Por qué las empresas ya no pueden hacer la vista gorda ante la mala visión
Image: REUTERS/Mike Hutchings
Si tiene mala visión, es altamente probable que los anteojos lo ayuden a disfrutar de una mejor calidad de vida y a trabajar más tiempo. Si es un conductor con mala visión, los anteojos podrían prolongar su vida y, como resultado, los demás estarían también más seguros durante el viaje.
Si es un empresario, sus empleados serán más productivos si pueden ver lo que están haciendo.
A veces tenemos que señalar lo que es obvio, así lo he hecho. ¿Por qué? Porque hay 2,5 mil millones de personas en este planeta con visión deficiente que no tienen acceso a los exámenes de visión y, por lo tanto, a los anteojos. Esto es un tercio de la población mundial.
Durante los últimos tres años, la campaña de Clearly ha luchado para dirigir la atención sobre lo que llamamos la discapacidad más importante del mundo: una visión deficiente, y estamos progresando. Por fin los políticos empezaron a tomar nota: la cumbre de jefes de Estado de la Commonwealth en Londres en abril se convirtió en el primer foro internacional que reconoció formalmente este problema al comprometerse a tomar medidas para lograr una “asistencia de calidad para todas las personas”.
Es hora de que las empresas reconozcan sus responsabilidades. Primero, permítaseme ofrecer algunas pruebas del innovador trabajo de investigación Prosper [Estudio de productividad sobre la eliminación de la presbicia en habitantes de zonas rurales], publicado recientemente en The Lancet.
Un ensayo controlado aleatorizado de recolectores de té en la India, patrocinado por Clearly y llevado a cabo con VisionSpring y Orbis, demostró que proporcionarles anteojos para leer mejoró su productividad en un 21,7 %. Para las personas mayores de 50 años, el aumento fue del 31,6 %, lo que representa el mayor aumento de la productividad que se haya registrado de cualquier intervención de salud.
Según esta investigación, los beneficios para la productividad derivados de proporcionar anteojos —cuya fabricación cuesta tan solo 1,50 dólares— equivalen a un día adicional de trabajo por semana.
A decir verdad, ayudar a sus trabajadores a ver correctamente es una cuestión económica y social que no hay ni que pensar. En consecuencia, he desafiado a algunas de las empresas más grandes del mundo a tomar medidas. Escribí a 120 de ellas —incluidas empresas como McDonald's, Walmart y Amazon— y los insté a realizar exámenes de la vista gratuitos a todo su personal, ya sea que estén empleados directamente o en su cadena de suministro.
En el mundo occidental, los gobiernos nacionales obligan a algunas empresas a hacerlo. En el Reino Unido, por ejemplo, las normas de salud y seguridad indican el derecho a un examen ocular gratuito de muchos trabajadores.
Pero en los países en desarrollo no ocurre lo mismo. Si es un CEO y no ofrece este simple beneficio, considérelo. Tiene sentido.
Estoy ayudando a estas empresas, que en conjunto emplean a 20 millones de personas, a entender que, si se ocupan de que sus empleados y empleadas se hagan un examen de la vista, serán más productivos y salvarán vidas. Los programas de visión en el trabajo son simples y su implementación es económica; además, ya hemos presentado una solicitud a Global Citizen para impulsar el apoyo a esta idea.
¿Quién no querría salvar vidas si supiera que hay una manera simple de hacerlo? En el mundo en desarrollo, personas con visión deficiente operan maquinaria pesada y potencialmente peligrosa, y existen pocos exámenes de la vista para conductores, lo que contribuye a accidentes de tránsito, que en África son la principal causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años.
El estudio de la India demostró que para las empresas que operan en países con ingresos bajos a medios, los exámenes de la visión gratuitos en el trabajo y los anteojos asequibles pueden proporcionar un aumento de la productividad que cambie las reglas del juego y mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
Resulta especialmente lamentable que el mundo no se haya dado cuenta antes. Al fin y al cabo, los anteojos se inventaron hace 700 años.
Finalmente, los gobiernos parecen estar tomando medidas sobre algo de lo que deberían haber tenido conocimiento hace décadas. El compromiso de los líderes de la Commonwealth fue un gran paso y, no seré grosero al respecto, pero ahora es el momento de que las empresas entiendan. No solo es lo correcto, sino que ahora tenemos pruebas de que beneficiará a su compañía.
Algunas empresas están tomando la iniciativa.
Williams Sonoma, un minorista de EE.UU., está trabajando con la ONG Vision Spring para proporcionar servicios de visión completa a por lo menos 20.000 trabajadores en India y Filipinas.
En Sudáfrica, Discovery Health ofrece exámenes de la visión a los conductores para que el viaje a la escuela sea más seguro para los niños. Uber Kenia está trabajando con optometristas locales para ofrecer exámenes de la visión gratuitos y anteojos asequibles para miles de conductores. Este es un gran avance.
Espero que muchas más empresas actúen con esta medida simple, aunque transformadora. No solo aumentará la productividad de su empresa, sino que también estará abordando esta discapacidad enorme, y la gran ventaja es que ayudará al mundo a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU.
La visión no es solo un problema de salud; es el hilo conductor para la implementación de muchos de los ODS. ¿Cómo pretendemos lograr la eliminación de la pobreza, la buena salud y el bienestar, la educación de alta calidad, el trabajo decente y el crecimiento económico, así como la igualdad de género si las personas no pueden ver correctamente?
Las empresas deben actuar ahora por lo que es una situación en la que todas las personas ganan. Mejorará el bienestar de sus trabajadores y su satisfacción en el trabajo. Al mismo tiempo, sus resultados comerciales también mejorarán.
James Chen es fundador de Clearly.
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