¿Qué significa para el cero neto la nueva declaración sobre el uso de la bicicleta de la UE?

Imagine un medio de transporte accesible, que no necesite combustible, que no genere emisiones de gases de efecto invernadero, que mejore su salud y que pueda utilizarse en barrios sin automóviles. Bienvenida sea la humilde bicicleta.

Al igual que muchos otros, la Unión Europea (UE) ha reconocido los aspectos positivos de animar a más personas a desplazarse utilizando la potencia de los pedales, con el anuncio de su "Declaración Europea sobre el Uso de la Bicicleta".

Aclamada por algunos como la iniciativa más ambiciosa de la UE hasta la fecha, pretende "liberar todo el potencial del ciclismo en la Unión Europea" con nuevos fondos y políticas de apoyo para fomentar el uso de la bicicleta y la industria ciclista.

La declaración propuesta eleva la bicicleta a prioridad estratégica y reconoce formalmente el papel vital que puede desempeñar en la descarbonización del sector del transporte.

Fomentar más desplazamientos en bicicleta equivale a menos viajes en automóvil, lo que reduce las emisiones nocivas de dióxido de carbono que alimentan la crisis climática.

"La Declaración Europea de la Bicicleta que adoptamos hoy está pensada para que más gente se suba a los sillines. Contiene compromisos para la creación coherente de redes ciclistas en las ciudades, para conectar mejor los nudos de transporte público, para asegurar aparcamientos con infraestructura de recarga para bicicletas y para construir autopistas de ciclismo entre ciudades, conectando al mismo tiempo las zonas rurales", ha declarado Adina Vălean, Comisaria de Transportes de la UE.

La política y la inversión propuestas para construir nuevas infraestructuras ciclistas forman parte de los esfuerzos de la UE por alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo, su Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente y su Plan de Acción Contaminación Cero.

Además de ser accesible, integradora, asequible y saludable, la bicicleta es uno de los medios de transporte más sostenibles.

Al igual que ocurre con los autos eléctricos, los avances en la tecnología de las bicicletas eléctricas han abierto el ciclismo a un público más amplio. El motor eléctrico le permite a los ciclistas superar con facilidad pendientes que antes resultaban desalentadoras, mismo las personas con baja forma física, las personas mayores y las personas con discapacidad.

Según un informe de Fortune Business Insights, se prevé que el mercado mundial de bicicletas eléctricas aumente de 43 320 millones de dólares en 2023 a 119 720 millones en 2023, lo que supone una tasa de crecimiento anual superior al 15%.

Varias ciudades de todo el mundo han adoptado sistemas de uso compartido de bicicletas eléctricas, híbridas o convencionales, en los que se comparten bicicletas para varios usuarios, lo que hace más accesibles los desplazamientos en bicicleta.

Estas bicicletas especialmente adaptadas están disponibles en estaciones designadas repartidas por toda la ciudad o a través de sistemas sin puerto. Un análisis de los sistemas de e-bike en Europa continental concluyó que, por término medio, la mitad de los viajes en e-bike sustituían a los viajes en automóvil, mientras que en algunos casos esta cifra llegaba al 70%.

Varias ciudades de la UE son ya líderes mundiales en la construcción de infraestructuras dedicadas al ciclismo, animando a la gente a cambiar el automóvil por la bicicleta y desplazarse sin emisiones.

La ciudad holandesa de Utrecht fue nombrada en 2022 la ciudad del mundo más amigable al uso de la bicicleta por el Índice Global de Ciudades para la Bicicleta. Otras ciudades europeas como Münster (Alemania), Amberes (Bélgica) y Copenhague (Dinamarca) figuran entre las mejor clasificadas.

El informe The Urban Mobility Scorecard Tool (Herramienta de puntuación de la movilidad urbana), del Foro Económico Mundial, aboga por mejorar las infraestructuras y dar prioridad al uso de la bicicleta y los desplazamientos a pie, como parte de los esfuerzos para crear ciudades futuras más sostenibles.

Además de sus beneficios para la sostenibilidad, el ciclismo también reduce el gasto sanitario al mejorar la salud cardiovascular, reforzar el sistema inmunitario del organismo y mejorar la salud mental y el bienestar, entre otras ventajas. Los estudios demuestran que la práctica regular del ciclismo puede ayudar a prevenir la obesidad y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como los infartos.

El ejercicio aeróbico semanal de intensidad moderada -como el ciclismo- podría evitar hasta 5 millones de muertes prematuras al año, según la Organización Mundial de la Salud.