Igualdad de género: ¿Cómo podemos apoyar los derechos de las niñas en todo el mundo?

Estamos presenciando la reducción y el desplazamiento del espacio cívico. El progreso en igualdad de género se está estancando, y el derecho a protestar está severamente restringido en muchos países del mundo. El derecho de las niñas y mujeres jóvenes a hacer oír su voz -y a seguir presionando por el cambio y la rendición de cuentas- debe ser protegido y defendido.

Desde 2007, Plan International ha estado encuestando a miles de niñas adolescentes y mujeres jóvenes para comprender mejor las oportunidades y desafíos que enfrentan. Desde sus experiencias en situaciones de conflicto y crisis hasta cómo navegan por los espacios digitales, cómo aprenden a través de la educación formal y no formal y sus historias de acoso y violencia. Esta investigación ha sido informada por una amplia gama de niñas adolescentes y activistas juveniles de todo el mundo, con el objetivo de energizar el movimiento global por los derechos de las niñas e impulsar la agenda de derechos de las niñas, en asociación con las propias niñas y jóvenes. Y aunque se han logrado algunos avances, la cruda realidad es que, en muchos aspectos, los derechos de las niñas y el progreso en igualdad de género se han estancado o incluso se han revertido.

Hemos visto en todo el mundo que las niñas adolescentes y mujeres jóvenes están listas y dispuestas a defender sus derechos, desde el liderazgo en el activismo climático hasta la defensa de su salud y derechos sexuales y reproductivos. Están defendiendo sus derechos y cambiando sus comunidades para mejor. Casi todas las niñas adolescentes y jóvenes activistas (95%) dicen que el activismo ha tenido un impacto positivo en sus vidas, haciéndolas sentir orgullosas, empoderadas y capaces. Más de la mitad de las que encuestamos dicen que el impacto de su activismo ha cumplido o superado sus expectativas. Pero no es fácil: ser una activista joven puede ser duro e implacable.

Más de la mitad de las niñas adolescentes y mujeres jóvenes encuestadas señalaron la falta de medios económicos como el principal obstáculo que les impide dedicarse al activismo. Una de cada cinco niñas adolescentes y jóvenes activistas ha temido por su seguridad mientras realizaba su trabajo. Y una de cada cuatro niñas adolescentes citó las opiniones negativas de miembros de su familia o comunidad como un obstáculo frecuente.

El activismo tiene un gran impacto en la salud mental de las niñas adolescentes y puede tener un gran costo personal. Muchas con las que hablamos han experimentado ansiedad, depresión, burnout y agotamiento emocional. Una de cada cuatro dice que se ha sentido emocionalmente mal o ansiosa mientras participaba en el trabajo de activismo. Para las activistas LGBTIQ+, esta cifra aumenta a una de cada tres.

"Para mí, no creo que haya oportunidades abiertas para las niñas, y sus opiniones no suelen ser consideradas como las de los niños. Si tenemos un hombre y una mujer sentados en la misma habitación, la prioridad será que el hombre comparta su opinión". Julia, de 16 años, Jordania.

En este momento, a las niñas adolescentes y las mujeres jóvenes les preocupa el estado actual del mundo, donde todavía se sienten inseguras, abandonan la escuela, experimentan violencia sexual y de género, no pueden acceder a atención médica adecuada, no pueden acceder por igual a los espacios digitales, se les niega un empleo significativo y soportan la carga de la injusticia climática. Las niñas adolescentes y las mujeres jóvenes tienen que estar en la mesa cuando se toman decisiones sobre su bienestar. El mundo fracasará colectivamente en alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible - o cualquier futura iteración de los objetivos globales - si se les excluye de una participación significativa en la creación de un mundo donde puedan prosperar.

También se han llevado a cabo investigaciones a nivel global y local, como el reciente informe Estado de los derechos de las niñas en el Reino Unido, que habló con casi 3000 niñas, adolescentes y mujeres jóvenes sobre sus experiencias y su vida en sus comunidades. Aunque algunas cosas variaron según el contexto, la mayor parte de la investigación se mantuvo fiel a los problemas que surgían para las niñas a nivel mundial. Ellas nos dijeron con firmeza que no están experimentando el progreso en igualdad de género que se les ha prometido, y cada vez sienten más que sus derechos están siendo atacados. Se sienten restringidas en su vida diaria y sus elecciones, y preocupadas por su futuro en el contexto de la crisis del costo de la vida, la emergencia climática y el auge de la "manosfera".

Solo una de cada 20 encuestadas en el Reino Unido dijo que se sentía completamente segura en los espacios públicos. Solo un poco más de la mitad (54%) creyó que tenía las mismas oportunidades educativas y laborales que los niños o hombres de su edad. Y solo una de cada cuatro se sintió involucrada en las decisiones sobre cómo se gobierna el país.

"Tengo un hermano gemelo y aunque fuimos criados igual, fuimos tratados de manera diferente como niña y niño. Me criaron para creer que puedo hacer cualquier cosa, pero en realidad, he tenido algunos desafíos". - Bridie, de 25 años, Reino Unido.