Distopías arquitectónicas de 2017: así estamos imaginando nuestro futuro
Plantear el desarrollo de nuestra vida en el futuro es un tema recurrente en la historia del arte. Por ejemplo, en su momento vimos cómo a finales del XIX se planteaba nuestro presente, en un ejercicio de retrofuturismo que hoy resulta tan ingenuo como divertido. ¿Pero cómo observarán los humanos de dentro de cien años nuestros pensamientos sobre el futuro, sobre cómo será el mundo dentro de otros cien años?
Es difícil de decir. Quizá deberían empezar por Fairy Tales, un concurso organizado por la National Building Museum, Blank Space y la American Institute of Architecture Students, algunas de las asociaciones de arquitectura más importantes del mundo, en el que diversos estudiantes y prometedores arquitectos diseñan un futuro distópico en torno a la temática de la arquitectura. Recientemente han anunciado los ganadores, y sus propuestas no podrían resultar más fascinantes.
Empezando por la ganadora, Last Days, del artista ucraniano Mykhailo Ponomarenko. La idea de Ponomarenko es simple: adaptar la geografía que nos rodea a grandes proyectos arquitectónicos y de infraestructuras. Visualmente es un mundo sobrecogedor, porque incorpora elementos futuristas (utilizar el paisaje como modelo y herramienta de diseño) en ambientes familiares (carreteras, autovías que circulan entre grandes montañas).
Ponomarenko juega con elementos de escala inimaginables, grandilocuentes, y es tentador imaginar que el futuro nos depara proyectos tan demenciales.
El segundo premio ha ido a parar a City Walkers, el proyecto de Terrence Hector. Hector se aproxima al fenómeno de la evolución urbanística desde un punto de vista radical y con un toque retrofuturista: para él, el futuro urbano rotaría en torno a ciudades que se mueven en busca de nuevos recursos y de escenarios óptimos para desarrollarse, Walkers enormes que el ser humano habría asimilado a la eternidad del paisaje.
Es tan imaginativo como próximo a la ciencia-ficción.
El tercer premio se lo ha llevado Up Above, un imaginativo proyecto de Ariane Merle d’Aubigné y Jean Maleyrat. En él, el futuro de la humanidad ha estado dominado por problemas de índole presente, pero acentuados, como la sobrepoblación, las migraciones o el excesivo uso de la tierra. Así, surgen nuevas viviendas, casas que se elevan sobre las nubes y las alturas y que escapan de la Tierra en un espacio con sus propias normas y regulaciones.
Es decir, escapan hacia arriba de los horrores a ras de suelo.
El jurado ha incluido otras diez propuestas entre los premiados. Entre otros, se encuentra proyectos que exploran el urbanismo a partir de la realidad virtual, recreaciones distópicas de las Mil y una noches, un imaginativo Muro de Trump, ruinas de ciudades flotantes ya en desuso o bosques lúgubres donde se apiña la humanidad. Un disfrute.
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Marcela Guerrero Casas
22 de noviembre de 2024