategia Espacial Nacional, desarrollada en colaboración con PwC. El propósito de esta guía es ayudar a cualquier nación a desarrollar o perfeccionar su estrategia espacial nacional, optimizar la asignación de recursos, mejorar la coordinación y construir un ecosistema resiliente a través de recomendaciones prácticas.

Las prioridades nacionales sirven de hoja de ruta para el desarrollo y orientan los esfuerzos estatales hacia los temas que más repercuten en el bienestar de los ciudadanos. Las herramientas ayudan a los países a alinear su estrategia espacial con sus prioridades nacionales para lograr un impacto socioeconómico duradero. Basándose en un análisis exhaustivo de las estrategias espaciales internacionales y las mejores prácticas, la Caja de Herramientas ofrece recomendaciones basadas en casos de uso ilustrativos, indicando el costo, los plazos, las consideraciones y los prerrequisitos para cada acción recomendada.

El espacio es un motor fundamental para el desarrollo, la sostenibilidad y la resiliencia. Retrasar la acción supone el riesgo de perder oportunidades económicas, pues se están generando billones de dólares en valor en diferentes sectores de la Tierra, desde el transporte compartido hasta la agricultura de precisión. De no invertir en actividades espaciales nacionales, los países corren el riesgo de quedarse atrás en materia de innovación y de depender a largo plazo de proveedores externos para servicios y datos críticos. Además, los foros mundiales están fijando las reglas para el tráfico orbital, los recursos espaciales y la asignación del espectro, que afectarán a las naciones con programas espaciales actuales y futuros. Las naciones que no participen en estas decisiones corren el riesgo de que sus intereses queden marginados. Para maximizar los beneficios del espacio para sus ciudadanos, las naciones deben convertirse en actores activos en el ámbito espacial.

Con la Caja de Herramientas de la Estrategia Espacial Nacional, los países disponen de una guía práctica para diseñar estrategias que alineen el espacio con su agenda de desarrollo nacional. Para los gobiernos, el mensaje es claro: para garantizar el crecimiento económico, la sostenibilidad y la influencia en las próximas décadas, el momento de actuar en el espacio es hoy.