La confianza en los demás puede estar en declive. ¿Cómo perjudica en la economía?

A trader works on the floor of the New York Stock Exchange (NYSE) in New York, U.S., May 15, 2017. REUTERS/Brendan McDermid - RTX35XC2

Image: REUTERS/Brendan McDermid

Javier J. Navarro

La confianza es importante en la economía, si no hay confianza es muy probable que la situación de una economía vaya a dar problemas. Si queremos que un país prospere, es esencial que haya confianza en los mercados y en el cumplimiento de los contratos. También es importante la confianza en las instituciones, algo a lo que ayuda la baja corrupción. No obstante hay un tipo de confianza que últimamente está en decadencia, la confianza en los demás.

La confianza en los demás no significa que no seamos optimistas en el futuro económico de la nación, sino en los demás seres humanos. Aunque esto pueda parecer algo “obvio” o quizás fuera de la economía, se trata de un factor muy importante.

La confianza en los demás

Supongamos que vamos a comprar una barra de pan al panadero. Si no hay confianza este no nos dejará entrar en su panadería, porque piensa que igual queremos atracarle o robarle alguna de las cupcakes que tiene en el mostrador. Después de convencer al panadero que queremos comprar una barra de pan y que nos deje entrar. Después antes da darnos el pan, querrá asegurarse de que no le vamos a pagar con moneda falsa, y que vamos a entregarle el dinero en vez de salir corriendo con la barra de pan (y tal vez un par de cupcakes). Al final acordamos un complejo sistema mediante el cual le entregamos el dinero mientras que nos da la barra, puesto que nosotros tampoco estamos seguros que vaya a coger el dinero y cuando le pidamos la barra diga ¿qué barra?

Obviamente es una exageración, pero podemos hacernos una idea de lo complejo que sería hacer nuestra vida si no hubiera confianza. Exigiríamos ser pagados cada pocas horas de trabajo y además no nos fiaríamos del banco para custodiar nuestro dinero. Cualquier transacción sería una discusión y una negociación, no en precio, sino en las condiciones de la misma.

Ahora pensemos como era la confianza en otra época. A muchas de nuestras madres y abuelas pueden recordar cuando los tenderos fiaban, es decir, se les podía dejar dinero a deber, porque sabían que la vecina de enfrente acabaría pagando. De hecho incluso, era normal que se fiaran de un crío, que igual les compraba media docena de huevos y el tendero se lo apuntaba en la cuenta de la madre.

Hoy en día las tiendas no esperamos dejar algo a deber cuando vamos a comprar. Aunque si pagamos con nuestra tarjeta de crédito, es nuestro banco quien asume la confianza. Más práctico, puesto que esta confianza nos sirve tanto en la panadería de la esquina, en un restaurante de Berlín, en el Metro de Nueva York o en un hotel de Tokio. De hecho, a veces sucede incluso que la empresa que confía en nosotros es la propia tienda, a través de la financiera, claro.

La confianza es considerada como uno de los factores de éxito que tienen los países nórdicos. Los habitantes de los países nórdicos son aquellos que expresan su mayor nivel de confianza hacia los demás que otras nacionalidades. Más que la media europea y mucho más que los países del sur de Europa, donde somos “desconfiados”.

Hay quien afirma que este confianza viene de que los países nórdicos frente al feudalismo estaban compuestos por familias granjeras independientes que para sobrevivir durante siglos fríos necesitaron cultivar la confianza mutua entre ellos. Incluso en EEUU los que en el censo se identifican como descendientes de escandinavos, tienen una renta per cápita superior a la media.

La confianza, en decadencia

Pero lo que sucede es que la confianza está en decadencia, tanto en Europa como en EEUU. No es algo nuevo, ni tiene que ver con la victoria de Donald Trump ni con la de Obama. La confianza lleva cayendo desde los años 70. Entonces en EEUU el 50% de la gente decía que se podía confiar en la mayor parte de la gente, hoy en día sólo el 33% de los americanos afirman esto.

Además, según un trabajo del profesor Eric D Gould de la Universidad Hebrea y Alexander Hizjen de la OCDE, esto parece que se debe al incremento en la inequidad. No sólo para EEUU, sino también para otros países europeos.

¿Puede que esta falta de confianza sea creada por la inequidad y esté afectando a nuestro crecimiento económico? Es algo que de momento no está demostrado ni es seguro que suceda, pero claramente es un campo interesante de estudio, porque entre otras cosas, puede estar disminuyendo nuestro crecimiento.

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