Así es como Lisboa y otras ciudades del mundo afrontan la crisis de la vivienda

Como consecuencia de los bajos niveles de inversión pública y la ausencia de políticas públicas fuertes en la última década, los precios de la vivienda han aumentado un 120% en la capital portuguesa entre 2012 y 2022. Los precios de los alquileres también han aumentado significativamente, alcanzando más del 30% en los últimos cinco años. Al mismo tiempo, los niveles de ingreso se han mantenido relativamente estables, perjudicando así el poder adquisitivo de la población local.

Desde 2021, Lisboa ha adoptado un enfoque multidimensional innovador, poniendo en marcha soluciones a corto plazo e inversiones a largo plazo. Un plan de inversión pública de EUR 800 millones respalda la estrategia para 2022-2028, la mayor inversión en 30 años. En menos de dos años, esta nueva visión ya ha dado resultados:

Esta estrategia múltiple y holística está restableciendo condiciones de vida asequibles en Lisboa para la población local, permitiendo a las generaciones más jóvenes permanecer en el centro de la ciudad.

Dado que la crisis mundial de la vivienda plantea importantes retos sociales y económicos, las ciudades deben desarrollar enfoques de colaboración para hacer frente a la escasez de vivienda actual y futura. Deben tenerse en cuenta las condiciones locales; sin embargo, algunos principios clave pueden proporcionar algunas directrices.

Los sectores público, privado y de la sociedad civil deben desarrollar una visión común para abordar la escasez de vivienda. Establecer objetivos compartidos sentará las bases de la cooperación y ayudará a alinear los esfuerzos críticos.

Por ejemplo, en el Reino Unido, la Federación Nacional de la Vivienda, organización sin ánimo de lucro, colabora con el gobierno para eliminar los obstáculos a la construcción de nuevas viviendas para la venta, el alquiler y la propiedad asequible.

Mediante la creación de marcos políticos favorables, los gobiernos nacionales y locales pueden incentivar la participación del sector privado en proyectos de vivienda asequible. Los incentivos fiscales, la agilización de los procesos de concesión de permisos y los cambios en la zonificación son especialmente eficaces para fomentar el desarrollo de viviendas asequibles.

El movimiento YIMBY ("Yes In My Backyard", "Sí en mi patio trasero") en Estados Unidos defiende al aumento de la oferta de viviendas mediante cambios en la normativa de zonificación y las políticas de desarrollo. En California, YIMBY ha contribuido a acabar con la zonificación excluyente y de una sola unidad, lo que ha permitido construir 2,2 millones de viviendas en el estado.

Como esfuerzo conjunto entre gobiernos y empresas privadas para desarrollar y gestionar proyectos de vivienda, estas alianzas pueden aprovechar los puntos fuertes de ambos sectores, combinando los recursos y la capacidad de planificación del sector público con la innovación y la eficiencia privadas.

En Toronto, la Daniels Corporation se alió a la autoridad de vivienda para reurbanizar viviendas sociales abandonadas y convertirlas en una comunidad de uso mixto y renta mixta que garantiza a todos los residentes el derecho a regresar.

Trabajar con los ciudadanos para diseñar soluciones urbanas inclusivas y sostenibles se ha convertido en una pieza clave del rompecabezas. Movilizar la inteligencia colectiva ayuda a tomar decisiones más conscientes, adaptar los proyectos a las necesidades de la población y promover un "espíritu comunitario" entre los lugareños.

Ciudades como París, Lisboa o Bruselas cuentan ahora con asambleas ciudadanas permanentes para ayudar a los responsables políticos a resolver no sólo la escasez de vivienda, sino también otros retos, como la movilidad, la sanidad o la educación.

El sector privado está dispuesto a aportar técnicas, materiales y tecnologías innovadoras para aumentar la eficiencia, la asequibilidad y la sostenibilidad de la construcción de viviendas. Los gobiernos pueden apoyar estos esfuerzos fomentando un entorno normativo que favorezca la adopción de nuevas soluciones.

Por ejemplo, la empresa de ingeniería estonia Kodasema colabora con el gobierno en el desarrollo de casas modulares KODA, que pueden montarse en un día.

Cuando se trata de resolver la crisis mundial de la vivienda, no hay una solución única. Si se observan los distintos planteamientos en todo el mundo, queda claro que no hay ni una solución milagrosa ni una respuesta definitiva.

Resolver la escasez de vivienda exige un planteamiento coherente, diversificado y personalizado, con políticas diferentes para casos diferentes. Recientemente galardonada por la Comisión Europea con el premio Capital Europea de la Innovación, Lisboa está dispuesta a demostrar el éxito de su innovador planteamiento multisolución y decidida a inspirar a otras ciudades del mundo.