Viajes y turismo: cómo impulsar el crecimiento en tiempos de incertidumbre económica

A principios de este año, cuando líderes e innovadores de todo el mundo se reunieron para compartir ideas y soluciones en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), tuvimos la oportunidad de recordar el poder de transformación que tienen los viajes, no solo como motor económico, sino también como fuerza profundamente humana.

Escuchamos diversas historias: una joven emprendedora de América Latina cuyo ecolodge ahora sustenta a todo su pueblo y una ciudad europea que utiliza la tecnología para preservar el patrimonio cultural para las generaciones futuras.

Estos ejemplos reflejan una simple verdad: el turismo es más que una industria. Es un puente —entre culturas, comunidades y aspiraciones— con la capacidad de despertar la esperanza incluso en tiempos de incertidumbre.

Esa esperanza es ahora más necesaria que nunca. Se prevé que la economía mundial cierre este año con un crecimiento del 3% –una cifra que denota resiliencia, pero que sigue estando por debajo del dinamismo prepandémico.

Los servicios constituyen la base de este crecimiento, representando dos tercios del producto interno bruto (PIB) mundial y más de la mitad de todos los empleos. Sin embargo, el sector muestra signos de tensionamiento: el crecimiento del comercio mundial de servicios se desaceleró al 5% interanual a principios de 2025.

En este contexto, los viajes y el turismo siguen siendo potentes motores de prosperidad colectiva. Este año, se espera que los ingresos mundiales por viajes y turismo alcancen la cifra récord de 2,1 billones de dólares. Detrás de estas cifras se esconden millones de hogares e innumerables historias de transformación personal.

En la actualidad, el sector contribuye con más del 10% del PIB mundial y sustenta más de 350 millones de empleos en todo el mundo. Según las últimas investigaciones del Foro Económico Mundial, esta cifra aumentará hasta los 430 millones en 2034. La actividad también es una fuente vital de oportunidades para mujeres y jóvenes, especialmente en regiones con acceso limitado al empleo.

Sin embargo, para aprovechar todo el potencial del turismo es necesario hacer frente a retos complejos. Muchos de los marcos normativos que regulan el sector están obsoletos y, a menudo, pasan por alto a las comunidades y los trabajadores que hacen prosperar el turismo.

El exceso de turismo ya afecta a la mayoría de los principales destinos. La vivienda, las infraestructuras y la cohesión social están bajo presión. La volatilidad de los precios de la energía, la escasez de mano de obra y la desigualdad en preparación digital son factores que amenazan con frenar aún más el impulso.

El impacto ambiental del sector también requiere atención. Si se quiere preservar los destinos que inspiran los viajes, el turismo debe ir más allá de minimizar los daños y pasar a restaurar y proteger activamente los recursos naturales. Los modelos de crecimiento responsable, con bajas emisiones de carbono y positivos para la naturaleza no solo son deseables, sino que son esenciales.

Es alentador que ya estén surgiendo enfoques innovadores. En América Latina, hay iniciativas de turismo comunitario que protegen la biodiversidad y, al mismo tiempo, crean puestos de trabajo. En Asia, las nuevas herramientas digitales están ayudando a las pequeñas empresas y a las start-ups a alcanzar un público global.

En toda Europa, las ciudades utilizan la tecnología y las alianzas público-privadas para mejorar tanto la experiencia de los visitantes como la calidad de vida de los residentes. Estos ejemplos demuestran que, cuando las partes interesadas colaboran, pueden transformar los retos en oportunidades y lograr una prosperidad más resiliente e inclusiva.

Para expandir estas soluciones será necesario cooperar entre sectores y más allá de las fronteras, equilibrando el crecimiento económico con la gestión ambiental y la cohesión social. Garantizar que el desarrollo del turismo se alinee con los compromisos climáticos, el bienestar de las comunidades y una gobernanza transparente será fundamental para generar confianza y resiliencia.

La energía y la innovación de la comunidad de viajes y turismo ofrecen auténticos motivos para el optimismo. Ahora es el momento de que los responsables políticos, los líderes empresariales, los viajeros y los destinos turnfitriones trabajen juntos. Si lo hacemos, podremos garantizar que este extraordinario sector siga sirviendo tanto de puente —conectando culturas, personas y perspectivas— como de escalera, impulsando a las comunidades, creando oportunidades e inspirando el progreso compartido para las generaciones venideras.