IA centrada en el ser humano: ¿Qué decisiones de hoy tendrán un impacto en la IA para la humanidad del mañana?

La inteligencia artificial (IA) se sitúa en un punto de intersección entre el Renacimiento y la Revolución Industrial, fusionando la creatividad humana con una tecnología transformadora.

Al igual que el Renacimiento desencadenó un despertar intelectual y artístico, y la Revolución Industrial redefinió nuestra forma de trabajar y vivir, la IA está automatizando las tareas cognitivas, transformando los empleos y redefiniendo la productividad.

La innovación algorítmica ya está impulsando avances en tiempo real, desde facilitar el funcionamiento autónomo de las empresas y reiniciar el futuro del trabajo hasta dar rienda suelta a infinitas posibilidades creativas.

Al igual que en épocas pasadas, este momento trae consigo disrupción y oportunidades para toda la sociedad. Sin embargo, las decisiones que tomemos ahora en materia de habilidades, ética, gobernanza, etc., determinarán cómo se desarrollará la IA en nuestro futuro. Garantizar un enfoque que dé prioridad a las personas en la IA requerirá un abordaje colectivo.

Desde la medicina hasta la ayuda humanitaria, la IA está revolucionando industrias, aumentando su escala y eficiencia, y potenciando su impacto.

Por ejemplo, se ha demostrado que el análisis predictivo basado en IA ayuda a reducir las admisiones en unidades de cuidados intensivos en un 30% gracias a la detección temprana de signos de enfermedades graves. Por otra parte, la automatización de tareas administrativas ha liberado a los educadores para que puedan centrarse más en los alumnos con necesidades especiales.

En materia de reclutamiento, la IA está simplificando los procesos de selección, facilitando una mayor interacción con los candidatos y la toma de decisiones estratégicas. En el sector bancario, la IA está proporcionando servicios de asesoría financiera personalizada, detectando actividades fraudulentas y optimizando los procesos.

A continuación, se presentan otros ejemplos del impacto de la IA en distintos sectores.

Pasando de una perspectiva reactiva a una proactiva, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se vale de herramientas de sistemas de información geográfica impulsadas por IA para realizar evaluaciones de impacto digitales en tiempo real.

El Panel de Control de Crisis y Riesgos analiza datos históricos y en tiempo real para monitorear el discurso de odio, la violencia religiosa y diversos problemas macroeconómicos en Sri Lanka, mientras que en Ecuador se encarga de rastrear los desplazamientos y la migración.

En el ámbito de la ayuda humanitaria, Automation Anywhere ha creado Telegram for Humanity en colaboración con la organización Step with Hope. Este 'empleado' digital personalizado automatiza las solicitudes de ayuda para personas desplazadas internamente, lo que ahorra a la organización casi 200 horas semanales de trabajo manual y aumenta la tramitación de las solicitudes de ayuda en un 400%. Esto permite dedicar más tiempo a prestar servicios esenciales directamente a los beneficiarios.

Las ONGs y los gobiernos se enfrentan a una mayor demanda y recurren a la tecnología para ampliar sus servicios de manera eficiente. La Fundación Akshaya Patra, que proporciona 2,25 millones de comidas diarias a niños, está automatizando el procesamiento de documentos y la logística de la cadena de suministro para ampliar su capacidad a 3 millones este año.

Mientras tanto, responsables de tecnología educativa de agencias de refugiados y del Sur Global han destacado los avances para personalizar y hacer más accesible el aprendizaje.

La IA está impulsando la obtención de información útil en tiempo real para la seguridad pública. Los cuerpos de seguridad y los responsables políticos ahora utilizan datos basados en IA para tomar mejores decisiones.

Las agencias de protección de la fauna silvestre utilizan la IA para analizar datos satelitales y predecir puntos críticos de incendios forestales, lo que permite un despliegue proactivo de los recursos. En la conservación oceánica, se están identificando zonas de acumulación de plástico en la costa de India mediante automatización basada en IA, lo que ayuda en las tareas de limpieza.

Ya sea en el diagnóstico por IA o en la cirugía asistida por robots y el descubrimiento de fármacos, este sector se está transformando para ofrecer una mejor atención al paciente y reducir el desgaste de los médicos y profesionales de la salud a través de la automatización agéntica de procesos. Si esta automatización se adopta de manera inteligente y responsable, su potencial es infinito.

Más allá del ahorro de costos, la automatización fomenta la innovación y optimiza los recursos. Nuestro trabajo con el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido mejoró la eficiencia operativa, aumentó la motivación del personal y proporcionó mejores resultados a los pacientes, creando un marco escalable para medir el impacto financiero y humano.

Al automatizar las tareas repetitivas, la IA permite a los profesionales del sector centrarse en lo que solo los seres humanos pueden hacer: atender con empatía y experiencia.

Al igual que el Renacimiento permitió liberar el potencial humano y la Revolución Industrial mecanizó el trabajo, la IA está redefiniendo la productividad. Desde los creadores de aplicaciones hasta las herramientas financieras personalizadas, la IA ya está mejorando la eficiencia a gran escala, pero los agentes de IA personales pronto amplificarán la productividad individual y las organizaciones podrán hacer más con menos.

Aunque la IA puede ser transformadora, es necesario actuar con cautela. Entre los principales factores que podrían socavar una IA centrada en las personas, el Center for AI Safety cita su uso malicioso, como las campañas de desinformación a gran escala, la competencia que conduce a un desarrollo apresurado de la IA, los riesgos organizativos y el uso de la IA con fines delictivos.

A continuación, se indican algunas formas de evitar algunos de esos riesgos:

El uso ético de la IA y la gobernanza responsable de los datos son esenciales para una sociedad justa, sostenible y centrada en las personas. Proteger la privacidad, eliminar los sesgos algorítmicos y garantizar la transparencia de las decisiones basadas en IA son elementos esenciales para fomentar la confianza en la tecnología y construir un mundo en el que la IA esté al servicio de la humanidad.

Dando prioridad a la responsabilidad de la IA se pueden reforzar los guardarraíles contra su uso malicioso, incluyendo los sesgos, la desinformación y la discriminación, y fortalecer los derechos humanos.

La brecha de riqueza es un desafío profundamente arraigado que ha persistido durante generaciones, pero la IA ofrece una gran oportunidad para impulsar un progreso real.

Al potenciar intencionadamente la IA para reciclar y mejorar las habilidades de los trabajadores, podemos crear vías para la movilidad económica, garantizando que el progreso tecnológico beneficie a todos, no solo a unos pocos privilegiados. La clave está en utilizar la IA como una fuerza de inclusión en lugar de división.

Se avecina una escasez de trabajadores cualificados a medida que los empleados de la era analógica se jubilan. Para 2030, las personas mayores de 50 años superarán en número a los trabajadores más jóvenes en la mayoría de las regiones, con algunas excepciones, como India, Singapur y algunos países africanos. Con menos profesionales jóvenes para ocupar estos puestos, la tecnología tendrá que colmar la brecha.

La IA puede mejorar la productividad de los trabajadores de más edad y reducir la carga de trabajo de las generaciones más jóvenes mediante una automatización inteligente, asegurando así una fuerza laboral más sostenible.

La IA no es solo un cambio tecnológico, es una transformación societal. Vivimos en una época de disrupción y posibilidades. Para aprovechar todo el potencial de la IA, siendo conscientes de sus riesgos, es imprescindible el esfuerzo colectivo. Adoptar una mentalidad adaptativa es clave para hacer realidad el arte de lo posible a través de la IA.

Ya sea ahorrando tiempo y maximizando la productividad a través de la automatización, o salvando vidas al agilizar la ayuda humanitaria en situaciones de crisis, la IA tiene el potencial de salvar la brecha entre el ser humano y la tecnología para hacer bien y hacer el bien.

Al igual que los visionarios del pasado, debemos conducir esta revolución con sabiduría, asegurándonos de que la IA siga poniendo a la humanidad en primer lugar: este es nuestro Renacimiento. Las decisiones que tomemos hoy definirán el mundo del mañana.