Acción mundial sobre el plástico: en busca de una visión para afrontar la contaminación por plásticos

Estamos en un momento crítico. El planeta se enfrenta a tensiones a través de sus fronteras y 175 gobiernos están a punto de iniciar negociaciones en Punta del Este, Uruguay, para aterrizar un tratado global sobre plásticos legalmente vinculante. El mundo está mirando. Lo que ha unido a los gobiernos y a otras partes interesadas de las empresas y la sociedad civil es la alarmante magnitud y el crecimiento acelerado de la contaminación por plásticos. La crisis es innegable y abrumadora.

Unirse en torno al problema es un buen comienzo. Pero no es suficiente. Solo si nos unimos en torno a una visión conjunta del futuro podremos desbloquear la acción y provocar el cambio. ¿Cómo queremos que sea nuestro mundo mañana? Una vez que las partes interesadas reconocen un destino, pueden empezar a tomar medidas para conseguirlo. Los ciudadanos, las comunidades, las empresas y los gobiernos pueden entonces trabajar para comprender lo que deben hacer -individual y colectivamente- para avanzar hacia el destino.

La visión se creará de forma conjunta entre regiones, comunidades, sectores y perspectivas, con la esperanza de que se vea impulsada por una ventana de negociación de dos años para alcanzar un acuerdo global. Las conversaciones están comenzando, y con la búsqueda colectiva de una visión en marcha, es útil poner hipótesis sobre la mesa.

Con ese espíritu, una hipótesis para el debate es la siguiente: en el mundo del mañana, los sistemas de reutilización desempeñarán un papel central en la configuración de la forma en que producimos, distribuimos y consumimos los productos, incluidos los bienes de consumo de rápida rotación, como los alimentos y las bebidas, el cuidado personal y los productos para el hogar. Estos artículos de un solo uso representan actualmente la mitad de todo el plástico producido.

En su intervención en Uruguay, Mónica Medina, Subsecretaria de Estado de EE.UU. para los Océanos y Asuntos Ambientales y Científicos Internacionales, se mostró dispuesta a iniciar una conversación entre las distintas partes interesadas sobre los sistemas de reutilización.

En este contexto, la reutilización se refiere a los múltiples usos de los envases, como los vasos de café, los envases de comida para llevar, las botellas de champú o los dispensadores de jabón. La reutilización requiere el uso de formatos de envases duraderos que puedan soportar múltiples ciclos de uso.

Los sistemas de reutilización se componen de una red coordinada de transacciones. Los sistemas de reutilización existen en muchas formas y tamaños. Un restaurante que utiliza vajilla reutilizable es un ejemplo perfecto de sistema de reutilización localizado; los festivales de música o los estadios que utilizan vasos retornables; los dispensadores de agua en las escuelas; los dispensadores de jabón en los supermercados; los sistemas de recarga de botellas a gran escala en los que participan marcas y minoristas en países como Alemania o Brasil; los fondos comunes mundiales de palés y contenedores de transporte que pueden reutilizarse miles de veces para trasladar la carga.

Estos sistemas tienen en común un enfoque que pretende garantizar que la producción y el consumo se desvinculen en gran medida de los residuos de envases. En un mundo en el que los sistemas de reutilización pueden escalar en multitud y magnitud, tienen el potencial de reducir sustancialmente la extracción de recursos, el uso de materiales y las operaciones de gestión de residuos que requieren los envases de un solo uso. La semana pasada, el WWF publicó su documento de posición global sobre la reutilización.

Cuando los sistemas de reutilización interactúan e interoperan entre categorías de productos, cadenas de suministro y zonas geográficas, crean un "sistema de sistemas" que puede servir a mercados y aplicaciones locales, nacionales o globales. Este sistema más amplio genera entonces sinergias y eficiencias de escala en múltiples ámbitos, como la comodidad del consumidor, la recogida, la logística, la limpieza y las operaciones de reutilización.

En la actualidad, ciudades como Seattle, Londres y Yakarta están creando programas específicos para acelerar las soluciones de reutilización. Gobiernos como el de Chile y el de Francia están avanzando en la legislación para imponer alternativas de reutilización. Empresas como Nestlé, Coca-Cola y Aeon están probando nuevos modelos de diseño, entrega y venta de productos. Y proveedores de soluciones innovadoras como Siklus, Again, Muuse y Circolution están desarrollando programas informáticos que permiten la dispensación, el lavado, el envasado y los servicios logísticos para dar vida a soluciones de reutilización. La mayoría de estos esfuerzos y proyectos piloto han sido aislados, propios y a pequeña escala, pero las iniciativas con una visión más amplia de los sistemas están ganando impulso, como los estándares globales de reutilización que está impulsando el PR3.

En la búsqueda de una visión compartida para el futuro, he aquí las principales razones por las que los sistemas de reutilización merecen ser puestos sobre la mesa de debate:

Los sistemas de reutilización requieren que las empresas rediseñen sus productos y operaciones. Los consumidores tienen que cambiar sus comportamientos y los gobiernos tienen que replantearse la política y las infraestructuras. Los sistemas de reutilización no pretenden arreglar un sistema roto, sino que aspiran a construir uno nuevo. Su ambición es pasar de invertir en exceso en el tratamiento de los síntomas (reciclar, incinerar o depositar en vertederos el creciente volumen de residuos de envases de un solo uso) a abordar la causa fundamental de la crisis (reducir el volumen de residuos de envases de un solo uso generados).

Los sistemas de reutilización no son una bala de plata. Proporcionan un nuevo marco normativo y operativo en el que pueden florecer otras innovaciones, como nuevos modelos de negocio, productos avanzados e innovación de materiales. Los sistemas de reutilización pueden acomodar distintos materiales en función del producto y su funcionalidad requerida. También interactúan con los sistemas de reciclaje cuando los envases reutilizables llegan al final de su vida útil tras múltiples ciclos de uso. Por último, los sistemas de reutilización no deben ser un sustituto general de todas las aplicaciones de un solo uso, cuando éstas puedan seguir teniendo sentido.

Una cafetería local pensará en los sistemas de reutilización de forma diferente a una cadena de supermercados multinacional. Ciudad de México tendrá necesidades diferentes a las de un pequeño estado insular. Un sistema de sistemas de reutilización permite la apropiación y adaptación local, y también las normas nacionales o internacionales cuando éstas pueden ayudar a garantizar la interoperabilidad, la viabilidad comercial, el comercio transfronterizo o la salud y seguridad públicas.

Los sistemas de reutilización afectan a las comunidades locales: comedores escolares, campus universitarios, un municipio, una ciudad. Incluso los sistemas de reutilización a gran escala implican la participación de los consumidores. En este sentido, la reutilización es un factor de cambio más accesible que la innovación científica y tecnológica especializada en materiales o procesos de tratamiento de residuos, que dan a la mayoría de los ciudadanos poca o ninguna capacidad de acción. La reutilización es un comportamiento, una acción que cualquiera entiende y que muchas culturas han adoptado durante generaciones. Puede movilizar a ciudadanos, comunidades, electorados y consumidores en apoyo de una visión compartida.

Las características integradoras, adaptativas y participativas de los sistemas de reutilización los hacen altamente escalables. Sin embargo, para lograr un verdadero cambio de los sistemas es necesario que todas las partes interesadas se muevan en la misma dirección de forma comprometida, coordinada y colaborativa. Requiere un plan de transición claro, objetivos ambiciosos pero realistas, inversiones sustanciales y una seria rendición de cuentas.

¿Aparecerán los sistemas de reutilización en la visión y el resultado de los debates hacia un acuerdo jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos? ¿O seguirán siendo una hipótesis y cederán ante otras ideas y ambiciones? Los próximos dos años lo dirán, y es fundamental que este importante tema siga estando en primera línea de las conversaciones. Al centrar la atención del mundo en la importante cuestión de la contaminación por plásticos, el proceso del tratado ofrece una oportunidad única y preciosa para reunir a la comunidad mundial en torno a una visión colectiva con objetivos y resultados: sigamos presionando para que sean ambiciosos y holísticos.