9 efectos secundarios inesperados del cambio climático

Este artículo se publicó originalmente el 22 de diciembre de 2022. Se actualizó el 15 de mayo de 2023 y el 8 de noviembre de 2023.

El cambio del sexo de los lagartos, el tamaño de las cabras y las características del vino no fueron los temas principales de la COP27, pero esos son algunos efectos insólitos que probablemente veremos con más frecuencia a medida que se agraven las consecuencias del cambio climático.

He aquí 9 cosas inesperadas que el cambio climático está provocando en nuestro mundo:

El dragón barbudo es un lagarto originario de Australia. Como ocurre con otros reptiles, la temperatura influye en el sexo de sus embriones. Cuando hace más calor, las crías del dragón barbudo tienen más probabilidades de ser hembras, informa Smithsonian Magazine.

Los huevos con cromosomas sexuales masculinos acaban desarrollándose como femeninos si se incuban en el nido a una temperatura de 32 °C o superior, afirma el periódico británico The Guardian.

Esto preocupa a los científicos, que temen que los machos sean cada vez más escasos a medida que aumenten las temperaturas, lo que pondría a toda la especie en peligro de extinción. La llamada determinación del sexo dependiente de la temperatura también afecta a todos los cocodrilos, la mayoría de las tortugas y muchos peces.

Las temperaturas más cálidas no hacen que los machos cabríos se conviertan en hembras, pero sí están haciendo más pequeñas a las cabras que viven en los Alpes italianos. La cabra montesa Gamuza Alpina pesa ahora una media del 25% menos que en la década de 1980, informa Science Daily.

Los animales de sangre caliente pueden perder peso corporal porque, al aumentar la temperatura, ya no necesitan tanta carne para mantenerse calientes, señala Bloomberg.

¿Por qué es importante? Podría repercutir en otros sistemas naturales, ya que las cabras más pequeñas necesitarán menos comida y, en general, podrían pasar más tiempo descansando y menos tiempo buscando alimento, lo que también sería una forma de intentar evitar el sobrecalentamiento, señala National Geographic. Las poblaciones de cabras podrían cambiar, ya que las cabras más ligeras tienen más probabilidades de morir congeladas en los inviernos fríos.

Cualquier amante del vino sabe que las uvas son muy sensibles a los cambios de temperatura. Pueden pudrirse o no madurar si las condiciones no son las adecuadas, y por eso las botellas de algunos años saben mejor -y son más valoradas- que la producción de otros años.

Los incendios forestales ya han destruido viñedos en zonas desde España hasta el famoso valle de Napa, en California. Pero incluso cuando las uvas sobreviven al calor, su sabor está cambiando. "La calidad del vino... se reduce a lograr el equilibrio entre tres grandes aspectos de las uvas: azúcar, ácido y compuestos secundarios", dice un informe de la BBC. "A temperaturas más cálidas, la maduración se sobrealimenta, lo que da lugar a un sabor dulce y a pasas en las uvas".

Esto también puede aumentar el contenido de alcohol del vino resultante, lo que provoca un sabor a quemado y reduce la sutileza de los sabores y aromas. Según la revista científica estadounidense PNAS, el cambio climático podría provocar incluso una reducción del 73% de la superficie mundial apta para el cultivo del vino de aquí a 2050.

Los cinturones mundiales del café y el vino se sitúan en latitudes totalmente distintas y no se solapan, pero los cultivos de café también se están viendo afectados por el cambio climático. Los agricultores de Brasil, el mayor exportador de café del mundo, se han enfrentado a cosechas sustancialmente más bajas de granos arábica debido a las heladas y las sequías, señala Bloomberg.

Un estudio publicado en la revista PLOS One modela las condiciones de cultivo del café, los anacardos -la fruta también llamada de marañon o merey- y los aguacates en los próximos 30 años. Su conclusión: el café es "el más vulnerable, con impactos climáticos negativos dominantes en las principales regiones productoras".

Según el informe, en 2050 se habrá reducido en un 50% el número de zonas más aptas para el cultivo del café, y en un 31-41% el de las zonas moderadamente aptas.

El café crece mejor en zonas donde las temperaturas son estables de día y de noche, así como a lo largo de todo el año. Esto significa que las condiciones climáticas cambiantes no sólo podrían provocar escasez de café, sino también amenazar los ingresos de millones de personas, principalmente en los países en desarrollo.

Los patrones de circulación del aire son cada vez menos predecibles debido al cambio climático, lo que provoca vuelos mucho más accidentados, hasta el punto de que las turbulencias se han convertido en la causa más común de accidentes aéreos, según declaró el año pasado a Bloomberg Bruce Landsberg, de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos.

Más del 65% de las lesiones graves en aviones registradas por los investigadores de accidentes estadounidenses en 2017-20 fueron consecuencia de que los aviones entraron en cielos agitados.

La razón es debido al aumento de la "turbulencia de aire claro", cuya incidencia se espera que aumente dos o tres veces en las próximas décadas. La turbulencia de aire claro está causada por corrientes de aire erráticas. Como su nombre indica, se producen en el cielo despejado y no en las nubes, por lo que son más difíciles de detectar a simple vista o incluso con un radar, según el sitio web de noticias de aviación Simple Flying.

Entre 2009 y 2018, según la NTSB, el 28% de los accidentes aéreos estuvieron relacionados con turbulencias de aire claro, sin que las tripulaciones de vuelo tuvieran ninguna advertencia. "Tenemos auxiliares de vuelo que han sido lanzados al techo y luego de vuelta hacia abajo varias veces, lo que resulta en miembros rotos", dijo la presidenta de la Asociación de Auxiliares de Vuelo de Estados Unidos, Sara Nelson, a CNN Travel. "En el pasillo, con turbulencias imprevistas, tuvimos personas que perdieron dedos de los pies, o perdieron la capacidad de trabajar, o sufrieron lesiones que los mantuvieron fuera del trabajo durante años".

La Tierra recibe alrededor de 8 millones de rayos al día, pero esta cifra podría aumentar considerablemente si se acelera el calentamiento global. Un estudio ha calculado que cada 1 °C de calentamiento podría provocar un aumento del 12% en el número de rayos.

"El cambio climático está calentando el aire, lo que le permite retener más humedad, y ambos factores pueden aumentar la probabilidad de tormentas", señala el sitio web Inside Climate News.

Esto significa que es probable que aumenten los daños causados por los rayos. Los efectos potenciales incluyen más incendios forestales, ya que los rayos pueden provocar incendios entre la vegetación seca, y grandes daños en los equipos eléctricos y las redes eléctricas.

En 2021 casi se duplicó el número de rayos que cayeron en el Ártico, informa The Guardian.

Muchos glaciares cubren las laderas de volcanes activos. Al derretirse estos glaciares, la reducción de la presión en la superficie de la Tierra podría alterar el movimiento del magma volcánico y provocar más erupciones.

Los científicos que han comparado los registros volcánicos históricos con la cobertura glaciar observaron que el número de erupciones disminuyó significativamente a medida que el clima se enfriaba y los niveles de hielo aumentaban.

Se están realizando más estudios para mejorar la comprensión de los vínculos entre los glaciares y la actividad volcánica. Pero incluso lejos de las regiones más frías, los cambios en los patrones climáticos pueden desencadenar erupciones.

Según las autoridades locales, la erupción de diciembre de 2021 en uno de los volcanes más activos de Indonesia se debió a varios días de fuertes lluvias que desestabilizaron el domo de lava en el cráter de la cima del volcán. "Esto provocó el colapso del domo, lo que redujo la presión sobre el magma inferior y desencadenó una erupción", según PreventionWeb, una plataforma de intercambio de conocimientos para la reducción del riesgo de desastres y la resiliencia.

La rana coquí de Puerto Rico debe su nombre al fuerte grito que emiten los machos por la noche para atraer a su pareja. Parece que esos gritos son cada vez más fuertes, pero no se debe a la época de apareamiento, sino al calentamiento global, según los científicos.

Según Peter Narins, de la Universidad de California en Los Ángeles, el aumento de las temperaturas parece estar reduciendo el tamaño de la rana coquí, lo que a su vez eleva el tono de sus croares.

Los anfibios son muy sensibles a los cambios de temperatura, y si las temperaturas siguen subiendo toda la especie de rana coquí podría estar amenazada, añaden los científicos.

Los animales migran para encontrar condiciones de vida más adecuadas y mantener el acceso a las fuentes de alimento cuando cambian los patrones meteorológicos. Pero a medida que el cambio climático desestabiliza el ciclo estacional tradicional, la migración de las especies también muestra signos de desestabilización.

Un ejemplo de ello son las medusas, cuyo número en aguas británicas e irlandesas aumentó un 400% en septiembre, según un estudio de la Sociedad de Conservación Marina del Reino Unido.

Entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, los avistamientos de medusas aumentaron un tercio respecto al año anterior. Esto incluyó algunos tipos raros que prefieren específicamente aguas más cálidas, presumiblemente atraídas a la zona tras una ola de calor marino en el Reino Unido a mediados de 2023, que elevó la temperatura del agua hasta 5 °C por encima de la media.

Los patrones de desplazamiento y migración de numerosas especies marinas, desde las tortugas hasta los tiburones, podrían alterarse debido al aumento de la temperatura del agua y a la descarga de agua dulce procedente del deshielo de las capas de hielo, según una investigación de la Sociedad Zoológica de Londres para la Convención sobre Especies Migratorias del PNUMA.

¿Sabía que "no mitigar el cambio climático" figura entre los 10 principales riesgos a los que se enfrenta el mundo? Lea el Informe sobre Riesgos Mundiales 2023 para saber más.