Cómo ayuda la innovación a superar la peligrosa escasez de respiradores
Las máscaras y otros equipos médicos muy necesarios escasean en todo el mundo. Image: REUTERS/Tyrone Siu
- Los respiradores para los pacientes con afecciones graves de COVID-19 escasean en todo el mundo.
- El nuevo coronavirus ha infectado a más de medio millón de personas en todo el mundo.
- Empresas como Dyson y Ford Motor Company están tomando la iniciativa para satisfacer la demanda de respiradores, entre otras innovaciones.
Los médicos italianos que tratan a los pacientes de coronavirus están utilizando una revolucionaria máscara de buceo diseñada para divertirse en la playa. Una empresa de aspiradores ha diseñado un respirador nuevo en solo diez días.
Estos son solo dos ejemplos de medidas innovadoras que se están desarrollando a velocidad de vértigo para salvar vidas.
El COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el nuevo coronavirus, ya ha afectado a más de medio millón de personas en todo el mundo. En los casos graves, los pulmones pueden llenarse de líquido y esto hace que los pacientes necesiten un respirador que les ayude a respirar.
Los gobiernos y las autoridades sanitarias de todo el mundo están pidiendo a las empresas que adapten sus líneas de producción y sus cadenas de suministro para intentar salvar la enorme brecha existente entre el número de respiradores que se van a necesitar y el número de unidades disponibles actualmente.
La Unión Europea ha indicado que la primera prioridad debe ser ayudar a los fabricantes actuales a ampliar su producción, puesto que las demás soluciones tendrán que superar diversos obstáculos para obtener la homologación clínica.
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James Dyson, cuya empresa es más conocida por sus aspiradores y secadores de manos, recibió una llamada del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, y, diez días más tarde, su empresa había diseñado y fabricado el CoVent, que estará listo en abril.
El multimillonario Dyson también va a donar 5 000 unidades para las iniciativas internacionales dirigidas a luchar contra el virus.
GE Healthcare se ha unido a Ford Motor Company para ampliar su producción de respiradores.
«Nos sentimos alentados por la rapidez con la que se han movilizado las empresas de todos los sectores para hacer frente al desafío colectivo y cada vez más acusado que supone el COVID-19», afirmó Kieran Murphy, presidente y CEO de GE Healthcare.
Mientras tanto, en Gales, una empresa de ingeniería de Ammanford está fabricando un respirador diseñado por un consultor sénior valiéndose de su experiencia militar.
El dispositivo, conocido como Covid Emergency Ventilator, ha recibido la luz verde del Gobierno de Gales y está previsto que se puedan fabricar cien unidades al día.
En el Reino Unido también se ha desarrollado un dispositivo de respiración artificial que podría evitar que los pacientes terminen en las unidades de cuidados intensivos. Ingenieros del University College de Londres han trabajado conjuntamente con Mercedes Formula One y con personal médico del UCLH para fabricar esta tecnología, que lleva oxígeno a los pulmones sin necesidad de un respirador.
En los hospitales ya se están utilizando aparatos de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés), pero estos también escasean. Si los ensayos en cuatro hospitales londinenses son satisfactorios, a partir de la semana que viene podrían empezar a fabricarse hasta mil máquinas al día.
En el Reino Unido hay también un consorcio trabajando en la producción de respiradores médicos para el sistema nacional de salud. El «VentilatorChallengeUK» incluye a empresas como Airbus, BAE Systems, Ford y Siemens.
El minorista deportivo francés Decathlon diseñó la máscara Easybreath para bucear, pero cuando estalló la pandemia del coronavirus, un médico italiano vio posibilidades de adaptarla para utilizarla en las unidades de cuidados intensivos, que tienen problemas para acoger a un volumen abrumador de pacientes.
El doctor Renato Favero contactó con la empresa italiana Isinnova, dedicada a la impresión en 3D. Con ayuda de los planos de diseño digital proporcionados por Decathlon, fueron capaces de crear con rapidez una válvula impresa en 3D que permitía conectar la máscara con un respirador hospitalario tradicional.
Se ha informado de que actualmente se está tratando a quinientos pacientes con ayuda de esta máscara modificada. En este vídeo puede verse cómo se adaptó la máscara, que pasó de ser un artículo de entretenimiento para convertirse en un dispositivo médico para salvar vidas.
La escasez de equipos de protección individual para los trabajadores sanitarios de primera línea también es crítica. Especialmente problemáticas son las existencias de mascarillas del tipo N95 con filtros antimicrobianos.
El presidente del Hospital General de Massachusetts afirmó en NBC News que enviar al personal médico a los hospitales sin estas mascarillas sería como enviar a los soldados a las líneas de combate sin casco ni chaleco antibalas.
Por su parte, Copper 3D, una empresa tecnológica especializada en equipos antimicrobianos radicada en los Estados Unidos y en Santiago de Chile, ha liberado sus archivos de impresión en 3D para que todo aquel que posea una impresora pueda imprimir su mascarilla NanoHack, diseñada para filtrar las partículas que podrían transportar el virus.
La empresa insiste en que debe utilizarse como elemento de último recurso, puesto que no ha sido sometida a los exhaustivos procedimientos de ensayo que se exigen normalmente a todos los equipos médicos nuevos y no se ha testado contra el nuevo coronavirus. No obstante, si los suministros de mascarillas estándar se agotan, será mejor que nada.
Aunque los pequeños innovadores se apresuran por aportar soluciones rápidas, no pueden esperar satisfacer las enormes necesidades de los sistemas sanitarios mundiales. Es un problema de enormes proporciones.
Solo en los Estados Unidos, la Society of Critical Care Medicine prevé la necesidad de conectar a nada menos que 960 000 personas contagiadas con coronavirus a respiradores durante su tratamiento. Se calcula que el número de respiradores disponibles en estos momentos ronda los 200 000.
A medida que la pandemia del coronavirus se extiende por el mundo, la grave escasez de equipos vitales complicará aún más la tarea de salvar vidas a los trabajadores de primera línea. Las soluciones alternativas planteadas por los innovadores podrían salvar la vida de pacientes que, de otro modo, habrían muerto.
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Shyam Bishen
14 de noviembre de 2024