Cómo las empresas pueden impulsar los ODS de la ONU y generar un impacto real 

Incluso las empresas mejor intencionadas pueden tener dificultades para ver cómo pueden incorporar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas en todo su alcance y ambición a sus estrategias. Los 17 Objetivos Mundiales (con sus 169 metas de acción) parecen tan ambiciosos que están fuera de nuestro alcance.

Tomemos, por ejemplo, el Objetivo 1: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo. O el Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y y empoderar a todas las mujeres y las niñas. El Objetivo 8: Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos. Y así sucesivamente.

Los ODS se adoptaron en 2015 y deben alcanzarse en 2030. El tiempo corre y los avances en los 17 objetivos globales han sido, en el mejor de los casos, inconsistentes. Según un informe de la ONU sobre los ODS para 2023, sólo el 15% de los objetivos están bien encaminados; el 48% están moderada o gravemente desviados; otro 37% están estancados o han retrocedido.

Sin embargo, si hay alguna esperanza de avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos en su meta de 2030, es esencial que las empresas asuman su parte.

No obstante, una amplia revisión de las directrices prácticas de organizaciones como McKinsey y PwC -y de artículos relacionados en destacadas revistas de gestión- ha generado mas atención sobre este tema. La revisión integra conocimientos académicos con directrices prácticas para ofrecer un marco sólido y científicamente fundamentado basado en procesos para la adopción de los ODS.

Basándonos en esa revisión, he aquí el proceso de cuatro pasos para que las empresas se apropien de los ODS:

1. Priorizar. Los líderes de las empresas deben identificar los ODS más relevantes para los objetivos estratégicos de su empresa. Ninguna empresa puede tener un impacto significativo en todos los objetivos; perseguir muchos a la vez conlleva el riesgo de dispersar demasiado los recursos. Además, el compromiso y la participación de los empleados tienden a desvanecerse si no existe un enfoque significativo. Más allá de la alineación entre los ODS y las actividades principales de la empresa, la relevancia puede estar arraigada en los valores personales de los responsables de la toma de decisiones o en otros factores.

Por ejemplo, el fabricante danés de juguetes Lego da prioridad al Consumo y la Producción Responsables (Objetivo 12), así como a la Educación de Calidad (Objetivo 4), porque cree en "el poder transformador del juego para ser adoptado en la educación y el desarrollo de la primera infancia en todo el mundo". Los dos ODS están centrados y alineados con las actividades y valores de la empresa.

2. Contextualizar. Las empresas deben situar los ODS en sus contextos geográficos e industriales. Deben replantear los objetivos y pasar de ser llamadas globales a la acción a ser metas manejables y relevantes en su contexto. Sin esta reformulación, los objetivos pueden parecer más simbólicos que prácticos. Además, algunos ODS -por ejemplo, el acceso al agua potable- son aplicables en algunas comunidades y no en otras. La localización de los ODS también anima a directivos y empleados a visualizar el progreso gradual de sus empresas hacia objetivos específicos y mejora el compromiso de las partes interesadas.

Al explicar su enfoque de los ODS, el gigante de alimentos francés Danone dijo que se centraría en áreas relacionadas con la nutrición y el bienestar, como Hambre Cero (Objetivo 2) y Salud y Bienestar (Objetivo 3). "Hemos decidido dirigir nuestros esfuerzos y contribuir activamente a varios de los Objetivos en los que nuestras actividades tienen un mayor impacto material", declaró la empresa. Se trata de proyectos como realizar estudios de madres en Camerún y Costa de Marfil, donde la anemia es un problema crítico, y reformular su marca Phosphatine en estos dos países para que ahora cubra el 70% de las necesidades de hierro de los niños.

3. Colaborar. Esto requiere trabajar junto a otras organizaciones y grupos de interés para lograr avances más significativos en los objetivos comunes. Una vez más, la complejidad de los ODS supera el alcance de una sola organización. La cooperación con múltiples socios externos es necesaria para lograr el cambio. Los ODS sólo pueden alcanzarse mediante la contribución coordinada de múltiples partes interesadas, incluidos los sectores público y privado, las instituciones multilaterales y otros actores de la sociedad civil. Para algunas empresas, esto requerirá un cambio de enfoque: pasar de gestionar a los grupos de interés a asociarse con ellos, y de enfoques centrados en la organización a enfoques centrados en los problemas. Esto exigirá un diálogo, algo que no siempre será fácil.

Tras realizar una evaluación de la materialidad de los 169 objetivos de acción, la empresa farmacéutica NovoNordisk se inclinó por la Salud y el Bienestar (Objetivo 3) y el Producción y Consumo Responsables (Objetivo 12). Aquí, las asociaciones son la clave del progreso. Por ejemplo, en su programa Cities Changing Diabetes (Ciudades que Cambian la Diabetes), NovoNordisk colabora con más de 100 socios locales para delinear y analizar las causas profundas de la diabetes urbana y aportar soluciones a los problemas sistémicos relacionados con la vida sana en las ciudades.

4. Innovar. Es posible que las empresas tengan que replantearse su forma habitual de hacer negocios, diseñando nuevos modelos empresariales que produzcan distintos resultados relacionados con los ODS. La innovación en los modelos de negocio puede permitir a las empresas fomentar cambios sostenibles incorporando las consecuencias sociales y medioambientales en sus diseños. Los ODS nunca se alcanzarán si seguimos haciendo lo que hacemos, de la misma manera que siempre lo hemos hecho. No podemos confiar en las herramientas, técnicas y tecnologías existentes. Las empresas deben encontrar soluciones novedosas que utilicen menos insumos y tecnologías más limpias, innovando al mismo tiempo sus modelos de negocio. Esto significa modificar significativamente las prácticas empresariales actuales y adoptar otras nuevas basadas en una nueva lógica de compromiso social.

La transición energética es, quizá, la acción climática más importante. El productor español de electricidad Iberdrola ha identificado la Energía Asequible y No Contaminante (Objetivo 7) y la Acción por el Clima (Objetivo 13) como los objetivos en los que puede tener un mayor impacto, y los ha incorporado a su estrategia empresarial. Para progresar, la empresa se ha comprometido a acelerar las inversiones en energías renovables, digitalización y movilidad eléctrica, todas las cuales requieren innovaciones fundamentales.

Nadie negará que el progreso mundial en la consecución de los ODS de la ONU ha sido decepcionante. Pero ni esta lentitud ni la magnitud de los objetivos deberían disuadir a las empresas de actuar. Con el enfoque adecuado, los ODS pueden convertirse en planes de acción concretos con resultados mensurables.