Luís Torras analiza el impacto de las medidas de Donald Trump: "habrá que buscar alternativas e introducir cambios"
Image: REUTERS/Carlos Barria
Entrevistamos a Luís Torras, consultor financiero y gestor de fondos, sobre el impacto de las medidas económicas anunciadas por Donald Trump a su llegada a la Casa Blanca.
¿Cuál es el impacto de las medidas económicas anunciadas por Donald Trump para la economía de Estados Unidos y la economía mundial?
De momento no podemos hacer muchas conjeturas, pero sí que sabemos que a corto plazo el grueso de las medidas económicas de Trump dan un resultado de una mayor demanda agregada por dos vías: por una promesa de rebaja de impuestos y por un ambicioso plan de infraestructuras. Con lo cual, una cosa es segura: vamos a tener un impulso de demanda agregada que puede impulsar el crecimiento del PIB y del empleo en el corto plazo.
Los riesgos se sitúan en el largo plazo, entendiendo que la economía de Estados Unidos tiene mucha fragilidad pese a la apariencia de crecimiento que dan ciertos indicadores. Lo cierto es que es una economía altamente endeudada, donde los salarios y el ingreso de los hogares permanece estancado desde hace varios años. En el largo plazo el panorama es ciertamente preocupante; este crecimiento a corto lazo debe ir acompañado de políticas económicas.
¿Cuál puede ser el impacto de los cambios económicos que anuncia Trump en el ámbito geopolítico?
Hay dos fuentes de incertidumbre en torno a Trump: una es en clave doméstica, la que he comentado, de ver si mantendrá una política económica que sea solvente en el largo plazo, que favorezca un reequilibrio de las finanzas públicas americanas y una recapitalización de la economía como paso previo a reactivar los salarios reales, que es la variable que te indica realmente que una economía se está recuperando con paso firme. El otro gran ámbito de incertidumbre se refiere a los cambios y giros en el ámbito geopolítico.
Estados Unidos ha tenido un papel primordial en la expansión del libre comercio desde la Segunda Guerra Mundial. Gracias a esta agenda nos hemos beneficiado de la fragmentación e internacionalización de la cadena de valor y de productos más baratos y de mayor calidad a nivel global.
Hay elementos de la retórica de Donald Trump que todavía no sabemos como se materializarán, porque al final es difícil aplicar una política proteccionista sin que tus propios intereses se vean afectados. Los aranceles afectarían de inmediato a los consumidores norteamericanos. Esto incrementa el riesgo de inflación en un momento en el que el nivel de la deuda global es muy alto, lo que forzaría a una subida de tipos de interés que nos llevaría a una nueva desaceleración económica.
De momento sabemos que tira para atrás el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, que es un acuerdo con un ángulo marcadamente geopolítico más que comercial, al final Estados Unidos estaba alineando sus intereses en el Pacífico para contrarrestar el peso de China. Lo que sabemos es que Trump apostaría más por un modelo de acuerdos bilaterales, que suelen ser más respetuosos con la soberanía de cada país.
Hay quien dice que la administración del presidente Trump dificultará el crecimiento económico cuando empiece a revocar acuerdos comerciales, y el crecimiento sufrirá alteraciones aún mayores cuando EEUU comience a destruir las normas e instituciones que gobiernan los mercados.
Sin duda, Trump se equivoca si no entiende que las palabras no son inocuas y que el poder que tiene para incidir en la agenda global no es menor. El ejemplo lo encontramos en el discurso de Xi Jinping en el Foro de Davos. Es muy ilustrativo que el presidente Chino el que más y mejor supiera enarbolar un discurso de las ventajas del libre comercio y de las fronteras abiertas.
Yo soy cauto, creo que la globalización es imparable, y el presidente Trump no la puede parar. Los beneficios del libre comercio y la tecnología son tan grandes que la gente difícilmente va a querer renunciar a ellos. Casi seguramente tenderemos hacia un escenario de normalización paulatina y aún es pronto para evaluar si este giro en el sistema económico global se consolida.
El riesgo que veo es que estos enfoques proteccionistas puedan destruir un sistema beneficioso de normas internacionales. También ha hablado de reformas en instituciones como la OTAN y su discurso de investidura fue bastante rupturista en este punto: "Llevamos muchas décadas enriqueciendo a la industria extranjera a expensas de la industria americana. Financiando los ejércitos de otros países mientras permitíamos el triste desgaste de nuestro ejército. Hemos defendido las fronteras de otros países mientras nos negábamos a defender las nuestras", dijo Trump. ¿Cree que va a haber cambios significativos en este sentido?
Lo que Trump ha dicho es algo que tiene sentido si uno mira las estadísticas de gasto en Defensa de los distintos miembros. Prácticamente ningún país miembro de la Alianza cumple con su compromiso de mantener un 2% de gasto militar, incluido España, que invierte un 0,9% de gasto público en defensa. Es una partida de gasto impopular en Europa, pero parece que los estadounidenses no están dispuestos a financiar la defensa de los europeos indefinidamente. Hay que buscar alternativas o introducir cambios para que la Alianza sea beneficiosa.
En este sentido, cuando Trump dice que la OTAN no funciona, me parece que está certificando algo que los europeos no hemos dicho pero que hemos demostrado a la hora de cumplir con nuestra parte del acuerdo. Yo creo que puede ser beneficioso tener este tipo de debates, aunque parece que el precio a pagar sea aguantar las impertinencias o el tono maleducado de Trump. A veces habrá que separar el tono de lo que dice, y las causas últimas de por qué lo dice.
Hay otros temas más espinosos, como este veto migratorio a los nacionales de siete países de mayoría musulmana (Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen), algo que no solo sería perjudicial para la economía americana, sino que es ilegal.
Las grandes compañías americanas o grandes startups han sido fundadas por inmigrantes o hijos de inmigrantes, y EE.UU. es un gran imán de talento y capital humano. Es la gran fuerza de su modelo. Pero no hay que olvidar que en muchos aspectos de la política americana hay una línea de continuidad que muchas veces no analizamos. Dicho esto, este tema es muy complicado y dudo que esta sea una medida necesaria. Lo mejor es ser muy serios y cautos a la hora de evaluar las políticas, y evaluar lo que se dice con un debate serio y sosegado.
En mi opinión, hemos de favorecer un sistema de libre circulación de personas, porque nos enriquece a todos, al igual que el libre comercio. Porque hoy seguramente no tendríamos Paypal si el señor Peter Thiel no hubiese podido emigrar a Estados Unidos.
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