Cómo evitar una recesión global, de acuerdo con la líder del FMI

La guerra en Ucrania ha desencadenado una crisis humanitaria y ha retrasado la recuperación de la economía mundial tras la pandemia del COVID-19, según el último informe Perspectivas de la economía mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado en abril de 2022.

El informe prevé que el crecimiento mundial se ralentizará de un 6,1% estimado en 2021 a un 3,6% en 2022 y 2023. Mientras que el impacto de la guerra en los precios de las materias primas y otras presiones sobre los precios hacen que las proyecciones de inflación sean del 5,7% en las economías avanzadas y del 8,7% en las economías de mercado emergentes y en desarrollo, 1,8 y 2,8 puntos porcentuales más que lo previsto en enero.

La Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dijo en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos que el mundo debe mantenerse centrado y luchar por la paz en Ucrania para evitar una recesión mundial.

"Estamos viviendo una crisis tras otra. Primero la pandemia, ahora la guerra en Ucrania. Y eso es un gran revés para la recuperación de la economía mundial", dijo Georgieva.

"Como resultado, hemos tenido que bajar las perspectivas de crecimiento de 143 países para 2022 y hacer que el crecimiento mundial pase del 4,9, donde lo proyectamos en octubre del año pasado, al 3,6 en el que se encuentra hoy. Y además, vemos una aceleración muy significativa de la inflación en muchísimos países."

Los bancos centrales tienen que tomar medidas decisivas para recuperar la estabilidad de los precios, pero cuando endurecen las condiciones financieras, para todos los que tienen una carga de deuda, la capacidad de servir la deuda es más cara, añadió.

"Para muchos países, 2020 fue el año del aumento de la deuda, y eso se aplica en particular a los países de bajos ingresos, donde hoy el 60% de ellos está en situación de endeudamiento, o cerca de estarlo. Con unos tipos de interés elevados, las condiciones serán muy difíciles.

"También nos enfrentamos es a un aumento significativo de los precios de las materias primas, sobre todo a causa de la guerra en Ucrania. Y eso es terrible cuando se trata del precio de los alimentos para la gente pobre y especialmente para la gente pobre de los países pobres.

"Y por último, pero no por ello menos importante, tenemos que reconocer que la economía china se ha ralentizado sobre todo por los bloqueos relacionados con la pandemia. Y la desaceleración del crecimiento en China tiene un impacto negativo en la región y en el mundo.

"Y eso aumenta los riesgos a la baja para 2022. Debemos seguir centrados en superar las causas profundas de estos problemas. Y, por supuesto, en lo más alto de la lista está luchar por la paz en Ucrania".

Los bancos centrales tienen la obligación de comunicar con mucha claridad, para crear expectativas en las empresas y los consumidores, dijo Georgieva.

"También tienen que mantener el pulso de la economía, para poder hacer un ajuste rápidamente, en caso de que sea necesario, para evitar la recesión en el futuro.

"Tienen que trabajar codo a codo con las autoridades fiscales, con los ministerios de finanzas. Los bancos centrales son independientes, y esto es una gran ventaja. Pero la política fiscal y la política monetaria en este entorno tienen que ir realmente de la mano.

"¿Qué significa eso? Que la política fiscal preste atención a los más vulnerables: las personas vulnerables, las empresas vulnerables, y que reduzca el apoyo a la protección a quienes más lo necesitan para que podamos atravesar este periodo de tiempo evitando la recesión, si no en todos los países, entonces en la mayoría".

El FMI está en su mejor forma cuando la economía mundial está en su peor momento, dijo Georgieva.

"Somos una institución que da un paso adelante en el momento de una crisis. En 2020, intensificamos la financiación de emergencia y proporcionamos salvavidas a los países que se enfrentaban a la conmoción que supone la paralización de su economía".

"Hoy, hemos concedido casi 300.000 millones de dólares en préstamos. Pero también hemos hecho algo único. Proporcionamos 650.000 millones de dólares en derechos especiales de giro (DEG), un activo de reserva que el FMI puede crear con la fuerza de sus 190 miembros. Y eso ha sido una importante inyección de liquidez, especialmente valiosa para los países más pobres.

"Ahora estamos sacando parte de estos DEG de los países que los tienen, no los necesitan, para prestarlos solamente a los países que los necesitan.

"¿Qué podemos hacer por los países? Uno: proporcionar una evaluación objetiva e imparcial de su situación económica y de las políticas que deben seguir. Dos: proporcionar un apoyo financiero muy valioso. Y todavía tenemos una capacidad de 700 mil millones de dólares para prestar en caso de que sea necesario.

"Y la tercera es muy importante. Reunir a todos los miembros para que los países puedan ver no solamente su propia imagen, sino cómo encaja en la evolución del mundo y proporcionar una plataforma muy valiosa para la cooperación y la coordinación, aún más importante en un mundo que se enfrenta a un riesgo creciente de fragmentación."

Debemos mirar hacia atrás y ver lo que la cooperación internacional ha aportado al mundo, dijo Georgieva.

"En los últimos 30 años, [la cooperación] ha supuesto una disminución masiva de la pobreza, pasando de 2.000 millones de personas a 650 millones en la actualidad. Son 650 millones de más, pero es una disminución masiva. Ha triplicado la economía mundial y ha hecho que cientos de millones de personas estén mejor como resultado.

"Si miramos al futuro, tenemos que aprender una lección muy importante de la globalización del pasado. No funcionó para todo el mundo y, por lo tanto, el futuro debe consistir en localizar los beneficios para las comunidades y ser mucho más conscientes de que no se trata de ganancias globales, sino de beneficios locales".

"Cuando miremos al futuro, recordemos: son problemas que ningún país puede resolver por sí solo. El clima, los pagos transfronterizos, ser capaces de operar como un mundo, afrontar el reto de la deuda y también elevar la capacidad de los países y las comunidades para mejorar la vida de las personas, porque nos impulsamos con la fuerza comparativa de todos y cada uno de nosotros."