¿Puede el deporte impulsarnos a ser más sostenibles?

Dolor, pasión, rendimiento. El deporte nos une a través de fronteras, nos enseña resiliencia frente a los desafíos y celebra el poder del esfuerzo colectivo. Pero, ¿puede contribuir ―e inspirarnos― a comportarnos de manera más sostenible?

El cambio climático está en “tiempo de descuento”, con el planeta en calentamiento amenazando la propia naturaleza de cómo jugamos. En su forma más extrema, amenaza con acabar por completo con los deportes de nieve. El deporte debe tener en cuenta su impacto ambiental, pero también puede impulsar la sostenibilidad global a través de su alcance unificador.

Con millones de seguidores en redes sociales, las estrellas del deporte están en una posición única para ofrecer liderazgo global y abogar por la sostenibilidad. De hecho, el individuo más seguido en las redes sociales es el futbolista Cristiano Ronaldo, con más de mil millones de seguidores.

Muchos atletas de alto perfil ya están utilizando sus plataformas para ofrecer liderazgo de ideas. Las palabras pueden ser más poderosas cuando están respaldadas por acciones, como las del corredor de maratón Eliud Kipchoge, quien promueve iniciativas de aire limpio.

La tenista Naomi Osaka también crea conciencia sobre la moda sostenible a través de colaboraciones con marcas ecológicas, y el piloto de F1 Lewis Hamilton está invirtiendo activamente en tecnologías renovables e iniciativas de compensación de carbono.

Quizás aún más emocionante es el surgimiento de jóvenes atletas profesionales ecológicos que abogan por el cambio y la gestión ambiental, como el joven portero del Arsenal, Alexei Rojas.

El esfuerzo colectivo puede ser incluso más efectivo que la acción individual. Los equipos deportivos más exitosos no siempre están compuestos por los individuos más talentosos; prosperan gracias a la colaboración, la diversidad y la comunicación.

De hecho, los pequeños y sutiles impulsos por parte de equipos, clubes y grandes eventos, como metas de cero residuos o torneos neutrales en carbono, pueden inspirar a los aficionados a adoptar hábitos duraderos, amplificando su impacto mucho más allá del campo de juego. Esta pequeña ―y a veces inesperada― acción puede tener un efecto masivo, involucrando a los aficionados para generar diferencias significativas y colectivas, creando conciencia y transformándola en acción tangible.

Las asociaciones público-privadas pueden ser especialmente efectivas para impulsar muchas de estas iniciativas de sostenibilidad a gran y pequeña escala. París 2024 integró la sostenibilidad en sus "Juegos más verdes de la historia", colaborando con startups innovadoras y corporaciones tradicionales.

Las iniciativas incluyeron el uso de energía renovable 100% local y la captura o evitación de más de 1,4 millones de toneladas de emisiones equivalentes de dióxido de carbono.

Los datos también son el motor del deporte moderno. Desde que los antiguos griegos celebraron a los vencedores olímpicos, el deporte ha estado obsesionado con representar el logro, aunque en esa época el enfoque estaba en los nombres, no en los números.

Hoy en día, los datos sustentan casi todos los aspectos del rendimiento atlético, mientras el deporte adopta la inteligencia artificial (IA) y la analítica para cuantificar el rendimiento, las respuestas fisiológicas y los factores ambientales.

La forma en que el deporte adopta los datos es un modelo a seguir para otras industrias, mostrando cómo la toma de decisiones basada en evidencia puede impulsar la eficiencia y la sostenibilidad.

Los datos han revolucionado nuestra manera de abordar el deporte. Han eliminado la incertidumbre, optimizado el entrenamiento y refinado las estrategias, llevando a los atletas a sus límites y convirtiendo el talento bruto en resultados medibles.

Por ejemplo, el análisis de datos impulsado por IA en los Juegos de París no solo optimizó el consumo de energía en sus eco-estadios, sino que también informó los horarios dinámicos del transporte público, reduciendo la huella de carbono del evento mientras acomodaba a millones de visitantes.

Mientras tanto, la analítica impulsada por IA también brindó a los atletas y entrenadores en los Juegos información sobre métricas de rendimiento, ayudándoles a perfeccionar los programas de entrenamiento y las estrategias.

La tecnología de seguimiento 3D de atletas de Intel fue un ejemplo destacado. Analizaba datos biomecánicos mediante el monitoreo de 21 puntos en el cuerpo de un atleta, proporcionando a los entrenadores información detallada sobre los movimientos físicos.

Sin embargo, uno de los solapamientos más significativos entre el deporte y la sostenibilidad, que ha sido en gran parte ignorado, es el de los datos sobre la calidad del aire.

La contaminación del aire es responsable de más de 8 millones de muertes prematuras al año, pero su impacto en el rendimiento atlético a menudo se pasa por alto.

El smog de la contaminación provoca la cancelación de eventos deportivos, pero incluso la exposición a pequeñas cantidades de aire de mala calidad tiene efectos inmediatos y adversos sobre la salud y el rendimiento de los atletas, tanto en deportes individuales como en deportes de equipo.

Los atletas que entrenan en entornos contaminados requieren más tiempo de recuperación y sufren una reducción en su resistencia (los tiempos de maratón disminuyen un 1,4%) así como problemas respiratorios y cardiovasculares. Como parte de un panel de atletas de élite organizado por Air Aware Labs, los medallistas olímpicos y paralímpicos de París compartieron testimonios sobre su preocupación y sufrimiento por la contaminación del aire mientras entrenaban en Londres.

Varias campañas importantes de concienciación sobre la calidad del aire en el deporte incluyen la iniciativa Running for Clean Air de World Athletics. En el sector privado, la empresa de ropa outdoor Patagonia lleva a cabo su campaña anual Running Up For Clean Air.

Estas iniciativas establecen conexiones personales con la calidad del aire, fomentan la responsabilidad y sirven como puerta de entrada para abordar desafíos de sostenibilidad más amplios, como las emisiones de carbono y el cambio climático.

Sin embargo, la amenaza de la contaminación del aire puede pasar desapercibida a menos que haya datos que vinculen la exposición con la actividad deportiva. Air Aware Labs aborda este problema vinculando directamente los datos de calidad del aire con las métricas de rendimiento, ayudando a los atletas a comprender cómo su entorno influye en el rendimiento y la recuperación.

Por ejemplo, un corredor podría descubrir que cambiar su ruta de carrera o ciclismo ―o el horario de su actividad― reduce la exposición a partículas dañinas en un 50%, mejorando el rendimiento, la salud y reduciendo el tiempo de recuperación.

Estos datos personalizados benefician inmediatamente a los atletas de élite, al mismo tiempo que empoderan a las personas comunes a conectar los conceptos ambientales con su propio bienestar, lo que impulsa un cambio de comportamiento significativo.

El éxito en el deporte y la sostenibilidad requiere innovadores e innovaciones, así como la acción colectiva de atletas, aficionados, comunidades, equipos, empresas y gobiernos hacia objetivos comunes.

Ya sea apoyando eventos deportivos más limpios, promoviendo innovaciones basadas en datos o tomando decisiones sostenibles en la vida cotidiana, cada acción cuenta. Juntos, podemos convertir la urgencia de hoy en el legado de mañana, demostrando que el juego no ha terminado: es hora de un regreso global.

Así como los atletas llevan sus límites al máximo, debemos utilizar el alcance global del deporte para inspirar y empoderar el mismo nivel de determinación para lograr un planeta más saludable, sostenible y victorioso.