Nature and Biodiversity

Nueve años después, Japón ha abierto la última ciudad aún cerrada tras el desastre de Fukushima

Yuji Onuma, an evacuee from Futaba Town near tsunami-crippled Fukushima Daiichi nuclear power plant, checks his house in Futaba Town, inside the exclusion zone around the plant, Fukushima Prefecture, Japan February 20, 2020. Picture taken February 20, 2020.  REUTERS/Issei Kato - RC2DBF9JEF99

Image: REUTERS/Issei Kato

Andrés P. Mohorte
Comparte:
Nuestro impacto
¿Qué está haciendo el Foro Económico Mundial para acelerar la acción en Nature and Biodiversity??
La visión global
Explora y monitorea cómo Japón afecta a las economías, las industrias y los problemas globales
A hand holding a looking glass by a lake
Innovación mediante crowdsourcing
Involúcrate con nuestra plataforma digital de crowdsourcing para lograr un impacto a escala
Mantente al día:

Japón

Cuando un tsunami arrasó la Central Nuclear de Fukushima, la reacción inmediata de las autoridades japonesas se asemejó a la tomada por las soviéticas un cuarto de siglo atrás, en Chernóbil. Evacuar a toda la población en un radio de 30 kilómetros a la redonda. Parte de la prefectura de Fukushima quedó así abandonada, arrasada por un accidente fatal, pasto de la radioactividad y los jabalíes.

Cambio. Fue así durante más de un lustro. Durante los últimos años el gobierno japonés ha rehabilitado y reabierto gran parte de los asentamientos afectados por la catástrofe. Gran parte, pero no todos: una pequeña localidad de 7.000 habitantes, Futuba, a apenas cuatro kilómetros de la central, ha seguido cerrada a cal y canto hasta ayer.

Una pequeña porción del pueblo, el último precintado, se ha levantado.

Antorcha. Sucede que Japón organiza los Juegos Olímpicos este verano. Y desea utilizarlos para mostrar su absoluto control de la situación. De ahí que haya programado un paso de la antorcha olímpica, célebremente transportada a pie, por Futaba. Al lado de Fukushima. El objetivo es retransmitir al mundo la vuelta a la normalidad.

¿Es seguro? La decisión no ha estado exenta de dudas. Las autoridades desean reducir la dosis de radiación en la zona de exclusión a 0,23 microsieverts por hora. La mayor parte de Futaba sigue a 0,28, y algunos puntos de la ruta superan los 0,85, según un grupo local dedicado a monitorizar los niveles de radioactividad. Meses atrás se registraron puntos a 1,7 y hasta a 4,64 microsieverts por hora.

A wild boar walks on a street at a residential area in an evacuation zone near Tokyo Electric Power Co's (TEPCO) tsunami-crippled Fukushima Daiichi nuclear power plant in Namie town, Fukushima prefecture, Japan, March 1, 2017. Picture taken March 1, 2017.   REUTERS/Toru Hanai - RC155B2D5B00
Image: REUTERS/Toru Hanai

La Comisión Internacional de Protección Radiológica no recomienda superar una exposición 1 milisievert al año. A 4,64 micosieverts la hora se rebasaría el umbral en nueve días.

Regreso. La pequeña porción de Futaba reabierta no servirá, de momento, para que regresen sus antiguos residentes. Japón prevé que la ciudad se habite de nuevo en 2022. Es una incógnita cuántos lo harán. Más de 160.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en 2011. En otras áreas ya rehabilitadas por el gobierno, el porcentaje de vecinos de vuelta no ha superado el 23%. Casi nadie quiere volver.

Más de 50.000 siguen oficialmente desplazados.

Movimientos. La reapertura de Futuba tiene más de simbólica y mediática que de real. Sólo el 4% del pueblo se ha desprecintado, y tan sólo los trabajadores, dedicados a rehabilitar edificios, reparar suministros y limpiar escombros, tendrán acceso. La estación de ferrocarril reabrirá, conectando por primera vez en nueve años Futuba al resto de la región. Apenas un 10% de los antiguos vecinos ha expresado deseo de volver.

Cambios. El caso de Futuba ilustra hasta qué punto el accidente de 2011 cambió la vida de centenares de miles de personas. A la pérdida de sus hogares debemos sumar el quebranto de su sustento histórico, como la pesca, irremediablemente tóxica, o la mortandad disparada por la carencia energética, fruto del cierre de todas las centrales nucleares.

Una catástrofe muy visible aún hoy. Haya antorcha o no.

No te pierdas ninguna actualización sobre este tema

Crea una cuenta gratuita y accede a tu colección personalizada de contenidos con nuestras últimas publicaciones y análisis.

Inscríbete de forma gratuita

Licencia y republicación

Los artículos del Foro Económico Mundial pueden volver a publicarse de acuerdo con la Licencia Pública Internacional Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0, y de acuerdo con nuestras condiciones de uso.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no del Foro Económico Mundial.

Comparte:
World Economic Forum logo
Agenda Global

La Agenda Semanal

Una actualización semanal de los temas más importantes de la agenda global

Suscríbete hoy

Puedes anular tu suscripción en cualquier momento utilizando el enlace que figura en nuestros correos electrónicos. Para obtener más información, consulta nuestro Política de privacidad.

El futuro del planeta está en nuestras manos. ¿Qué futuro incentivaremos?

Carlos Correa

24 de abril de 2024

Sobre nosostros

Eventos

Medios

Socios y Miembros

  • Únete

Ediciones en otros idiomas

Política de privacidad y normas de uso

© 2024 Foro Económico Mundial