Naturaleza y Biodiversidad

Cuando las comunidades costeras están al frente, el océano nos recompensa

Con una gestión adecuada, el océano puede ayudar a salvar la economía y el clima.

Image: Piermario Eva / Unsplash

  • El océano es fundamental para la vida en la Tierra: proporciona oxígeno, regula el clima y alimenta a miles de millones de personas.
  • Invertir en la protección y resiliencia del océano es esencial para garantizar economías sostenibles, ayudar a mitigar y adaptarse al cambio climático, y fomentar la biodiversidad.
  • El océano puede brindarnos grandes beneficios, pero solo si se lo gestiona de manera sostenible y en colaboración con las comunidades locales.

Mientras gobiernos, empresas y organizaciones se reúnen en Niza, Francia, para la Conferencia sobre los Océanos de la ONU de 2025, podemos considerarnos afortunados de participar, aunque sea por un breve tiempo, en la vida de una ciudad costera próspera. Cada vez que visito comunidades costeras en distintas partes del mundo, me impresiona la energía extraordinaria de estos lugares especiales donde el mar es parte integral de la vida cotidiana y de la economía.

Y no solo quienes viven en la costa dependen del mar para su vida y sustento; el océano es fundamental para toda la vida en la Tierra: proporciona oxígeno, regula el clima y alimenta a miles de millones de personas. También es un motor del desarrollo económico, con un “producto marino bruto” anual de 2,5 billones de dólares, equivalente a la octava economía más grande del mundo.

Sin embargo, décadas de mala gestión, contaminación y sobreexplotación están deteriorando los recursos marinos y costeros, y generando riesgos ambientales, sociales y económicos para los gobiernos, las empresas y, sobre todo, para las comunidades costeras que dependen de ellos. A pesar de su rol como guardianes del océano, con demasiada frecuencia son los Pueblos Indígenas, los pescadores artesanales y las comunidades locales quienes sufren las consecuencias de la pesca excesiva de flotas de aguas distantes, el desarrollo costero sin control y los impactos del cambio climático.

Invertir en la protección y resiliencia del océano es esencial para garantizar economías sostenibles, ayudar a mitigar y adaptarse al cambio climático, y fomentar la biodiversidad. Pero esto no ocurrirá por sí solo. Necesitamos repensar el enfoque habitual y cambiar de estrategia si queremos alcanzar los objetivos y metas para 2030 que nos propusimos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el Marco Global de Biodiversidad.

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La economía azul está subfinanciada

Nada de esto puede suceder sin financiamiento dirigido, y la economía azul sigue estando gravemente subfinanciada, a pesar de su potencial para generar grandes beneficios y reducir riesgos si se gestiona de manera sostenible.

El ahorro acumulado total en cada sector de la economía azul si hiciéramos la transición a un modelo global sostenible. Image: Navegando el riesgo cceánico: modelando la transición hacia una economía azul sostenible, informe de WWF

El dinero es un factor decisivo y, aunque en Niza se anuncien algunas cifras importantes, es fundamental que los gobiernos y las instituciones financieras que invierten en la economía azul demuestren un compromiso con la toma de decisiones inclusiva, la distribución equitativa de beneficios y la protección de los derechos humanos, incluyendo el derecho a océanos limpios, saludables y sostenibles. De lo contrario, existe el riesgo de que los nuevos fondos perpetúen desigualdades e injusticias.

Otro paso vital es asegurar que los fondos públicos en forma de subsidios no apoyen actividades dañinas, como la sobrepesca. Estos subsidios nocivos pueden ser redirigidos y reorientados hacia una economía azul regenerativa.

Las instituciones financieras pueden contribuir a lograr un océano saludable que ofrezca oportunidades tomando decisiones responsables de préstamo e inversión. Invito a los miembros de la comunidad financiera a unirse a las más de 80 instituciones que ya forman parte de la Iniciativa de Finanzas para la Economía Azul Sostenible, que representan más de 11 billones de dólares en activos bajo gestión combinados. Los Principios de Finanzas para la Economía Azul Sostenible son un elemento clave de esta iniciativa, proporcionando un marco guía para que bancos, aseguradoras e inversionistas dirijan el financiamiento futuro hacia vías sostenibles de la economía azul. Además, las instituciones financieras y sus clientes deben divulgar cómo actúan para mitigar sus riesgos relacionados con el océano. Pueden hacerlo utilizando el marco del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Relacionadas con la Naturaleza.

Decisiones financieras sólidas pueden proteger a futuro a bancos y empresas al reducir riesgos y fortalecer la confianza del sector financiero. Al mismo tiempo, la inversión en emprendimientos locales puede beneficiar a los Pueblos Indígenas y comunidades locales, muchas de las cuales actualmente reciben poco “derrame” económico del sistema y enfrentan importantes barreras para acceder al financiamiento.

Atraer financiamiento del sector privado a las comunidades costeras

Para superar estas barreras, WWF y sus socios buscan fortalecer la capacidad de las comunidades costeras para atraer financiamiento del sector privado. Por ejemplo, el SWIO Venture Builder tiene como objetivo desarrollar una cartera de empresas sostenibles lideradas por las comunidades en el Océano Índico, especialmente aquellas que benefician a mujeres y jóvenes, y crear oportunidades de financiamiento en diferentes etapas del desarrollo empresarial.

Centrado en micro, pequeñas y medianas empresas, el SWIO Venture Builder busca incubar una variedad de emprendimientos prometedores en comunidades costeras de Kenia, Tanzania, Madagascar, Mozambique y Sudáfrica. Esta zona es la segunda región oceánica con mayor biodiversidad del mundo y hogar de algunas de las especies de coral más resilientes al clima en el planeta, pero sus ecosistemas están bajo presión. Pude comprobarlo de primera mano cuando visité Madagascar el año pasado y escuché a pescadores y comunidades sobre los desafíos que enfrentan y las soluciones que han implementado para ayudar a gestionar las actividades pesqueras en sus arrecifes y diversificar sus ingresos.

En algunas comunidades costeras, la falta de electricidad y refrigeración puede hacer que los pescadores artesanales pierdan más del 30% de su captura total. Esta pérdida post-cosecha genera una mayor presión sobre la pesca y menores ingresos, ya que los pescadores se ven obligados a vender sus capturas a bajo precio antes de que se deterioren. WWF y nuestros socios apoyan la provisión de sistemas de refrigeración solares eficientes y fuera de la red, así como máquinas de hielo. Estos sistemas generan oportunidades de negocio, mientras reducen la pesca desperdiciada y aumentan los ingresos. Evaluaciones iniciales en Kenia indican que la implementación de máquinas de hielo podría resultar en un aumento de al menos un 30 % en los ingresos anuales para más de 14.000 pescadores.

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Los gobiernos deben hacer más

Las oportunidades de incubación, como las que ofrece el SWIO Venture Builder, tienen el potencial de generar cambios reales en el agua y nuevas oportunidades para las comunidades costeras. Pero los gobiernos nacionales tienen un rol esencial y, en este momento, con pocas excepciones, no están haciendo lo suficiente para proteger sus recursos oceánicos.

Camino a Niza, las instituciones financieras y las empresas pueden desempeñar un papel crucial en la promoción del cambio al unirse a WWF para instar a los gobiernos a desarrollar planes nacionales ambiciosos que respalden sus compromisos de proteger el 30 % de las áreas marinas para 2030, ratificar e implementar el Tratado de Alta Mar, finalizar un Tratado Global sobre Plásticos y acordar una moratoria sobre la minería en aguas profundas hasta que la ciencia esté disponible y se pueda garantizar una protección efectiva del medio marino. Estos son pasos esenciales para mantener la salud y resiliencia de la naturaleza, las comunidades y el clima, además de ayudar a reducir riesgos en futuras inversiones y generar condiciones equitativas.

La riqueza del océano puede brindarnos grandes beneficios por generaciones, pero solo si se gestiona de manera sostenible y en colaboración con las comunidades locales. Ya contamos con la ciencia, las estrategias y las soluciones. Ahora necesitamos acelerar su implementación. Esto requerirá colaboración entre países, sectores y comunidades, pero confío en que podemos lograrlo si mantenemos la vista en el objetivo. Sumate al Team Océano aquí.

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