¿Cuán alarmante es la tecnología disruptiva?
Existen pocos motivos para preocuparse de que la nueva tecnología vaya a generar un desempleo de gran escala Image: REUTERS/Kim Kyung-Hoon
La oleada constante de mejoras en los vehículos autónomos me han convencido de que, dentro de poco, las carreteras estarán llenas de coches y camiones que funcionarán sin seres humanos al volante. Del mismo modo, estoy convencido de que la revolución de la inteligencia artificial permitirá que computadoras y robots hagan muchas de las tareas que hoy hacen los trabajadores administrativos.
No sorprende, por lo tanto, que muchas personas teman por el destino de aquellos cuyos empleos son vulnerables -o ya han sido perdidos- como consecuencia de la última tecnología disruptiva. ¿Qué sucederá con los millones de hombres y mujeres que hoy conducen camiones y taxis cuando los camiones y los taxis puedan conducirse por sí solos? ¿Qué sucederá con los contadores y los trabajadores de la salud cuando las computadoras hagan sus trabajos?
Algunos analistas han estimado que, cuando hagan falta muchos menos empleados para producir el volumen actual de bienes y servicios, un gran porcentaje del empleo actual podría volverse redundante.
Oigo estos temores y soy consciente de que no pueden desestimarse así como así. Pero soy optimista de que Estados Unidos, al menos, se adaptará exitosamente a la nueva tecnología. Puede haber algunos perdedores así como algunos ganadores, pero la población norteamericana en general estará mucho mejor. Y aquellos que pierdan sus empleos a manos de la nueva tecnología pronto encontrarán otro empleo.
Creo que existen pocos motivos para preocuparse de que la nueva tecnología vaya a generar un desempleo de gran escala. Los cambios en la tecnología aumentarán la producción de la economía y elevarán el potencial estándar de vida de la población. Quienes quieran trabajar seguirán encontrando empleos.
¿Por qué soy tan optimista? Dicho simplemente: la historia. El rápido cambio técnico no es nada nuevo. Hemos experimentado un cambio tecnológico que sustituye a los trabajadores individuales por máquinas y computadoras durante muchos años. Y, aun así, a pesar de los altibajos del ciclo comercial, la economía de Estados Unidos sigue regresando al pleno empleo.
Este escenario ha sido más dramático en la industria. Los robots y las máquinas automatizadas han reemplazado a los trabajadores de producción en la industria manufacturera durante muchos años, lo que llevó al empleo en el sector de 13 millones de personas en 1950 a sólo nueve millones hoy, a pesar, incluso, de que el valor real de la producción industrial aumentó el 75%. Y aquellos que ya no están empleados en el sector industrial han encontrado empleos en otras áreas de la economía.
Las computadoras también han reemplazado a los trabajadores en un amplio rango de industrias de servicios. Ya no vemos muchos ascensoristas. Los telefonistas ya no existen. La mayoría de nosotros obtenemos los pases de abordo en los aeropuertos en máquinas automáticas de check in. Las firmas legales y contables utilizan computadoras para hacer lo que antes hacían empleados profesionales.
Y, aun así, la tasa de desempleo en Estados Unidos hoy es de apenas el 4,9%, inclusive más baja que su promedio de las últimas décadas. Entre los graduados universitarios norteamericanos -que representan el 40% de la fuerza laboral de Estados Unidos- la tasa de desempleo es de sólo el 2,7%. Como los graduados universitarios conforman un porcentaje mayor de la población más joven que de la población de más edad, la tasa de desempleo general se mantendrá baja en tanto ese grupo envejezca y su porcentaje de la fuerza laboral crezca.
La creciente producción por trabajador que fue posible gracias al mayor uso de robots y computadoras también les permitirá a los empleados trabajar menos horas y disfrutar más del tiempo libre. Los empleados en Estados Unidos actualmente trabajan un promedio de 1.790 horas por año, un 30% más que sus pares alemanes, que en promedio trabajan 1.371 horas cada año.
Una reducción de las horas de trabajo por empleado se traduce en mejoras en la calidad de vida, como vacaciones más extensas y fines de semana más largos. Menos horas de trabajo también ofrecerán más oportunidades para viajar, comer afuera y otras actividades que crean empleos para los trabajadores del área de servicios. El envejecimiento de la población también aumentará la necesidad de empleados del sector de servicios en hospitales y residencias de ancianos.
Esas tendencias alimentarán una mayor demanda de trabajadores en el sector de servicios, que hoy representa el 81% del empleo en Estados Unidos. El porcentaje de trabajadores en el sector de servicios de Estados Unidos aumenta año tras año; es allí donde quienes pierden sus empleos en la industria o la construcción encuentran uno nuevo.
Y las computadoras y los robots simplemente no pueden reemplazar a muchos de esos empleos. Si bien pueden brindar algunos de los servicios que la gente mayor necesitará cada vez más, por ejemplo, no pueden ofrecer los servicios que implican tocar literalmente a los clientes y los pacientes. A la hora de elegir una carrera, la gente tendrá estas consideraciones en cuenta cuando elijan sus ocupaciones. Eso también mantendrá baja la tasa de desempleo en el futuro.
La tasa de desempleo de Estados Unidos actualmente es menos de la mitad de la de la Unión Europea. Existen muchas razones para la disparidad; pero un motivo crítico es la ausencia en Estados Unidos de leyes laborales y reglas gremiales que impiden que los empleados y las empresas se adapten a las nuevas tecnologías. Si Estados Unidos mantiene un mercado laboral relativamente libre, los empleados se adaptarán positivamente a la tecnología cambiante.
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