Los países más caros de América Latina

The Industrial and Commercial Bank of China Ltd (ICBC) building is pictured behind the Puente de La Mujer (Women's Bridge) at the Buenos Aires docks April 18, 2015. On the left is moored the museum ship Frigate ARA Presidente Sarmiento.    REUTERS/Enrique Marcarian  - GF10000064745

Image: REUTERS/Enrique Marcarian - GF10000064745

Daniel Pardo

La última generación de iPhones llegó a Argentina este mes, pero al doble del precio de lo que se consiguen en Estados Unidos.

Pocos se sorprendieron del elevado costo porque acá, como suelen decir, "todo es caro".

Cada tanto, los medios argentinos replican un nuevo estudio que gradúa al país como "el más costoso de América Latina".

Las propiedades, algunos servicios, los electrodomésticos y la ropa son más caros aquí que en cualquier país de la región, según diferentes investigaciones.

Go Banking Rates, una agencia de información financiera, reportó el año pasado que el costo de vida en Argentina es mayor que en Israel, Francia o cualquier otro país latinoamericano.

Sin embargo, no todos los estudios dicen lo mismo, porque las metodologías cambian y, sobre todo, hay rubros en los que Argentina es incluso barata.

Además, en los últimos dos meses el peso argentino se ha devaluado un 15%, lo que equilibra los precios si se miden en dólares.

Según datos de 2017 del Banco Mundial y basado en la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), un indicador que permite ver lo que un dólar puede comprar en cada país, Argentina es el segundo país más caro de la región, después de Uruguay (ver tabla).

Así figuran los dos países en el ranking del costo del combustible: Uruguay el más caro, Argentina segundo.

Pero el trasporte público argentino está entre los tres más baratos de la región.

Y hay rubros específicos como el vino, la carne, las frutas y verduras que son más económicos aquí que en otros países latinoamericanos.

También hay quienes defienden que la salud y la educación públicas, si bien con problemas, son más eficientes e incluyentes que en otros países latinoamericanos.

"Argentina es, sin duda, cara, pero al mismo tiempo hay mitos y distorsiones que hacen que el análisis sea más complejo que decir si es o no el más caro de América Latina", le dice a BBC Mundo Victoria Giarrizzo, economista e investigadora de la Universidad de Buenos Aires.

El ajuste de Macri

Bajo el gobierno de Mauricio Macri, la economía argentina ha sufrido cambios que aumentaron los precios de algunas cosas, pero nivelaron los de otros.

Servicios como el agua, la luz y la electricidad aumentaron —y siguen aumentando— en porcentajes muy por encima del 100%.

Pero los bienes de consumo importados, como los electrodomésticos, han bajado levemente gracias a la eliminación de impuestos.

El gobierno, que justifica los aumentos con la necesidad de erradicar subsidios que impiden la inversión y el buen servicio, espera que a largo plazo los precios se estabilicen.

El gobierno, que justifica los aumentos con la necesidad de erradicar subsidios que impiden la inversión y el buen servicio, espera que a largo plazo los precios se estabilicen.

La inflación, aunque aumentó de 20% a 40% en el primer año de Macri, viene bajando: cerró 2017 en 25% y se espera que este año termine en entre 15% y 18%.

Los analistas, no obstante, dudan que Argentina deje de ser un país particularmente costoso.

"Argentina es un país con un Estado grande que implica altos impuestos, pero gracias a eso hay transferencias sociales, sobre todo en jubilaciones y asignación universal por hijo, muy por encima de la media latinoamericana", explica el sociólogo Daniel Schteingart, especialista en estudios comparados.

"Que Argentina tiene altos impuestos es cierto, pero también por eso tiene bajos niveles de desigualdad -para estándares latinoamericanos- y un gasto social con impacto redistributivo. Puede que encarezcan ciertas cosas, pero Uruguay, pese a ser caro, le ha ido muy bien en lo últimos años. No necesariamente hay que ser barato para crecer", asegura a BBC Mundo.

Problemas estructurales

Pero además de que el Estado es grande y difícil o imposible de achicar, hay problemas estructurales de la economía argentina que encarecen algunos productos.

No es solo por los altos impuestos que haya bienes producidos en Argentina más baratos en Chile o Uruguay que en Buenos Aires; ni que para los argentinos se haya vuelto común ir a Chile a comprar la ropa, la televisión y los zapatos; ni que las autoridades confisquen con frecuencia cientos de celulares que pretenden ser introducidos al país para vender en los mercados negros.

Detrás de eso, explica Giarrizzo, hay una estructura de costos compleja y distorsionada.

De hecho, la Asociación Latinoamericana de Logística dice que en ningún país de la región los costos operativos para las empresas son tan altos como en Argentina.

La analista, que dirige un centro de estudios para promover valores en el comercio, enlista los diferentes aspectos de fondo que aumentan los precios.

- Argentina tiene grandes extensiones, pero está concentrada en Buenos Aires. Y el único medio de transporte que funciona por todo el país es el que más cuesta: el camión.

- Hay costos burocráticos y ocultos que responden a una historia de corrupción en los mercados y los entes reguladores.

- Se estima que cada producto pasa por seis intermediarios antes de llegar al consumidor.

- El crédito a la producción es caro y limitado, mientras que la inversión financiera es cada vez más atractiva.

- Hay rubros, como los textiles, en los que la materia prima está monopolizada y el Estado no regula los precios.

- El tipo de cambio está en constante cambio, lo que promueve la especulación.

- Los inmuebles duraron años sin regularse y acceder a créditos hipotecarios es muy complicado, razón por la cual el precio base de los alquileres es alto.

"La estructura de costos en Argentina, más allá de los impuestos laborales, municipales y federales, es un laberinto que encarece todo por todos lados", concluye Giarrizzo.

Hace una década, tras la crisis de 2001 y una dramática devaluación, miles de latinoamericanos venían a Argentina a pasar vacaciones porque era barato.

Algo parecido ocurrió hace cinco años, cuando el control de cambio de divisas generó un mercado negro de dólares que permitía cambiar a mucho mejor tasa que la oficial.

Pero ambas situaciones fueron producto de escenarios particulares y distorsivos: Argentina es cara por naturaleza.

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