"Safaris virtuales" de Sudáfrica animan el encierro con chacales y cachorros de leopardo
Una manada de elefantes salvajes pasa junto a los jeeps de safari de los turistas en el parque nacional de Kaudulla en Habarana, Sri Lanka, el 6 de agosto de 2019. Image: REUTERS/Dinuka Liyanawatte - RC190F87BEA0
La mayoría de los visitantes vuelan a África desde lugares remotos, pero cuando el nuevo coronavirus dejó en tierra los aviones y puso al mundo en cuarentena, el legendario safari africano murió.
Pero la compañía sudafricana WildEarth lleva los safaris virtuales a la sala de su casa a través de una cámara y la aventura comienza cuando los guías recorren los parques en un vehículo abierto.
“Hemos visto un aumento dramático de la audiencia de nuestros safaris en vivo”, dijo a Reuters el fundador Graham Wallington. “Un aumento de cinco veces en las primeras dos semanas de marzo”.
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Wallington afirmó que actualmente están atrayendo a hasta 3 millones de visitantes por mes, con un safari virtual individual visto por unas 200.000 personas en el momento de más audiencia.
Dos veces al día, los espectadores pueden ver a los animales que los guías divisan mientras recorren las reservas. Han filmado más de 200 lugares en el este y sur de África desde que la empresa se fundó en 2006.
Una cámara está colocada 24 horas en un bebedero en la Reserva Djuma Game de Sudáfrica, que muestra imágenes en vivo de los animales que se acercan allí para beber agua.
Los puntos más destacados incluyen una manada de chacales y perros salvajes africanos que pelean por un cadáver de kudu, un cachorro de leopardo saltando de un árbol, una mamá chita jugando con sus hijos y encuentros cercanos con elefantes, hipopótamos, leones, babuinos y jirafas.
Los guías narran los recorridos de los animales mientras los siguen.
Las imágenes son de libre acceso. WildEarth obtiene ingresos de vender videos premium a cadenas, de productos y una parte pequeña de publicidad, dijo Wallington, sin difundir las cifras de facturación.
El mayor beneficio para los esfuerzos de conservación es que los videos están “haciendo que la gente se enamore de la naturaleza”, dijo.
“Empiezan a ver a esos animales como seres individuales. Ese es el momento en que el espectador empatiza”, agregó.
Ya sea para ir al trabajo, por viajes de negocios de larga distancia o turismo, el confinamiento por el COVID-19 ha llevado a muchos a preguntarse si es necesario correr siempre de un lugar a otro, o si a veces una interacción virtual puede funcionar bien.
Desde el punto de vista del medio ambiente, el encierro también reduce las emisiones de carbono de los vuelos y puede ayudar a lugares populares, como el Serengeti, del este de África, a recuperarse de un exceso de turismo.
“Si nuestra misión fuera sólo traer más y más turistas, destruiríamos lo que queremos salvar”, concluyó.
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