Así es como la aceleración digital puede contribuir para superar la crisis

La industria tecnológica se encuentra en un momento de transición. El prospecto de crecimiento ha tradicionalmente atraído a inversores y grandes actores del mercado, pero la lógica parece haber cambiado tras los escándalos de involucrando a empresas tecnológicas que inundaron los medios de comunicación recientemente. Lo que se sugiere es que quizás se necesitará algo más que los avances de los cohetes espaciales, como se vio durante el gran auge tecnológico de años anteriores, para lanzar un conjunto tecnológico viable y sostenible.

Al mismo tiempo, la ambición de construir una Internet nueva y descentralizada ha hecho que grandes cantidades de dinero se destinaran a los mercados de criptomonedas y NFT, sin embargo, las salvaguardas no han podido hacer frente a esta oleada, dejándolos susceptibles a fraudes.

Los problemas de adoptar un compromiso religioso con el crecimiento, tal y cual el visto anteriormente, tampoco pasan desapercibidos para los inversores y ejecutivos de alto nivel, quienes están conscientes de que el bombo publicitario no es necesariamente benéfico para la inversión o creación de una empresa rentable con vías a permanecer en el mercado durante años.

Ahora, nos encontramos en medio de un cambio sísmico en la economía mundial. Los empresarios ya no pueden depender únicamente del capital de inversión y deben construir modelos de negocio saludables que financien su crecimiento a través de las ventas y los clientes. Los inversores están dirigiendo su mirada hacia empresas que pueden no ser dignas de bombo y platillo, pero que crean un cambio significativo, tienen fundamentos sólidos y ofrecen una perspectiva racional para el crecimiento y la rentabilidad futuros.

Para los 12 000 encuestados en el Informe sobre los Mercados del Mañana 2023, la agricultura, la educación y la energía son las tres áreas más importantes para la innovación tecnológica. Esto no quiere decir que haya que dejarlo todo y entrar en estos mercados. Pero esto demuestra que resolver los problemas que afectan a los seres humanos de forma más concreta podría ser una mejor oportunidad de negocio que las visiones futuristas de un mañana digital.

La actual volatilidad de los mercados ha creado las condiciones perfectas para innovar y captar más recursos de fuentes de finanzas tradicionales -mainstream-, de forma global, sostenible y más segura para el medio ambiente.

Un sector especialmente interesante es el de la tecnología climática. Reducir la polución y sanear el medio ambiente nos reportaría enormes beneficios a todos. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que el 99% de la población mundial respira aire contaminado, lo que contribuye a 6,7 millones de muertes prematuras cada año. Reducir la polución, por si solo, contribuiría positivamente a la salud física y mental de todas las personas del planeta, mejorando nuestro bienestar y productividad.

Ya vamos en esa dirección, pero a veces parece que podríamos hacer mucho más, mucho más rápido. Es evidente que necesitamos una innovación significativa. Sin embargo, el viejo enfoque ya no funcionará y necesitamos un nuevo modelo para innovar al tiempo que protegemos nuestras inversiones.

Sale la transformación digital y entra la aceleración digital. Las empresas establecidas están tan atascadas de burocracia y procesos complejos que una simple decisión puede tardar meses en aprobarse. En algunos casos, la burocracia está justificada. No hay que precipitarse cuando la vida está en juego.

No es el caso de la mayoría de las empresas. La mayoría de las veces, la innovación se enfrenta a un rechazo debido a la aversión al riesgo y a una comprensión incompleta del panorama digital. Pero no tiene por qué ser así.

Ahí es donde entra en juego la aceleración digital. Elimina la mentalidad de todo o nada y ofrece un enfoque paso a paso de la innovación, al tiempo que impulsa resultados tangibles: optimización de la entrega, creación de valor más rápida, y reducción de riesgos en cada etapa del camino.

Los elementos básicos de este planteamiento son:

La barrera para desarrollar productos digitales es más baja que nunca, por lo que una tecnología mejor por sí sola no basta para garantizar una ventaja competitiva. Para liderar el mercado, las empresas tienen que ser más inteligentes sobre cómo innovan, cuánto riesgo asumen en el proceso y cómo aprovechan un poco de tecnología para marcar una gran diferencia.