Así es como la OMS intenta atajar la desigualdad sanitaria

El lugar donde nacemos, el entorno en el que crecemos y las condiciones en las que vivimos y trabajamos contribuyen a las diferencias en nuestra salud física y mental. Se sabe que factores sociales, ambientales y económicos como estos generan resultados sanitarios desiguales que son a la vez sistémicos y evitables.

Comprender estas diferencias y por qué se producen es fundamental para poder hacer frente a la desigualdad sanitaria. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha creado el Repositorio de Datos sobre Desigualdades Sanitarias, la mayor recopilación mundial de datos sobre desigualdades sanitarias y sus determinantes.

El repositorio se creó para hacer frente a la escasez de datos sanitarios desglosados, es decir, desglosados en subcategorías como sexo, nivel educativo o lugar de residencia, por ejemplo.

Estos datos desglosados pueden revelar diferencias en la salud o en los resultados sanitarios que quedaban enmascaradas por los datos agregados.

La OMS afirma que solo la mitad de los indicadores elegibles de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS ) tienen datos desglosados. Y menos de la mitad de los indicadores del ODS 3 en relación con la buena salud y el bienestar tienen datos desglosados.

Según la OMS, los datos se suelen desglosar por sexo o edad, pero no se suelen separar otros factores como la educación, la situación económica o la discapacidad.

En el repositorio hay alrededor de 11 millones de puntos de datos repartidos en 59 conjuntos de datos. Estos datos se desglosan en 22 dimensiones diferentes de la desigualdad y proceden de diversas fuentes públicas.

Un programa informático específico ayuda a los usuarios a explorar, analizar y comunicar los datos, que pueden utilizarse para fundamentar políticas y programas destinados a combatir las desigualdades sanitarias.

La escasez de datos sobre salud es un problema generalizado. Gran parte de los datos de los ensayos clínicos contienen sesgos, por ejemplo, y las mujeres suelen estar subrepresentadas. También hay muy pocos estudios con personas de raza no blanca.

Esto significa que los datos que utilizamos para fundamentar gran parte de nuestras pautas de medicación y tratamiento pueden no estar adaptados a las personas tratadas. También dificulta la identificación de áreas prioritarias para la financiación y la concienciación sobre los problemas.

El informe del Foro Económico Mundial sobre Salud y Asistencia Sanitaria Mundial destaca la importancia de comprender la diversidad en la población sanitaria y reaccionar ante ella. Pide directrices claras para aumentar la inclusión y ayudar a los países a crear sistemas sanitarios más resistentes y equitativos.