Para regenerar el núcleo de las ciudades, hay que involucrar a las comunidades locales
Para ser exitosa, la regeneración de los núcleos urbanos debe involucrar a las comunidades locales. Image: Getty Images/iStockphoto
- Si bien la mayor parte de la población global vive en las ciudades, las zonas urbanas centrales se enfrentan a una crisis de identidad y utilidad.
- Para resolver esta crisis y crear ciudades que proporcionen calidad de vida a sus habitantes, es esencial involucrar a las partes interesadas locales.
- Los responsables políticos que pretenden regenerar los núcleos urbanos deben colaborar con sus comunidades.
Las megatendencias globales han cambiado la forma en que los residentes utilizan los centros de las ciudades. Para comprender lo que está por venir, los dirigentes municipales deben consultar a las partes interesadas locales.
Los pronósticos sobre la muerte de las ciudades tras la pandemia han resultado ser exagerados. La deslocalización de la fuerza laboral duró poco. Hoy, las ciudades albergan a más del 50% de la población mundial. Para 2050, la ONU prevé que la población urbana mundial aumente en 2200 millones de personas, con lo que esa cifra ascenderá al 68%.
Sin embargo, las ciudades están cambiando. El cambio hacia el trabajo remoto ha tenido importantes consecuencias para las zonas comerciales ubicadas en los centros de las ciudades. Las tasas de desocupación de oficinas en centros importantes, como Nueva York, Londres, San Francisco y Sídney, alcanzan sus niveles más altos en 20 a 30 años. Los cambios en los hábitos de compra y la reducción de la inversión — provocada por la inflación y las altas tasas de interés — han resultado en inmuebles comerciales vacíos. Sólo en Nueva York hay el equivalente a 26 edificios Empire State vacíos.
Resolver la crisis de los núcleos urbanos
Esta desinversión económica significa que los núcleos de las ciudades se enfrentan a una crisis. Sin embargo, ese cambio también implica oportunidades: los responsables políticos tienen la oportunidad de plantearse ahora cómo reinventar los espacios centrales, mejorar el transporte público y crear barrios dinámicos, que proporcionen una prosperidad equitativa y duradera.
Para que esto ocurra, los residentes, grupos comunitarios, organizaciones sin ánimo de lucro y negocios locales deben tener voz y participar en el proceso de planificación y ejecución. El placemaking o la creación de espacios — proceso que utilizan los profesionales para crear nuevos lugares y espacios — tiene que ver con las personas. Es la forma en que se conectan las comunidades con los espacios públicos, amplificando la reciprocidad entre ambos e impulsando la vitalidad urbana.
Cuando se hace bien, este proceso impulsa el crecimiento económico. Las mejoras del espacio público lo hacen más habitable y mejoran la calidad de vida, crean barrios atractivos y aumentan las tasas de residencia y uso. A su vez, esto fomenta la innovación y el espíritu emprendedor, contribuyendo a atraer empresas, visitantes y nuevas inversiones. Los barrios más dinámicos también ayudan a atraer y retener talentos, estimulando el crecimiento económico. Los beneficios son innegables.
Involucrar a las partes interesadas para crear ciudades más habitables
Afortunadamente, ya sabemos cómo lograrlo: maximizando el contacto con la naturaleza a través de espacios verdes cuidadosamente diseñados; mejorando el transporte público y multimodal e integrándolo con opciones de desplazamiento activo; creando urbanizaciones dinámicas de uso mixto y barrios transitables que tengan su propia cultura y se integren perfectamente en el tejido urbano; reutilizando oficinas, comercios y otros inmuebles urbanos abandonados para darles vida nueva y vibrante; proporcionando espacios para start-ups y pequeñas empresas. Todos estos enfoques pueden contribuir a crear centros urbanos prósperos, pero no existe una receta única.
¿Qué está haciendo el Foro Económico Mundial en el ámbito del futuro de las ciudades?
A lo largo de décadas de experiencia global, hemos aprendido que hay factores que son fundamentales para el éxito, pues pueden reducir el riesgo de los esfuerzos de transformación urbana y amplificar sus beneficios duraderos. Para tener éxito, los proyectos deben estar profundamente arraigados en los requisitos demográficos y la cultura locales y deben comprender las prioridades de la comunidad. Esto comienza con un profundo compromiso con los residentes en las primeras fases del desarrollo para formular una visión en colaboración con el mayor número posible de partes interesadas locales. Una vez acordada la visión, es necesario establecer un proceso iterativo que recabe opiniones sobre los proyectos a medida que se desarrollan las ideas para garantizar la aceptación de la comunidad y lograr mejores resultados.
Igualmente importante es contar con el conocimiento local en todas las fases de desarrollo y ejecución. Sabemos que cualquier obra de regeneración requiere colaboración con proveedores de servicios y cadenas de suministro locales para aportar conocimiento que garantice que los proyectos son adecuados para las necesidades locales y tienen un impacto significativo. Esto va más allá de requisitos de compra y contratación y se concreta a través de consorcios creados para asegurar que los valores y las aspiraciones de la comunidad se reflejan en los resultados finales.
Participación comunitaria en la transición digital
Tomemos, por ejemplo, la iniciativa Digital Birmingham, que está impulsando proyectos de transformación digital en toda la ciudad de Birmingham (Reino Unido). Dado que, en última instancia, son las partes interesadas locales que implementan los proyectos, la comunidad se integró profundamente en el proceso de ejecución desde el principio.
Una vez establecida una hoja de ruta, los líderes de las principales organizaciones públicas, privadas y del tercer sector involucradas con la transformación digital (incluidas organizaciones benéficas, empresas sociales y grupos de voluntarios) se volvieron responsables de la ejecución del programa y de su dirección estratégica.
Los grupos de trabajo, formados por representantes a nivel operativo de organizaciones de toda la ciudad, se centran en áreas clave de actividad y trabajan para identificar nuevas iniciativas surgidas de las comunidades y del ecosistema empresarial de Birmingham.
Como demuestra el proyecto de Birmingham, este enfoque permite un compromiso iterativo y un diálogo continuo con la comunidad local. También garantiza el compromiso de la autoridad municipal y, más ampliamente, de las principales instituciones de la ciudad con la transformación digital.
En última instancia, si los responsables de la toma de decisiones quieren regenerar los núcleos urbanos, tienen que contar con la participación de sus comunidades.
Entre los proyectos digitales que se están llevando a cabo en Birmingham se encuentra una importante iniciativa para mejorar la conectividad por fibra óptica. Se ha creado la alianza Ciudad Digital (Digital City Partnership) presidida por Rick Robinson, Director y Responsable Global de Ciudades y Lugares Inteligentes, Conectados y Seguros de Jacobs. Las instituciones locales han tomado las riendas de los proyectos: la Universidad de Birmingham y West Midlands 5G, por ejemplo, lideran los esfuerzos para mejorar la conectividad y salvar la brecha de habilidades digitales.
Al poner a la comunidad al frente de estas iniciativas, se ha dado un paso importante hacia su éxito.
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