Salud y sistemas de salud

¿Puede la medicina de precisión cambiar el rumbo de la enfermedad cardiovascular?

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo.

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo, a pesar de décadas de avances en prevención y tratamiento. Image: Getty Images/iStockphoto

Masanori Aikawa
Professor of Medicine, Brigham and Women’s Hospital, Harvard Medical School
  • La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo, a pesar de décadas de avances en prevención y tratamiento.
  • La complejidad biológica es un factor clave que explica el progreso limitado en la reducción de la carga global de esta enfermedad.
  • Transformar la medicina cardiovascular requiere un cambio fundamental en cómo descubrimos, desarrollamos y evaluamos los medicamentos.

A pesar de décadas de avances en prevención y tratamiento, la enfermedad cardiovascular (ECV) sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo: solo en 2020 provocó 19 millones de muertes. Se estima que esta cifra aumentará a 26 millones para 2030.

A escala global, la creciente carga de la ECV afecta a todas las regiones, frena el crecimiento económico y profundiza las desigualdades en el acceso a la salud.

La complejidad biológica es una de las principales razones por las que el progreso ha sido limitado. Bajo el paraguas de la ECV entran condiciones muy diversas, como la hipertensión, la enfermedad coronaria, las arritmias y los accidentes cerebrovasculares.

Incluso dentro de una misma condición, la interacción única entre los genes, el ambiente y el estilo de vida de cada persona genera diferencias importantes. Esta heterogeneidad entre pacientes también se manifiesta a nivel celular en cómo se desarrollan las ECV, lo que se traduce en variaciones amplias en los síntomas, la evolución de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.

Por ejemplo, aunque las estatinas se usan de forma extendida y reducen eficazmente el colesterol, previenen infartos en muchos —pero no en todos— los pacientes, lo que muestra los límites de las terapias tradicionales pensadas para todos por igual.

La medicina cardiovascular de precisión como marco de innovación

Transformar la medicina cardiovascular para enfrentar este desafío exige un cambio fundamental en cómo se descubren, desarrollan y evalúan los medicamentos. Un enfoque de medicina de precisión —que busca ofrecer el tratamiento adecuado, al paciente adecuado, en el momento adecuado— puede mejorar los resultados y reducir las brechas en la atención.

Como describe este artículo de Frontiers in Science de 2025, aplicar un enfoque de precisión a la ECV requiere innovaciones en tres áreas principales:

1. Desarrollar una comprensión de la ECV basada en sistemas

Las enfermedades cardiovasculares no pueden explicarse por una sola vía biológica. Múltiples procesos —que incluyen inflamación, metabolismo y estrés celular— interactúan de forma compleja para impulsar la enfermedad. Una perspectiva de medicina basada en sistemas entiende a la ECV como el resultado de alteraciones en redes interconectadas de genes, proteínas y células, en lugar de fallas aisladas en una única vía.

Las técnicas “ómicas” ofrecen una forma integral de estudiar esta complejidad a nivel de sistemas. Al capturar actividad molecular detallada en distintos tejidos y vincularla con rasgos de la enfermedad, las ómicas permiten revelar cómo interactúan los factores biológicos para moldear la enfermedad, y cómo estas interacciones varían entre pacientes.

Los estudios ómicos muestran que la enfermedad cardiovascular presenta una diversidad biológica mucho mayor de lo que se reconocía, impulsada por múltiples vías y poblaciones celulares. Incluso un solo tipo celular —como los macrófagos presentes en las placas ateroscleróticas— puede incluir subpoblaciones con funciones distintas en el desarrollo de la enfermedad, entre ellas células altamente inflamatorias que podrían favorecer el daño arterial.

Integrar los datos de estos estudios nos está ayudando a definir subtipos de enfermedad e identificar “firmas” moleculares que pueden explicar por qué pacientes con el mismo diagnóstico tienen resultados diferentes o responden de forma distinta al tratamiento.

2. Identificar nuevos objetivos terapéuticos

Comprender las redes moleculares puede mostrar dónde una intervención sería más efectiva, al señalar puntos de control críticos que determinan cómo interactúan las distintas vías de la enfermedad. Estos puntos de control suelen ser genes o proteínas que antes no se reconocían como centrales en la progresión de la ECV.

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Mapear estas conexiones moleculares impulsa el desarrollo de terapias que actúan sobre las causas de fondo de la enfermedad cardiovascular, y no solo sobre sus síntomas.

Al rastrear la función de estos puntos de control dentro de redes biológicas más amplias, podemos identificar qué mecanismos conviene atacar para lograr el mayor impacto terapéutico, y cómo modular varias vías a la vez podría mejorar los resultados.

3. Desarrollar terapias de precisión novedosas

Este paradigma de innovación ya está dando lugar a una nueva generación de terapias adaptadas a los diversos mecanismos biológicos que caracterizan a la ECV.

Los avances en modelización computacional permiten simular cómo interactúan los fármacos potenciales con sus objetivos antes de pasar al laboratorio o a las pruebas en pacientes, lo que mejora la eficiencia y la seguridad.

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Entre los desarrollos más prometedores están las terapias basadas en ARN, que pueden diseñarse para silenciar o modificar mensajes genéticos específicos —incluidos aquellos que producen proteínas vinculadas a enfermedades cardiovasculares y que antes se consideraban “intratables” por su estructura o por su inaccesibilidad dentro de la célula.

Estas terapias de ARN pueden desarrollarse más rápido que los fármacos tradicionales, y los primeros estudios han demostrado su eficacia. Por ejemplo, en algunos pacientes, las terapias de interferencia por ARN han logrado reducir el colesterol y otros factores de riesgo cardiovascular con mayor eficacia que los tratamientos estándar.

La inteligencia artificial (IA) acelera cada parte de este paradigma. Al detectar patrones en grandes conjuntos de datos biológicos y clínicos, puede predecir la progresión de la enfermedad, agrupar a los pacientes según mecanismos subyacentes y modelar cómo se comportarán los fármacos potenciales dentro del cuerpo.

Así, la IA puede acortar los tiempos de desarrollo y respaldar el diseño de terapias hechas a medida, ajustadas a mecanismos específicos de la enfermedad.

Cambiando el paradigma de innovación para las enfermedades cardiovasculares.
Cambiando el paradigma de innovación para las enfermedades cardiovasculares. Image: Frontiers in Science

Construir un marco global equitativo para enfrentar la enfermedad cardiovascular

El éxito de la medicina cardiovascular de precisión depende de una colaboración sólida entre sectores y fronteras, que conecte descubrimiento, infraestructura de datos y atención médica en un esfuerzo global continuo.

Los sistemas de datos compartidos que vinculan hallazgos moleculares con resultados clínicos serán esenciales para ajustar y perfeccionar las terapias a medida que avance la evidencia. Las alianzas entre científicos, empresas y sistemas de salud pueden asegurar que los descubrimientos prometedores se traduzcan de manera eficiente en tratamientos seguros y eficaces.

Lograr una transformación equitativa requiere liderazgo en política sanitaria global e inversión sostenida. Muchas muertes por enfermedad cardiovascular ocurren en países de ingresos bajos y medios, donde el acceso a diagnósticos y cuidados avanzados sigue siendo limitado.

Se necesita coordinación mundial y financiamiento equitativo para fortalecer la infraestructura, capacitar a los profesionales de la salud y ampliar la participación en la investigación, de modo que los datos genéticos y clínicos reflejen verdaderamente la diversidad global.

Incorporar la equidad en la innovación podría permitir que la medicina de precisión finalmente cambie el rumbo de la ECV. Con la colaboración y el liderazgo adecuados, la medicina cardiovascular de precisión podría convertirse en un modelo de cómo la ciencia puede servir a la salud global de forma más efectiva y justa.

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