Lecciones del Sur Global para acelerar la sostenibilidad mediante la colaboración público-privada
Como centros densos de talento, capacidades e innovación, las ciudades son lugares perfectos para la colaboración público-privada. Image: CALIN STAN/ Unsplash
- Como centros densos de talento, capacidades e innovación, las ciudades son lugares perfectos para la colaboración público-privada.
- En la guía UrbanShift sobre la colaboración público-privada en las ciudades del Sur Global, entrevistamos a funcionarios municipales, representantes del sector privado y académicos de 30 ciudades.
- Se están probando soluciones reales en ciudades con oportunidades y condiciones menos que perfectas para hacer frente a la crisis climática.
Como centros densos de talento, capacidades e innovación, las ciudades son lugares perfectos para la colaboración público-privada. A la luz de los urgentes llamamientos de la comunidad internacional en busca de soluciones, podemos y debemos apoyar la riqueza de creatividad y experiencia en sostenibilidad urbana de las ciudades del Sur Global. Ya se están aplicando soluciones urbanas que pueden inspirar la acción en ciudades con contextos similares.
Sin embargo, mientras que los ejemplos de colaboración público-privada están bien documentados en el Norte Global, no suele ocurrir lo mismo en el Sur Global. A menudo es difícil acceder a la información porque las prácticas no están documentadas o no reciben reconocimiento.
Al hablar con funcionarios municipales, representantes del sector privado y académicos de 30 ciudades para elaborar la guía UrbanShift sobre la colaboración público-privada en las ciudades del Sur Global, nos enteramos de las diversas colaboraciones que se están llevando a cabo entre diversos sectores y actores. Con el apoyo y los recursos adecuados, existe un gran potencial para que se sigan desarrollando.
¿Qué está haciendo el Foro Económico Mundial en el ámbito del futuro de las ciudades?
Ninguna colaboración es demasiado pequeña
Uno de los rasgos distintivos de las colaboraciones que tienen lugar en África, Asia y América Latina es que abarcan un amplio espectro, desde proyectos de gran envergadura hasta pequeños experimentos y asociaciones. De hecho, a veces es en los ejemplos más pequeños donde reside el mayor potencial de replicabilidad.
La capital de Bangladesh, Dhaka, por ejemplo, estableció un plan con una empresa local de telecomunicaciones que obligaba a la empresa a prestar servicios públicos a cambio de utilizar el espacio público para instalar torres de comunicaciones. Esta infraestructura esencial de la empresa proporciona WiFi e iluminación a todos los residentes y pronto albergará una red de sensores de la calidad del aire.
Kigali, en Ruanda, también muestra cómo el aprovechamiento de los activos públicos puede generar beneficios privados y públicos. Tras construir la mayor zona sin automóviles de la capital ruandesa, el ayuntamiento se enfrentó al reto del uso limitado del espacio. Decidieron contratar a una empresa de gestión de eventos y, en lugar de recibir un pago por adelantado, activaron el espacio mediante eventos y utilizaron los beneficios creados para mantener la zona libre de autos.
Existen varios modelos de colaboración
Los gobiernos y las empresas no son monolíticos. Al igual que existen diversos departamentos dentro de la administración de una ciudad, las empresas de diferentes tipos y tamaños se mueven por una variedad de incentivos que, en ocasiones, se alinean con el bien público.
El modelo más conocido a través del cual trabajan las ciudades y las empresas -las Asociaciones Público-Privadas (APP)- es en realidad sólo uno de los muchos que se utilizan. Las ciudades del Sur Global están involucrando al sector privado a través de otras formas de colaboración, como la formulación de políticas, convocatorias no comerciales y redes, impulsando la innovación a través de la incubación o la formación, e incluso aprovechando la financiación internacional para fomentar la colaboración público-privada a nivel local.
En algunos casos, esto requiere centrarse en intervenciones muy específicas que se ajusten al enfoque del actor privado, como en el caso de Bangkok, donde la ciudad trabajó con una empresa de propiedad mixta llamada PPP Plastic en un proyecto piloto de gestión de residuos.
Sin embargo, también puede significar la creación de amplias plataformas que acojan una diversidad de voces. Tomemos como ejemplo la Red de Economía Circular de Buenos Aires, dirigida por dos departamentos municipales: el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana y la Oficina de Desarrollo Local. Convocan a grandes empresas locales, así como a universidades, colegios profesionales y organizaciones sin ánimo de lucro. La red se hizo tan popular que hubo que interrumpir su participación, pero la ciudad está diseñando ahora una política de economía circular basada en la información recabada por la red.
Influir en los mercados locales para impulsar la sostenibilidad mediante la colaboración
Lograr este tipo de colaboraciones exige centrarse en acciones y resultados concretos, mostrar valor a todas las partes interesadas, hacer el mejor uso posible de los recursos financieros y no financieros y demostrar un compromiso a largo plazo. Estas tácticas pueden parecer sencillas, pero requieren la implicación total de las personas para llevarse a cabo. Al hacerlo, las ciudades tienen un gran potencial para influir en la sostenibilidad de la economía urbana.
Lagos ilustra cómo crear un Plan de Acción Climática municipal sin seguir modelos de ciudades europeas o norteamericanas. Diseñó su propia estrategia para implicar a las empresas de los sectores de la energía, los residuos y el agua. Lo que llegó a conocerse como "Reuniones empresariales sobre el cambio climático" no solo ayudó a estrechar relaciones, sino que señaló al sector privado dónde está priorizando la ciudad la inversión.
Río de Janeiro desarrolló un programa local de incubación que ha permitido a casi una docena de pequeñas empresas emergentes, centradas en la sostenibilidad, crecer y beneficiar directamente a la ciudad. Las startups se eligen mediante un concurso bianual y la ganadora recibe acceso a todos los datos del Centro de Operaciones de la ciudad durante dos años.
Maximizar la colaboración para afrontar la crisis climática
Esto no es más que el principio. Se puede hacer más, no sólo para documentar las prácticas existentes, sino para intercambiar ideas y reproducir estos modelos de colaboración público-privada en otras partes del mundo.
Es imperativo facilitar las conversaciones, el aprendizaje y la información a través de estos contextos geográficos. Las ciudades que son similares en tamaño, presupuesto y contextos socioeconómicos tienen más probabilidades de poder adaptarse y adoptar soluciones similares. Los dirigentes municipales, las empresas y otras partes interesadas pueden ver lo que es posible, comparar notas y compartir ideas inspiradoras.
No hace falta esperar a que se den las condiciones perfectas. Ya se están probando soluciones imperfectas, pero reales, en ciudades con oportunidades y condiciones menos que perfectas. Para hacer frente a la crisis climática, éstas pueden ser las más importantes hasta la fecha.
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