Industrias en Profundidad

El derecho a la tecnología agrícola

A farmer harvests wheat crop on a field in the El-Menoufia governorate, north of Cairo, Egypt May 16, 2017. REUTERS/Mohamed Abd El Ghany - RTX364R9

Image: REUTERS/Mohamed Abd El Ghany

Henry I. Miller
Robert Wesson Fellow, Hoover Institution, Stanford University

En los sesenta, cuando el biólogo Paul Ehrlich predecía que el veloz crecimiento de la población iba a provocar hambrunas masivas, un genetista llamado Norman Borlaug estaba desarrollando nuevos cultivos y métodos de agricultura que se han convertido en pilares de la Revolución Verde. Se atribuye a esos avances (y otras innovaciones en tecnología agrícola) haber evitado más de mil millones de muertes por hambre y mejorado la nutrición de miles de millones de personas. Pero hay gente que parece ansiosa por revertir esas mejoras.

Además de salvar vidas, la Revolución Verde evitó una destrucción medioambiental a gran escala. Según un estudio de la Universidad Stanford, de 1961 a hoy la tecnología agrícola moderna permitió una considerable reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentando al mismo tiempo el rendimiento neto de los cultivos. También salvó del desmonte y la conversión en tierra de siembra el equivalente a tres pluviselvas como el Amazonas (o el doble del área de los 48 estados contiguos de Estados Unidos). Los cultivos genéticamente modificados, por su parte, han permitido una reducción del uso de pesticidas nocivos para el medio ambiente acumulada igual a 581 millones de kilogramos (un 18,5%) desde 1996.

Extrañamente, muchos ambientalistas creen que todo esto es digno no de aprobación, sino de condena, y promueven un regreso a metodologías de cultivo ineficientes e improductivas. La “agroecología” por la que abogan incluye una primitiva “agricultura campesina” que, al reducir el rendimiento y la resistencia de los cultivos, pone en riesgo la seguridad alimentaria y aumentará el hambre y la desnutrición.

En apoyo de esta insensatez, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas publicó hace poco un informe de la relatora especial sobre derecho a la alimentación, Hilal Elver, en el que se convoca a la instauración de un régimen agroecológico global, con un nuevo tratado internacional que regule y reduzca el uso de pesticidas y técnicas de ingeniería genética, métodos que calificó como violaciones a los derechos humanos.

El CDHNU (un organismo que incluye a tan firmes defensores de los derechos humanos como Arabia Saudita, China, Cuba, Qatar y Venezuela) se dedicaba ante todo a denostar a Israel. Pero en 2000, a instancias del gobierno cubano, creó el cargo de relator especial sobre el derecho a la alimentación, que a tono con la absurda composición del CDHNU, tuvo como primer ocupante al sociólogo suizo Jean Ziegler, cofundador y receptor del Premio Internacional Gadafi de Derechos Humanos.

La ONG UN Watch denunció a Elver por apoyar teorías conspirativas en relación con los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 (según las cuales, fueron orquestados por el gobierno de Estados Unidos para justificar la guerra contra los musulmanes). La postura de Elver en relación con la agricultura refleja la misma mentalidad paranoide. Elver se opone a la “producción industrial de alimentos” y al libre comercio, y suele colaborar con Greenpeace y otros movimientos ambientalistas radicales.

El nuevo informe de Elver para el CDHNU es en buena medida una mera repetición de conceptos delirantes de organizaciones no gubernamentales financiadas por la industria de los alimentos orgánicos. Acusa a innovaciones agrícolas como los pesticidas de “desestabilizar el ecosistema” y asegura que son innecesarias para aumentar las cosechas.

Todo esto podría desestimarse como un ejemplo más de activismo errado dentro de la ONU, pero es sólo una parte de una campaña más amplia e influyente de ONG globales (que cuenta con aliados dentro de la Unión Europea) para promover un modelo agroecológico que prohíba el uso de insumos agrícolas fundamentales como los pesticidas y las especies vegetales genéticamente modificadas. Una agenda que ahora se promueve a través de una vasta red de organismos y programas de la ONU, además de tratados y acuerdos internacionales como el Convenio sobre la Diversidad Biológica, la Comisión del Codex Alimentarius y la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer.

Mal podría uno exagerar el daño potencial de esta campaña. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (que todavía no sucumbió totalmente al activismo radical) estima que sin pesticidas, los agricultores perderán hasta el 80% de las cosechas por culpa de insectos, enfermedades y malezas. (Basta pensar en el gusano cogollero, que en los últimos 18 meses devastó plantaciones de maíz en gran parte del África subsahariana.) Los regímenes regulatorios radicales afectan particularmente a los países en desarrollo, ya que muchas veces su cumplimiento es condición para recibir ayudas del extranjero (aunque a veces también provocan cambios en la agricultura de los países desarrollados, sobre todo en la UE).

Millones de pequeños agricultores en los países en desarrollo necesitan proteger sus cultivos. Cuando, por ejemplo, no tienen acceso a herbicidas, tienen que desmalezar sus parcelas a mano, lo que equivale literalmente a deslomarse trabajando: para desmalezar una hectárea de terreno, los agricultores (por lo general, mujeres y niños) tienen que caminar diez kilómetros agachados, algo que con el tiempo, produce lesiones dolorosas y permanentes en la columna. De hecho, es lo que llevó en 2004 al estado de California a prohibir el desmalezamiento manual (aunque se hizo una excepción para las granjas orgánicas, precisamente porque se niegan a usar herbicidas).

Privar a los países en desarrollo de usar métodos agrícolas más eficientes y sostenibles los condena a la pobreza y les niega la seguridad alimentaria: esa es la verdadera violación de los derechos humanos.

No te pierdas ninguna actualización sobre este tema

Crea una cuenta gratuita y accede a tu colección personalizada de contenidos con nuestras últimas publicaciones y análisis.

Inscríbete de forma gratuita

Licencia y republicación

Los artículos del Foro Económico Mundial pueden volver a publicarse de acuerdo con la Licencia Pública Internacional Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0, y de acuerdo con nuestras condiciones de uso.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no del Foro Económico Mundial.

Mantente al día:

Agricultura, Alimentos y Bebidas

Comparte:
La visión global
Explora y monitorea cómo Agricultura, Alimentos y Bebidas afecta a las economías, las industrias y los problemas globales
A hand holding a looking glass by a lake
Innovación mediante crowdsourcing
Involúcrate con nuestra plataforma digital de crowdsourcing para lograr un impacto a escala
World Economic Forum logo
Agenda Global

La Agenda Semanal

Una actualización semanal de los temas más importantes de la agenda global

Suscríbete hoy

Puedes anular tu suscripción en cualquier momento utilizando el enlace que figura en nuestros correos electrónicos. Para obtener más información, consulta nuestro Política de privacidad.

Estos 5 productores de acero lideran la descarbonización del sector

Mandy Chan and Daniel Boero Vargas

18 de julio de 2024

La desinformación es una amenaza para nuestro ecosistema de confianza. Los expertos explican cómo frenarla

Quiénes somos

Participe en el Foro

  • Iniciar sesión
  • Asóciese con nosotros
  • Conviértase en miembro
  • Regístrese para recibir nuestras notas de prensa
  • Suscríbase a nuestros boletines
  • Contacte con nosotros

Enlaces directos

Ediciones en otros idiomas

Política de privacidad y normas de uso

Sitemap

© 2024 Foro Económico Mundial