Lo que los gobiernos deben acordar en la COP15 para acelerar la acción empresarial en materia de biodiversidad y naturaleza

La COP15 de Biodiversidad de la ONU abre por fin sus puertas esta semana en Montreal tras dos años de retraso, y lo que está en juego para nuestro mundo no podría ser mayor.

La naturaleza está en crisis, como demuestran tanto la aceleración de los desastres naturales como las crecientes pruebas científicas, y la actividad humana y el calentamiento global están empujando a la naturaleza hacia puntos de inflexión más allá de los cuales nuestras sociedades y economías ya no podrán prosperar.

La pérdida de biodiversidad es un reto que debe abordarse con la misma urgencia que el cambio climático. Un mundo natural próspero y un clima estable son esenciales para las sociedades, los medios de vida, el bienestar y la economía.

Las crisis del clima y de la biodiversidad van unidas y no pueden resolverse de forma independiente. De hecho, la naturaleza estuvo en el centro de muchos debates y decisiones en la COP27, y los arquitectos del Acuerdo de París han instado a los líderes reunidos en Canadá a enviar una señal clara al mundo de que el statu quo ha terminado.

Esto significa adoptar un ambicioso Marco Global de Biodiversidad (GBF) post-2020 en la conferencia, asegurando un acuerdo al estilo de París que movilice a todas las partes de la sociedad para detener la pérdida de naturaleza en esta década.

En particular, es crucial que el Marco Global de Biodiversidad cambie el juego económico para la naturaleza mediante el establecimiento de políticas y reglamentos que obliguen a las empresas e instituciones financieras a proteger, restaurar y gestionar de forma sostenible la naturaleza.

Más allá del hecho de que la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas se consideran los tres riesgos más graves a los que se enfrentará la humanidad en la próxima década, el agotamiento de nuestros recursos naturales crea riesgos físicos, normativos, de reputación y de mercado específicos para las empresas.

Por el contrario, la transición a una economía positiva para la naturaleza podría desbloquear oportunidades comerciales por valor de 10,1 billones de dólares al año, a medida que las preferencias de los consumidores, los reguladores y los inversores se alejen de los modelos perjudiciales.

Cada vez son más las empresas que entienden que su cuenta de resultados depende de la salud del planeta. Algunas ya están tomando medidas para transformar sus estrategias, operaciones y cadenas de valor utilizando la orientación voluntaria existente, empezando por evaluar y revelar sus impactos y dependencias de la naturaleza.

Pero la acción voluntaria sólo llega hasta cierto punto: la investigación sobre los datos de biodiversidad autodeclarados revela que, aunque casi la mitad de las empresas han empezado a asumir compromisos sobre la naturaleza, sólo un tercio de ellas ha tomado medidas para cumplirlos en el último año.

Resolver la crisis de la biodiversidad exige un cambio radical, y ese cambio radical requiere un liderazgo político ahora mismo.

El año pasado, más de 1.100 empresas con unos ingresos combinados de 4,7 billones de dólares firmaron un llamamiento a la acción instando a los gobiernos a adoptar políticas para invertir la pérdida de naturaleza en esta década. Ahora, cientos de ellas están enviando representantes a la COP15 para contribuir a los debates y ayudar a dar forma a un Marco Global de Biodiversidad transformador, con tres peticiones clave a los negociadores de los países.

1. 1. Incluir requisitos obligatorios para que todas las grandes empresas e instituciones financieras evalúen y divulguen sus impactos y dependencias sobre la naturaleza en la Meta 15 del Marco, junto con el objetivo de reducir a la mitad los impactos negativos y aumentar los positivos.

Obligar a evaluar y divulgar es la única manera de garantizar una competencia leal, impulsar la acción y la colaboración a gran escala y acelerar la normalización. También servirá para justificar desde el punto de vista empresarial la inversión en la naturaleza, permitirá a los consumidores tomar decisiones con conocimiento de causa y contribuirá a garantizar los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales que cuidan de los ecosistemas más críticos del planeta.

Muchos líderes empresariales reconocen la necesidad de un cambio decisivo, y más de 330 instituciones empresariales y financieras están instando a los Jefes de Estado a "hacer obligatorio" que las empresas evalúen y divulguen sus impactos sobre la naturaleza. Un lenguaje débil al respecto en el acuerdo final sería una oportunidad perdida, dado que es lo que piden las propias empresas.

2. Aumentar la ambición de reformar todas las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente, reorientándolas o eliminándolas, en la Meta 18 del Marco.

Cada año se gastan al menos 1,8 billones de dólares en subvenciones perjudiciales para el medio ambiente, lo que equivale al 2% del PIB mundial. Las subvenciones han sido un tema clave en las negociaciones del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU, y es necesario reflejar avances cruciales en el texto final, como la inclusión de un objetivo numérico para reducir las subvenciones perjudiciales en al menos 500.000 millones de dólares, y un acuerdo sobre la necesidad de una reforma completa de las subvenciones que promueva una mayor transparencia y una transición justa para las comunidades más vulnerables.

Necesitamos urgentemente dejar de subvencionar la destrucción de los ecosistemas de los que dependemos, y empezar a financiar en su lugar nuestra supervivencia.

3. Adoptar una misión clara y urgente para detener y revertir la pérdida de biodiversidad para 2030.

Como ocurrió con el Acuerdo de París sobre el clima, necesitamos un objetivo global ambicioso, claro y aplicable para la naturaleza. Este objetivo debe establecerse por adelantado en el Marco Global de Biodiversidad para proporcionar un claro llamamiento a todas las partes interesadas, incluidas las empresas y las finanzas.

En el texto final deben abordarse otras cuestiones a fin de crear el entorno adecuado para que las empresas adopten medidas creíbles y significativas en favor de la naturaleza. Entre ellas figuran:

Se trata de grandes peticiones, pero son proporcionales al reto al que nos enfrentamos y cuentan con el apoyo de un número sin precedentes de líderes empresariales que reconocen que la naturaleza sustenta el crecimiento y la resiliencia.

Esto debería dar confianza a los responsables políticos para apuntar alto en la COP15 de Montreal y establecer la dirección, las normas y la línea de meta para una acción empresarial en favor de la naturaleza que cambie las reglas del juego.