Cinco maneras de acelerar la transición a un mundo de carbono neutro
Image: REUTERS/Philippe Wojazer
El último informe del panel científico de las Naciones Unidas sobre el cambio climático presenta una imagen funesta, como se predijo, de las consecuencias del cambio climático.
Se proyecta que los niveles actuales de emisiones de gases de efecto invernadero superarán los objetivos del Acuerdo de París y conducirán a un calentamiento de 3 °C para finales de este siglo. Esto significa mayor escasez de alimentos y agua, climas extremos, incendios forestales y la extinción de los arrecifes de coral.
El mensaje principal del informe no es nuevo, aunque proporciona evidencia científica mucho más sólida sobre los detalles. Las consecuencias de la contaminación continua debida a las emisiones de gases de efecto invernadero se conocen desde hace décadas. Pero más impactante que el informe en sí es la falta de acción para evitar que esta situación difícil empeore.
Sin embargo, en el contexto sombrío de estos hechos más recientes, es importante tener en cuenta algunos de los fundamentos sólidos que se han establecido y algunas de las acciones que, si se aceleran, ayudarán a que el clima tome una senda más saludable. Si bien las emisiones han aumentado, también han surgido nuevas políticas, tecnologías y mejores prácticas que proporcionan soluciones para frenar esta tendencia.
He escrito antes que un mundo bajo en carbono es posible. Lograr esto traerá claros beneficios para todos. Solo debemos seguir enfocados en la estrella del norte de la neutralidad del carbono y acelerar todo lo necesario para que nos guíe hasta allí lo más rápido posible.
Esto no significa que todo sucederá mañana, este es un partido largo y requiere resistencia. Pero al mismo tiempo, hay mucho que se puede lograr en esta corta carrera hasta 2020. Los gobiernos de todo el mundo tienen la oportunidad de construir un legado del cual puedan sentirse orgullosos y de aumentar el potencial de reducir las emisiones.
Estas son cinco de las principales soluciones probadas:
Los bosques, el suelo, las costas y el océano proporcionan una solución natural para la captura de carbono. Son una de las pocas opciones técnicamente disponibles para generar emisiones de efecto invernadero netas negativas a escala, y a costos más bajos y velocidades más rápidas que otras opciones de reducción de carbono.
Según una estimación confiable, el 37 % de la reducción de emisiones de GEI necesaria para el año 2030 podría lograrse mediante soluciones climáticas naturales con un costo menor a 100 dólares por tonelada, con un tercio de ellas a menos de 10 dólares por tonelada. Las soluciones climáticas naturales a escala también podrían ofrecer múltiples beneficios secundarios de alto valor, como la conservación de la biodiversidad, medios de vida sostenibles para la comunidad, y la gestión del agua y otros recursos escasos, entre otros.
El océano absorbe el 90 % del calor que generamos y captura más de una cuarta parte del dióxido de carbono que se libera en la atmósfera cada año. Restaurar los hábitats costeros y los arrecifes de coral aumenta la absorción de dióxido de carbono, reduce el riesgo de inundaciones y garantiza un suministro confiable de alimentos extraídos de los mares para millones de personas.
Estos recursos naturales nos dan el oxígeno que respiramos, los alimentos que comemos, y nos proporcionan empleos y medios de vida.
El cambio climático es un fracaso del sistema económico. La fijación de precios proporciona un ajuste sencillo para abordar este fracaso. No es de extrañar que uno de los ganadores del Premio Nobel de Economía, el profesor William Nordhaus, haya sido uno de los primeros en defender la aplicación de un impuesto al carbono y haya escrito parte de la Ley de Aire Limpio de los Estados Unidos, poniendo precio a los efectos del cambio climático.
Los mecanismos de fijación del precio del carbono han ido creciendo constantemente en los últimos diez años. En abril de 2018, la Coalición de Liderazgo para la Fijación del Precio del Carbono informó que 45 jurisdicciones nacionales y 25 subnacionales están poniendo un precio al carbono, cubriendo aproximadamente el 20 % de las emisiones mundiales. Según los planes del gobierno para la reducción de emisiones, alrededor del 56 % de las emisiones está cubierta por los programas que establecen mecanismos de fijación del precio del carbono. La mayoría de las empresas inteligentes que operan en jurisdicciones con mecanismos de fijación del precio del carbono ya están considerando su costo futuro para tomar sus decisiones estratégicas y de inversión.
De manera más significativa, China lanzó el mercado nacional de carbono en 2017. Una vez que esté en completo funcionamiento, será el mercado de carbono más grande del mundo.
A medida que aumenta el precio del carbono, también lo hace la rentabilidad de las soluciones bajas en carbono. Acelerar esta palanca económica es fundamental para llevar el dinero a los lugares correctos.
La oportunidad de que la Cuarta Revolución Industrial sea la primera revolución industrial que cree un beneficio neto positivo para el medio ambiente es inmensa, aunque difícil de cuantificar. Todas las herramientas que permiten el comercio de atributos ambientales, incluidos sensores económicos que pueden proporcionar datos locales sobre una variedad de problemas ambientales; datos geoespaciales más precisos; inteligencia artificial que puede analizar mejor grandes cantidades de información; y las nuevas aplicaciones, como la cadena de bloques que ayudan a aumentar la transparencia y la credibilidad de las nuevas transacciones, tienen un papel que jugar en la creación de un cambio industrial "positivo para el planeta".
Hay ejemplos tangibles de cómo se está desarrollando esto en términos reales. Doug Macauley es un científico marino y miembro de Amigos de Acción Oceánica que está usando datos masivos y nueva tecnología para enfrentar algunos de los mayores desafíos de los océanos.
El empresario Juan Carlos Castilla Rubio está construyendo un banco de códigos genéticos de todo ser vivo sobre la Tierra. Espera que este pueda salvar a la naturaleza, incluidos los enormes sumideros de carbono como la selva amazónica. Su proyecto, el Banco de Códigos Genéticos de la Tierra, está trabajando con el Foro Económico Mundial para crear las asociaciones necesarias para recolectarla secuencia genética del mundo natural. La idea es que los países y las comunidades indígenas ganen dinero con los avances científicos resultantes, en lugar de vender o destruir recursos naturales como los bosques tropicales.
Las innovaciones de la Cuarta Revolución Industrial, como estas, tienen un gran potencial para mejorar la gestión y la gobernanza del medio ambiente global, y proporcionar el cambio de sistemas requerido para crear economías limpias, con recursos asegurados e inclusivas.
La economía mundial de "extraer, fabricar, consumir y tirar" está generando desechos y contaminación que ejercen una presión innecesaria en los recursos naturales. Cambiar a una economía circular, en particular en los sectores del acero, plástico, aluminio y cemento, podría tener un gran beneficio para el clima. Las emisiones en Europa podrían reducirse en un 50 % para 2050 si se adoptara un enfoque más circular en los sectores de la industria pesada, estima un estudio.
Una economía circular ofrece un enfoque alternativo y regenerativo para la producción y el consumo, mediante el cual los productos y materiales se rediseñan, recuperan y reutilizan para reducir los impactos ambientales.
Las empresas y gobiernos ven los beneficios. El mes pasado, empresas, donadores internacionales, gobiernos nacionales y locales, grupos comunitarios y expertos de primer nivel se reunieron para convertir los compromisos en acción mediante la implementación rápida de las soluciones de economía circular en los países costeros que luchan contra los residuos plásticos.
El crecimiento exponencial de las tecnologías de energía renovable ha sido el resultado de políticas efectivas que han ayudado a reducir los costos. Sin embargo, a pesar de la rápida adopción de tales políticas, los combustibles fósiles siguen siendo la fuente predominante de energía a nivel mundial. Se necesitan más incentivos de las políticas para aumentar las tecnologías como el almacenamiento de energía, sistemas inteligentes de transmisión y distribución, y de energía descentralizados en regiones del mundo donde la infraestructura de red nacional centralizada ya no tiene sentido.
Existe una gran cantidad de conocimiento sobre lo que se necesitará para implementar un plan de trabajo considerado y equitativo de transición energética. La clave es que los líderes gubernamentales trabajen con las compañías para impulsar las políticas e incentivos necesarios en los mercados del lado de la demanda, como la energía, el transporte y la industria pesada, y con los actores del lado de la oferta, como los productores de energía limpia.
Todas estas áreas de enfoque son extremadamente efectivas, pero requieren liderazgo político y colaboración pública y privada para lograr la neutralidad del carbono para el año 2050. Ante los hechos científicos que ya no se pueden ignorar, se necesita un liderazgo audaz para acelerar la neutralidad del carbono.
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