Activismo unificado: El elixir sin explotar para avanzar en el cambio social

El siglo XXI presenta un panorama paradójico. Por un lado, el mundo enfrenta desafíos intrincados e interrelacionados como la justicia social y racial, las crisis migratorias, las guerras y el cambio climático. Por otro lado, un amplio espectro de instituciones, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y comunidades trabajan incansablemente para desarrollar soluciones específicas a cada contexto para abordar estos problemas acuciantes.

A pesar de la diversidad de esfuerzos y la relevancia de estas intervenciones, persiste una brecha crítica: la falta de activismo unificado. Esta ausencia de una voz cohesionada y unificada dentro de la narrativa de desarrollo no solo limita el impacto de estas intervenciones, sino que también fomenta la confusión y la apatía entre quienes participan o se ven afectados por el sector.

Esta falta de unidad, a su vez, obstaculiza la capacidad de obtener apoyo generalizado y compromiso para resolver estos desafíos globales.

El activismo unificado es una poderosa herramienta para amplificar el cambio social. Se refiere a un esfuerzo colaborativo en el que individuos, comunidades y organizaciones combinan sus recursos, experiencia e influencia para amplificar el impacto.

Si bien abundan los esfuerzos de activismo exitosos, las historias de activismo unificado son menos frecuentes. Donde se ha implementado el activismo unificado, los resultados han sido transformadores.

Un frente unificado dificulta que el Estado, los responsables políticos y los individuos influyentes ignoren la causa. La acción climática de Greta Thunberg comenzó con su protesta solitaria ante el Parlamento sueco y rápidamente ganó impulso global a medida que millones se unieron a ella para exigir acción climática a sus gobiernos. La voz unificada de este movimiento captó la atención del mundo y colocó el cambio climático en el primer plano de la agenda global.

Un frente colectivo fomenta la confianza y la credibilidad, normaliza perspectivas diversas y refuerza las narrativas a través de la repetición, lo que lleva a un cambio a gran escala. La campaña por el matrimonio igualitario en los Estados Unidos es un ejemplo claro. Al enmarcar la conversación en torno a valores compartidos, como el amor, la familia y el compromiso, la campaña obtuvo apoyo nacional, lo que finalmente llevó a la Corte Suprema a garantizar a las parejas del mismo sexo el derecho a casarse.

Colaborar permite a los aliados aprovechar sus puntos fuertes al tiempo que compensan sus limitaciones. Este enfoque fomenta la innovación y reduce la duplicación de esfuerzos. La Colaboración para la Resiliencia de los Inmigrantes ejemplifica esto al combinar las fortalezas del gobierno, el sector privado y la sociedad civil para asegurar empleo seguro y seguridad social para los trabajadores migrantes vulnerables.

El activismo unificado puede conducir a cambios de política significativos al crear una narrativa convincente basada en evidencia. A través de la colaboración con Pueblos Indígenas y organizaciones aliadas para forzar estándares ambientales más estrictos, la Iniciativa Cuencas Sagradas Amazónicas logró detener un perjudicial proyecto de Ley Forestal en Perú y consiguió un referéndum para detener la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní de Ecuador, protegiendo ecosistemas vitales y tierras indígenas.

A pesar de su potencial, el activismo unificado no está exento de desafíos. Como practicantes de la acción colectiva en los últimos años, también reconocemos que el activismo unificado no es fácil de formular ni barato de ejecutar. Muchos agentes de cambio reconocen su valor pero luchan con los aspectos prácticos del compromiso. Los obstáculos principales incluyen:

Recientemente, asistimos a la Cumbre Escuelas del Mañana con un grupo ecléctico de líderes escolares de todo el mundo. En un caso raro de activismo unificado, cinco organizaciones de la sociedad civil educativa se unieron para destacar el liderazgo educativo y su papel fundamental para impulsar mejoras en el sistema escolar. Rápidamente encontramos sinergias con nuestra propia misión y nos alegramos de participar. Las lecciones que hemos compartido dos veces anteriormente siguen guiando nuestros esfuerzos colectivos.

Para superar las barreras al activismo unificado, se necesita un enfoque multifacético:

El activismo es un maratón, no un sprint.

Lograr un cambio sistémico requiere paciencia, persistencia y una perspectiva a largo plazo. El activismo unificado, cuando se aprovecha eficazmente, tiene el potencial de amplificar el discurso de desarrollo, haciendo de este siglo uno en el que construimos colectivamente un futuro equitativo y sostenible para todos.