COP16: ¿Pueden empresas y gobiernos cambiar el rumbo de la pérdida de naturaleza?

En diciembre de 2022, el mundo se unió para reconocer la magnitud de la crisis de la naturaleza y dar el primer gran paso hacia su abordaje. En la COP15 de Biodiversidad de las Naciones Unidas en Montreal, 196 países adoptaron el Marco Global de Biodiversidad (MGB), que estableció una hoja de ruta para que todos los sectores de la sociedad alcanzaran un objetivo común: detener y revertir la pérdida de la naturaleza para 2030.

Conocida como el "momento París de la naturaleza", la adopción del MGB marcó un punto de inflexión. Sin embargo, dos años después, el progreso hacia su implementación ha sido lento. Esto aumenta la presión para la COP16, que se llevará a cabo en Colombia a partir del 21 de octubre.

Como una COP dedicada a la implementación, la COP16 presenta una oportunidad crucial para que los responsables de políticas, líderes corporativos, científicos, académicos y representantes de la sociedad civil adopten un modo de colaboración y entrega.

Es difícil sobreestimar la importancia de este momento. El Planetary Health Check (Informe de Salud Planetaria) muestra que seis de los nueve límites planetarios ya han sido superados (desde los niveles de dióxido de carbono atmosférico hasta los cambios en el uso de la tierra y el agua), y estamos a punto de superar un séptimo.

No frenar el deterioro de nuestro mundo natural, que sustenta nuestras sociedades y economías, sería catastrófico. La pérdida descontrolada de la naturaleza traerá mayores riesgos y costos, y eclipsaría los ya enormes impactos de crisis recientes, como la crisis financiera de 2008 o la pandemia de COVID-19.

Esto no significa que cumplir con el Marco Global de Biodiversidad sea fácil. Requiere que tanto los gobiernos como las empresas intensifiquen de manera radical sus esfuerzos y trabajen juntos de nuevas maneras para construir rápidamente sobre el progreso modesto pero alentador logrado hasta ahora.

En el ámbito de las políticas públicas, los gobiernos tienen un papel crucial al establecer planes nacionales ambiciosos y al adoptar regulaciones que incentiven a las empresas a actuar. Sin embargo, actualmente, menos de la mitad de los gobiernos (44%) han actualizado sus Estrategias Nacionales de Biodiversidad y Planes de Acción (ENBPA) o sus metas nacionales desde la COP15.

En línea con el Objetivo 15 del Marco Global de Biodiversidad, algunos países y regiones están introduciendo regulaciones alentadoras sobre la divulgación obligatoria relacionada con la naturaleza. Por ejemplo, China exigirá que 450 empresas que cotizan en la Bolsa divulguen información relacionada con la naturaleza para 2026.

Sin embargo, otros desarrollos socavan cualquier avance significativo: los subsidios globales perjudiciales para el ambiente ahora ascienden a al menos 2,6 billones de dólares al año, equivalentes al 2,5% del PIB global. Esto significa que estamos gastando más que nunca en subsidios que aceleran la destrucción de ecosistemas y la extinción de especies. Para asegurar la coherencia de políticas y un cambio claro hacia una economía positiva para la naturaleza, necesitamos una reforma rápida y efectiva de los subsidios perjudiciales, tal como se establece en la Meta 18.

La obligación de divulgaciones relacionadas con la naturaleza y la reforma de los subsidios perjudiciales son dos de las 20 demandas de políticas que la coalición Business for Nature ha desarrollado con la colaboración de más de 150 socios, para alentar a los gobiernos a adoptar medidas que faciliten y fortalezcan la acción empresarial en pos de la naturaleza. Las solicitudes se agrupan en cinco recomendaciones clave respaldadas por más de 230 empresas con ingresos combinados de 1,7 billones de dólares.

En el ámbito empresarial, también ha habido movimientos positivos por parte de compañías con visión de futuro que entienden que un planeta saludable es la base de un negocio resiliente. Un número creciente de empresas está tomando medidas para transformar sus modelos y operaciones, y más de 25 empresas han desarrollado y publicado estrategias de naturaleza creíbles a través de la campaña It's Now for Nature.

Estas empresas, que incluyen a GSK, Kering, L’Occitane Group, Natura & Co y Orsted, han articulado claramente cómo abordarán sus impactos y dependencias más significativas respecto a la naturaleza. Están estableciendo un ejemplo en términos de transparencia y responsabilidad, y brindando confianza a otras empresas para que comiencen a desarrollar sus propias estrategias.

Sin embargo, estos esfuerzos voluntarios están lejos de ser la norma. Y las inversiones corporativas en actividades que restauran la naturaleza –estimadas en 35 mil millones de dólares al año– son insignificantes en comparación con los 5 billones de dólares en financiamiento privado que aún perjudican de manera directa a los ecosistemas.

En otras palabras, la acción voluntaria de empresas progresistas no es suficiente, lo que subraya la importancia vital de que los gobiernos obliguen y regulen para lograr un cambio significativo.

La clave para abordar la crisis de la naturaleza radica en la colaboración y la integración. En esta ventana de oportunidad cada vez más limitada, hay mucho que los líderes empresariales pueden hacer para alentar a los responsables de políticas a cambiar las reglas del juego económico a favor de la naturaleza.

1. Apoyar la implementación efectiva del Marco Global de Biodiversidad transformando las operaciones y las inversiones de sus organizaciones. Esto significa integrar la naturaleza en todos los aspectos de la toma de decisiones, priorizar el uso sostenible de los recursos en sus operaciones, y alinear sus inversiones con resultados positivos para la naturaleza. Recursos como el Nature Strategy Handbook (Manual de Estrategia de la Naturaleza) y los informes de acciones específicas por sector, guiados en la experiencia de organizaciones como el Task Force on Nature-related Financial Disclosures (Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza) y el Science-Based Targets Network (Red de Metas Basadas en la Ciencia) son herramientas cruciales.

2. Abogar por políticas audaces de los gobiernos en todos los niveles. Esto va desde apoyar el fortalecimiento de acuerdos globales sobre los principales desafíos de pérdida de naturaleza hasta ayudar a dar forma y entregar las ENBPA. También trabajar con asociaciones comerciales para respaldar políticas sectoriales que habiliten los cambios necesarios.

3. Participar activamente en la COP16 para señalar a los gobiernos que las empresas líderes están listas para contribuir con acciones significativas y ambiciosas. Los líderes empresariales pueden participar en negociaciones a través de reuniones bilaterales, eventos y talleres, y mostrar los pasos que ya están tomando.

4. Colaborar y conectarse con empresas afines y otros grupos de interés presentes en la conferencia, incluidos ciudades, pueblos indígenas, comunidades locales, académicos y jóvenes, para mejorar sus acciones y estrategias.

Estamos en un punto crucial. Para cumplir con la ambición establecida en la COP15, la COP16 de Biodiversidad de la ONU debe ser el momento en que un liderazgo audaz y una colaboración radical entre responsables de políticas y líderes empresariales den inicio a una nueva era de acción positiva para la naturaleza.

Nuestro futuro y nuestros medios de vida dependen de ello.