Por qué debemos empoderar a los líderes locales para alcanzar los objetivos globales

Las ciudades generan más del 80% del producto interno bruto y la innovación mundiales, pero sus líderes siguen sin estar representados en las mesas de toma de decisiones a nivel mundial. Tradicionalmente, los gobiernos nacionales han dominado la cooperación internacional. Sin embargo, los desafíos más acuciantes de nuestro tiempo, desde el cambio climático hasta la vivienda, se abordan a diario en las ciudades.

A medida que aumentan las tensiones geopolíticas y las instituciones tradicionales atraviesan un estancamiento, la ausencia de alcaldes y líderes locales en estos debates es una oportunidad perdida. El progreso mundial se está estancando, no por falta de visión, sino porque no estamos aprovechando plenamente el poder de la acción local.

Las ciudades son el punto de encuentro entre los desafíos globales y la realidad local, y el lugar donde los objetivos globales pueden traducirse en soluciones prácticas.

Los líderes locales se encuentran en una posición única para:

Si se les empodera, los alcaldes pueden transformar compromisos abstractos en impactos tangibles: aire más limpio, mejor transporte, infraestructuras más resilientes y comunidades más inclusivas.

Para cumplir plenamente la promesa de que las ciudades sean motores del progreso mundial, es necesario realizar tres cambios fundamentales en la forma en que colaboramos, medimos el éxito y generamos confianza.

En el Diálogo sobre Futuros Urbanos, organizado por Global Cities Hub y el Foro Económico Mundial, los líderes coincidieron en que las ciudades no pueden actuar de forma aislada. Abordar la crisis climática, las necesidades de vivienda y las transiciones digitales requiere la fuerza combinada de gobiernos, empresas y sociedad civil.

El primer cambio consiste en institucionalizar las alianzas transversales que conectan las prioridades de las ciudades con la innovación y la inversión privadas.

El impacto será que las ciudades que acorten las distancias entre los sectores público y privado podrán avanzar más rápidamente en materia de sostenibilidad, financiación de infraestructura verde y creación de empleo mediante industrias más limpias.

Con demasiada frecuencia, la transformación urbana se centra en métricas técnicas o financieras a corto plazo. Es necesario un segundo cambio que sitúe el valor social, cultural y ambiental en el centro de las decisiones de desarrollo.

Sin embargo, menos del 5% de las inversiones en infraestructura a nivel mundial se centran en estas dimensiones, a pesar de que son ellas las que determinan la habitabilidad y la equidad a largo plazo.

Las ciudades que incorporan los resultados sociales en la planificación pueden crear barrios prósperos e inclusivos y reducir las desigualdades sistémicas.

Con la expansión del gobierno digital y la infraestructura digital, la resiliencia cibernética es ahora fundamental para la confianza y la innovación.

En la sesión "Fronteras digitales: proteger las ciudades inteligentes", los participantes del evento subrayaron que proteger los datos y los sistemas digitales es esencial para mantener la confianza en la innovación pública.

Las ciudades que refuerzan la confianza cibernética pueden expandir los servicios digitales de forma segura, mejorando todos los aspectos, desde la movilidad hasta la seguridad pública.

Estos cambios no son teóricos, sino que ya se están materializando.

En el Diálogo sobre Futuros Urbanos celebrado en Ginebra, alcaldes y aliados de la industria, las finanzas y el mundo académico compartieron ejemplos de innovación local:

"Copenhague Circular", por ejemplo, en Dinamarca, se centra en mejorar la gestión de residuos y la eficiencia de los recursos. Al aumentar las tasas de reciclaje, la ciudad espera reducir las emisiones en 59,000 toneladas de CO2 equivalente al año.

Bogotá, Colombia, está ampliando su flota de transporte público eléctrico y se prevé que reduzca 26,000 toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que contribuirá a un aire más limpio.

El Global Cities Hub y el Foro están colaborando para dar mayor escala a estos enfoques, tendiendo puentes entre las experiencias locales y la formulación de políticas a nivel global. Al proporcionar a los alcaldes acceso directo a las instituciones internacionales y las plataformas multilaterales, se garantiza que las voces urbanas influyan en las estrategias globales en materia de gobernanza, inclusión, clima e innovación.

Para liberar todo el potencial de las ciudades, el sistema global debe evolucionar:

Por ejemplo, el Foro de Alcaldes de las Naciones Unidas promueve un multilateralismo nuevo y más inclusivo, que permite a los alcaldes participar en debates globales junto con los Estados y desarrollar soluciones colectivas que aborden las preocupaciones de la población.

Las ciudades ya están liderando en ámbitos en los que otros vacilan, demostrando que una cooperación basada en la proximidad, en la comprensión de las necesidades de los ciudadanos y en el trabajo transfronterizo aporta resultados reales.

El futuro del multilateralismo no se negociará únicamente en las salas de conferencias, sino que se construirá ladrillo a ladrillo, en comunidades donde el liderazgo es local, la colaboración es global y el progreso es compartido.

Empoderar a los alcaldes no es no solo una cuestión de justicia, es una estrategia para el éxito global.

Ahora es el momento de que las instituciones internacionales, los inversionistas y los innovadores reconozcan a las ciudades como socios en igualdad de condiciones y diseñen una gobernanza global que refleje los lugares donde realmente se produce el progreso.