Por qué fortalecer la capacidad diagnóstica es clave para lograr la equidad de género

La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing es uno de los marcos globales más ambiciosos para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Adoptada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995, estableció una visión audaz en 12 áreas clave, incluyendo salud, educación, participación económica y liderazgo político. Al acercarnos a su 30º aniversario este año, este hito nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre los avances logrados y reconocer lo que aún se necesita para alcanzar la igualdad de género.

La salud de las mujeres es un pilar fundamental de esta agenda y clave para lograr la igualdad. Cuando las mujeres tienen acceso a una atención médica de calidad, pueden continuar su educación, participar en el mercado laboral y contribuir plenamente a sus comunidades.

Sin embargo, a pesar de los avances en la salud de las mujeres, persisten barreras, como la falta de acceso a pruebas oportunas y diagnósticos precisos. Estas brechas siguen contribuyendo a desigualdades en los resultados de salud. Mejorar la salud de las mujeres es esencial para alcanzar los objetivos más amplios de la Declaración de Beijing, y la inversión en diagnósticos debe ser una prioridad en este esfuerzo.

Fortalecer la capacidad diagnóstica es esencial para mejorar los resultados de salud de las mujeres y reducir las disparidades en el acceso a la atención. Los diagnósticos precisos y oportunos son la base de una atención médica efectiva, ya que guían la prevención, el tratamiento y la gestión a largo plazo de enfermedades. Aunque las pruebas de diagnóstico in vitro (IVD, por sus siglas en inglés) (que detectan enfermedades, condiciones e infecciones) representan menos del 5 % del gasto en salud, afectan casi el 70 % de las decisiones clínicas, lo que resalta su papel crucial.

Tomemos el caso del cáncer cervical, una enfermedad en su mayoría prevenible y tratable cuando se detecta a tiempo. Las infecciones por el VPH de alto riesgo (VPH-ar), la principal causa del cáncer cervical, pueden identificarse a través de pruebas de cribado de alto rendimiento respaldadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La detección temprana mejora significativamente las tasas de supervivencia; más del 90% de las mujeres diagnosticadas en una etapa temprana de cáncer cervical pueden sobrevivir durante cinco años o más, en comparación con menos del 20% en aquellas diagnosticadas en una etapa avanzada. Ampliar el acceso a pruebas precisas y oportunas podría prevenir millones de muertes innecesarias y generar beneficios económicos y sociales significativos.

Un informe del McKinsey Health Institute y el Foro Económico Mundial destaca que un enfoque integral para abordar el cáncer cervical, que incluya vacunación, cribado, diagnóstico y tratamiento, podría desbloquear aproximadamente 2.400 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) anualmente y generar 10 mil millones de dólares adicionales al PIB global, lo que resalta la necesidad crítica de inversión en la salud de las mujeres.

Más allá del cáncer cervical, los diagnósticos son igualmente cruciales para otras condiciones que afectan a las mujeres, como la preeclampsia y el síndrome de ovario poliquístico (SOP), donde la identificación temprana puede transformar los resultados de salud.

La preeclampsia, un trastorno hipertensivo potencialmente mortal que ocurre durante el embarazo, es una de las principales causas de mortalidad materna y fetal. Contribuye a 76.000 muertes maternas y 500.000 muertes fetales anualmente a nivel global. Si no se diagnostica, la preeclampsia puede ocasionar complicaciones graves, como un derrame cerebral y la muerte materna, además de aumentar el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y complicaciones neonatales. Dado que no existe un tratamiento médico, la detección temprana y la evaluación de riesgos a través de controles son fundamentales para garantizar intervenciones oportunas que protejan a las madres y sus bebés.

De manera similar, el síndrome de ovario poliquístico (SOP) es uno de los trastornos endocrinos más comunes, pero subdiagnosticados, que afecta entre el 6 % y el 13 % de las mujeres en edad fértil a nivel mundial, pero el 70 % permanece sin diagnóstico. El SOP va más allá de la salud reproductiva, aumentando significativamente el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y trastornos de salud mental. Al permitir una identificación temprana, los diagnósticos desempeñan un papel crucial en el manejo de los síntomas, la prevención de complicaciones y la mejora de los resultados de salud a largo plazo.

Las mujeres viven más tiempo que los hombres, pero experimentan más años de mala salud. La pandemia de COVID-19 subrayó la importancia del control y los diagnósticos en la gestión de la respuesta a enfermedades y en la mejora de los resultados de salud. A medida que los países fortalecieron su capacidad diagnóstica en respuesta a la pandemia, podemos aprovechar estos avances para impulsar el progreso hacia la visión de Beijing+30 de la equidad de género en la salud.

Los diagnósticos van más allá de las herramientas para la detección de enfermedades; permiten la evaluación de riesgos, la prevención y la intervención temprana, asegurando una atención oportuna, de calidad y asequible. Esta es la base de la equidad en salud, reduciendo las disparidades en el acceso y la calidad de la atención. Un diagnóstico preciso y oportuno empodera a las mujeres al ofrecerles decisiones informadas, lo que les permite buscar atención más rápidamente, gestionar eficazmente las condiciones y mejorar los resultados de salud a largo plazo.

Por ejemplo, la conciencia sobre la fertilidad sigue siendo baja, y muchas mujeres buscan intervenciones solo cuando su fertilidad ya está en declive. Sin embargo, las pruebas diagnósticas tempranas para la reserva ovárica pueden ayudar a las mujeres a tomar decisiones proactivas sobre su salud reproductiva. De manera similar, los avances en la auto-recolección para el control de cáncer cervical y las ecografías móviles están acercando la atención a las mujeres, asegurando mayor accesibilidad y opciones.

Invertir en diagnósticos accesibles e innovadores no es un costo, sino una inversión en sistemas de salud sostenibles que empoderan a las mujeres, reducen las inequidades en salud y promueven el crecimiento económico. Lograr la visión de Beijing+30 requiere colaboración entre sectores. Ninguna entidad puede lograrlo por sí sola.

⦁ Los gobiernos deben integrar los diagnósticos en las estrategias de salud nacionales, movilizar fondos y ampliar las listas nacionales de diagnósticos esenciales para incluir los diagnósticos de condiciones que afectan principalmente a las mujeres y aquellos que impactan predominantemente a las mujeres.
⦁ Los actores globales de la salud deben fomentar alianzas público-privadas para ampliar el acceso a soluciones diagnósticas que permitan la detección temprana, la toma de decisiones informadas y una mejor gestión de la salud.
⦁ El sector privado debe continuar innovando, asegurando diagnósticos accesibles y de calidad que mejoren los resultados de salud de las mujeres. Herramientas como el [w]Health Index pueden ayudar a las organizaciones a evaluar sus esfuerzos actuales, identificar brechas y tomar medidas concretas para reducir la brecha de salud de género.

Trabajando juntos, podemos fortalecer la capacidad diagnóstica y garantizar que todas las mujeres, independientemente de su ubicación geográfica o estatus socioeconómico, tengan acceso oportuno a la atención que necesitan.

Los diagnósticos son el núcleo de la equidad en la salud de las mujeres, desde la prevención del cáncer hasta la protección del embarazo y la mejora en el diagnóstico preciso de condiciones como los ataques cardíacos, que a menudo son mal diagnosticados en las mujeres. Al conmemorar los 30 años de la Declaración de Beijing, la inversión en diagnósticos accesibles y de alta calidad debe ser una prioridad para avanzar en los objetivos globales de equidad de género y salud. Un mundo en el que cada mujer tenga acceso a los diagnósticos que necesita es un paso más cerca de lograr la equidad de género en la salud.

Anna Bode, directora en Kearney, también contribuyó a este artículo.

Este blog se publica como parte de la plataforma [w]Health, una iniciativa global creada por Kearney para impulsar un progreso significativo en la salud de las mujeres. A través del compromiso, la colaboración y la co-creación, [w]Health reúne a diversos actores para compartir conocimientos, desarrollar soluciones innovadoras e informar los cambios regulatorios y de políticas necesarios para acelerar el impacto.