¿Por qué las fronteras podrían ser el próximo campo de batalla de los derechos de género?
Image: REUTERS/Cris Toala Olivares
Alrededor de 650.000 personas en el Reino Unido no se identifican como hombres o mujeres. Durante 20 años, la activista a favor de las personas sin género, Christie Elan-Cane, ha intentado convencer a la Oficina de pasaportes del Reino Unido a que se les permita a esas personas elegir ‘X’ en sus pasaportes como alternativa a M o F. Elan-Cane argumenta además que requerir que una persona sin uno de estos géneros seleccione M o F constituye una declaración falsa en un documento legal.
Por esta razón, el Tribunal Supremo del Reino Unido está revisando un reclamo que sostiene que negarse a emitir estos pasaportes con 'Género X' es ilegal. La afirmación sugiere que el requisito que exige a las personas indicar si son hombres o mujeres es intrínsecamente discriminatorio contra quienes no pertenecen a ninguno de estos géneros, o son transgéneros o intersexuales.
El género es uno de los marcadores biográficos obligatorios a nivel mundial que debe figurar en los pasaportes, junto con el nombre, fecha de nacimiento y nacionalidad. Estos atributos ayudan a los funcionarios a determinar más efectivamente si la persona que tiene delante es el titular genuino del pasaporte. A medida que en el clima geopolítico internacional el temor a los ataques terroristas ha crecido, los servicios fronterizos en todo el mundo han trabajado para fortalecer su capacidad de identificar e interceptar a los actores del mal. Al evaluar a las personas, es fundamental que los funcionarios puedan verificar que usted es quien dice ser, pero también que no representa un riesgo para la seguridad nacional y pública. Entonces, ¿los marcadores de género son fundamentales para estos esfuerzos?
X es uno de los tres únicos marcadores de género permitidos en los pasaportes por la Organización de Aviación Civil Internacional, y denota un género "no especificado". Se cree que la opción surgió durante la gran migración de refugiados posterior a la Segunda Guerra Mundial. Los pasaportes de emergencia debían emitirse lo suficientemente rápido como para mantenerse al día con la necesidad de reubicar a las personas, pero los que expedían los pasaportes no siempre podían determinar el sexo por los nombres que les eran desconocidos.
Hoy, X presenta la única opción alternativa para aquellos que no se identifican como hombres o mujeres. En agosto de 2017, Canadá permitió a los ciudadanos a optar por la X en los pasaportes, convirtiéndose en solo el décimo país que ofrece la opción del ‘tercer género’. Los otros incluyen Australia, Nueva Zelanda, Pakistán, Malta y Dinamarca, todos los cuales ahora ofrecen la opción de M, F o X en sus pasaportes, muchos en un esfuerzo por promover los derechos LGBT. Otros, como Taiwán y Alemania es probable que sigan el ejemplo.
La proliferación del reconocimiento biométrico para identificar individuos está trastornando varias industrias, especialmente a los servicios financieros. La capacidad de asegurar el acceso a nuestros teléfonos móviles o nuestra banca en línea con las huellas dactilares, o para controlar nuestras casas inteligentes cambió la forma en que los consumidores interactúan con la huella dactilar, la cara e incluso el reconocimiento de voz.
En los controles fronterizos, los viajeros que están acostumbrados a los procesos de solicitud de visa pueden estar familiarizados con el suministro de fotografías y huellas dactilares antes de que se les conceda permiso para viajar a su destino. En la actualidad, muchos gobiernos y empresas del sector de la aviación, los viajes y el turismo están probando formas de confiar más en el reconocimiento biométrico para identificar a las personas.
La investigación del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) sugiere que los algoritmos de reconocimiento facial son cada vez más precisos, y en muchos casos superan a los humanos en determinar identidades coincidentes. Recientemente, NIST informó que los expertos en reconocimiento facial se desempeñan mejor con ayuda de inteligencia artificial que de otra persona. El uso de estas tecnologías biométricas avanzadas significa que podemos mejorar radicalmente la forma en que identificamos a los viajeros en las fronteras, tanto es así que, de hecho, es posible que muy pronto ya no necesitemos contar con marcadores como F o M para ayudarnos en el proceso de identificación.
En un mundo en el que reconocemos que el género no es binario y los individuos exigen derechos sobre sus propias identidades, ¿estos avances en tecnología nos brindan la oportunidad de avanzar en la igualdad de identidad de género, ya sea permitiendo el Género X o eliminando por completo el género de los pasaportes?
Quizás aún no.
Si bien cada estado nación determina su propio mecanismo para evaluar el riesgo en sus fronteras, hasta ahora los datos primarios utilizados para la evaluación de riesgos se han limitado a la información biográfica, como país de origen, sexo y edad.
Sin embargo, la suposición de que factores como la nacionalidad predicen los riesgos de manera confiable se ha deteriorado en la última década. Algunos de los ataques más trágicos que hemos presenciado han surgido dentro de los mismos países o fueron perpetrados por individuos con ciudadanías consideradas de bajo riesgo. Cinco de los sospechosos de estar involucrados en los ataques de París en 2015 eran ciudadanos franceses. Richard Reid, el famoso ‘terrorista del zapato’, que afortunadamente fue detenido, es ciudadano del Reino Unido.
Los avances en el análisis predictivo de datos y el aprendizaje automático presentan oportunidades para mejorar los procesos de evaluación de los riesgos. Si un pasajero proporciona información sobre su viaje o historial de visa por adelantado, esta información puede ser mucho más relevante para evaluar el riesgo que los indicadores 50/50 de sexo biológico o identidad de género. Frontex, la Guardia Europea de Fronteras y Costas, cree que un paso hacia la facilitación de viajes basada en información temprana y confiable sobre quién se acerca a la frontera ayudaría a los funcionarios fronterizos a interceptar a personas inadmisibles antes de que lleguen. Además, sería más fácil saber qué preguntas hacer a quienes pueden suponer un riesgo y eliminar más claramente a aquellos que se sabe que son de bajo riesgo, independientemente de su nacionalidad, edad o sexo. El concepto de Viajero conocido del Foro Económico Mundial apunta a abordar este desafío mediante un nuevo diseño del proceso de cruce de fronteras para una experiencia más segura, perfecta y justa para todos los viajeros.
Con tecnología biométrica para verificar que usted es quien dice ser, y evaluaciones de riesgo individualizadas, podemos hacer mucho más que solo etiquetar a los individuos como hombres o mujeres; podemos dar grandes pasos hacia la reducción de perfiles y prejuicios injustos en el sistema mundial de seguridad de los viajes.
Lauren Uppink Líder, Seguridad y Movilidad Segura, Miembro de Liderazgo Global, Foro Económico Mundial, LLC
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