Las mayores economías del mundo se quedan atrás a la hora de ofrecer energía segura, accesible y sostenible
Image: REUTERS/Nikolaj Skydsgaard
A la hora de conseguir sistemas energéticos accesibles, medioambientalmente sostenibles y seguros, hay un grupo de pequeñas economías que avanza rápidamente en comparación con el resto del mundo. Los 20 mejores clasificados en la quinta edición del Índice de desempeño de la arquitectura energética mundial han doblado la mejora media de su puntuación con respecto al resto de países.
El informe, desarrollado en colaboración con Accenture Strategy y presentado hoy en la Comisión Europea, evalúa a 127 países en función de su capacidad para ofrecer acceso a la energía en las tres dimensiones del «triángulo de la energía» y concluye que los mejor posicionados, principalmente países más pequeños y economías avanzadas, pueden superar sus limitaciones implementando políticas de apoyo.
Según las conclusiones del informe, los mayores consumidores de energía del mundo tienen dificultades para ocupar puestos elevados en el índice porque han de lidiar con los retos inherentes a sus sistemas energéticos, grandes y complejos, y por tanto son superados por economías más ágiles. En términos generales, algunos de los mayores consumidores de energía como China (95º), India (87º), Japón (45º), la Federación Rusa (48º) y Estados Unidos (52º) han bajado puestos en la clasificación o bien han experimentado subidas poco significativas.
«Hemos observado algunos cambios importantes en la forma en que la energía se obtiene, distribuye y consume a lo largo de los últimos cinco años», explica Roberto Bocca, director de industrias energéticas y miembro del comité ejecutivo del Foro Económico Mundial. «La demanda energética en el futuro y los avances tecnológicos sin precedentes seguirán presentando nuevos retos y oportunidades para los países. Ahora, más que nunca, los países deben entender el rendimiento y la trayectoria de sus sectores energéticos y contar con un enfoque firme que impulse el progreso.»
Los 20 países mejor clasificados del índice 2017 representan una mezcla diversa. Lo lideran países europeos, con Suiza (1º) y Noruega (2º) en los primeros puestos. No obstante, hay países de otras regiones que ocupan posiciones altas: Colombia (8º), Uruguay (10º) y Costa Rica (14º) son los países latinoamericanos mejor posicionados, mientras que Nueva Zelanda ocupa el 9º lugar.
Si bien muchos de los países mejor posicionados son países pequeños, tanto por producto interior bruto (PIB) como por población, algunos países de mayor tamaño como Francia (5º), Reino Unido (15º) y Alemania (19º) han gestionado de forma eficaz sectores energéticos complejos junto a grandes economías. La presencia de países europeos entre los mejor clasificados refleja las ventajas de una larga trayectoria de coordinación en la región.
«Agradezco mucho al Foro Económico Mundial la iniciativa del Índice de desempeño de la arquitectura energética mundial. Su misión de examinar el progreso de la transición de la energía global hacia sistemas energéticos más sostenibles, competitivos, seguros y asequibles encaja perfectamente con los objetivos de la Unión de la Energía. La quinta edición del informe pone de manifiesto los cambios estructurales sin precedentes que se han llevado a cabo en el sistema de energía global. Europa, con su transición 2017 EAPI: 20 primeras economías • El informe presentado hoy sobre el Índice de desempeño de la arquitectura energética mundial en 2017 (Global Energy Architecture Performance Index Report 2017) clasifica a 127 países según su capacidad para ofrecer energía segura, accesible y sostenible • La desigualdad entre los líderes y los países más rezagados es considerable y va en aumento • La diversidad de los países mejor clasificados subraya el potencial de cualquier país para llevar a cabo mejoras en sus sistemas energéticos • Consulte el informe completo, infografías y más aquí hacia la energía limpia, ha emprendido un ambicioso camino para liderar este objetivo», declaró Maroš Šefčovič, Vicepresidente de la Comisión Europea responsable de la Unión de la Energía y socio colaborador del informe.
Si comparamos la media del Índice de desempeño de la arquitectura energética mundial de este año con la de 2009, podemos observar que solo se han producido pequeñas mejoras. Sin embargo, una serie de países ha escalado puestos en este periodo de tiempo realizando importantes mejoras en sus sistemas energéticos. Entre estos países se encuentran Jamaica (del 116º al 92º), Nicaragua (del 95º al 72º), Tayikistán (del 66º al 46º), México (del 59º al 44º), Luxemburgo (del 37º al 23º) y Uruguay (del 25º al 10º).
«La transición del sistema energético actual a uno más accesible, medioambientalmente sostenible y seguro debería ser un esfuerzo continuo para cada país», afirma Muqsit Ashraf, director general de energía en Accenture Strategy. «A medida que cambia este panorama, las empresas energéticas tienen que contribuir al cambio y adaptarse a un sistema energético global en constante evolución. Esto implica replantearse cómo y dónde invertir, así como la función que desempeñan a la hora de trabajar con los gobiernos y los responsables del desarrollo de políticas.»
El informe ha analizado a algunos de los países mejor clasificados y los que más puestos han subido y revela tres principios para generar mejoras en los sectores energéticos:
- Estructurar a largo plazo la dirección para el sector de la energía y comprometerse con ella: Los gobiernos con visiones a largo plazo aportan continuidad durante estos largos periodos de tiempo. Un marco claro y una dirección a largo plazo son la base de las políticas eficaces y aportan la estabilidad necesaria para fomentar la inversión.
- Permitir la transición energética con políticas adaptables y diseñadas conjuntamente: Las políticas más eficaces a la hora de avanzar en la transición energética de un país son aquellas que ofrecen las soluciones que mejor encajan con el contexto de un país. Esto implica crear las oportunidades necesarias para que florezca la innovación y aportar flexibilidad para que las tecnologías más apropiadas surjan de manera orgánica.
- Dirigir la inversión a las áreas de mayor impacto: Se requiere una importante inversión para realizar avances en la transición energética y para hacer frente a la demanda creciente de energía. La estabilidad que brinda una visión y un compromiso a largo plazo es fundamental para fomentar la confianza de los inversores. De esta forma la administración de las inversiones canaliza el capital necesario para apoyar la transición energética hacia los proyectos adecuados que impulsarán el progreso.
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